"A nuestro alrededor hay fuentes de energía que se convierten en calor. Frenos, amortiguadores, vibraciones indeseadas y demás, son formas de disipación de energía que podría ser reutilizada", explica Murillo en MIT Technology Review. Pero "hoy día es posible desarrollar microcontroladores que consuman muy poca energía y habiliten las funciones que necesitamos de los sensores", añade el joven investigador. "¿Por qué usar una batería si hay numerosas fuentes energéticas residuales que ofrecen energía suficiente para alimentar este tipo de sistemas?", se pregunta.
Una de sus respuestas ha sido un material piezoeléctrico, el óxido de zinc nanoestructurado. Mediante una técnica especial que él mismo ha desarrollado, este material puede crecer con la estructura que se desee sobre una oblea de silicio, lo que permite integrarlo directamente en un circuito electrónico. También está trabajando en polímeros piezoeléctricos, más flexibles y robustos, y que pueden utilizarse para obtener energía de vibraciones.
Dado que estos materiales producen corriente eléctrica cuando se deforman, sus aplicaciones posibles son múltiples e inmediatas. Podrían integrarse en sensores que detecten la fatiga mecánica de materiales sometidos a vibración constante, como rodamientos, así como en sensores instalados en tuberías que aprovechen las vibraciones de la propia conducción al paso del fluido. Murillo también ve potenciales aplicaciones en el terreno de los wearables (dispositivo vestible) e incluso biológicas, al poder utilizar los materiales piezoeléctricos para estimular células.
Actualmente, Murillo trabaja en el Centro Nacional de Microelectrónica de España, desde el que participa activamente en los proyectos europeos Synergy y EnSO, y tiene acuerdos con varias compañías para implementar sus materiales en diversos prototipos de sensores. También está trabajando en sacar al mercado un kit de diseño con un generador basado en sus materiales poliméricos para que cualquiera pueda incorporarlos en el sensor que desee.
Su investigación le ha convertido en uno de los diez ganadores de Innovadores menores de 35 España 2016 de MIT Technology Review en español. Unos reconocimientos que fueron entregados ayer en Madrid y que tendrán continuidad el próximo 24 de noviembre en Barcelona, en el Summit Europe 2016. En este evento, se elegirán los tres mejores proyectos de 2016 entre los ganadores de todas las ediciones locales celebradas este año: Francia, Bélgica, Polonia Alemania, Italia y España.