La creciente desafección con las renovables es un síntoma. Si queremos que cambie, las energías limpias deben producir beneficios palpables para la sociedad. El gran reto actual es reducir el precio del kilovatio hora. Y ahí es donde el hidrógeno verde puede jugar un papel esencial porque se convertiría en el pivote del nuevo sistema energético y, por tanto, de la economía en general.