La Asociación de la Industria Solar Térmica (Asit) se ha reunido hace unos días con la Secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, y el Director General de IDAE, Joan Groizard, con el fin de trasladarles sus propuestas de contribución de la energía solar térmica en los enormes objetivos de descarbonización. En dicho encuentro, Asit ha tenido la oportunidad de comentar las palancas que pueden activar para realizar a corto plazo el máximo potencial de esta tecnología, tan eficiente y madura como infravalorada o desconocida, de la cual España cuenta con siete fábricas de captadores solares en exportación mundial, en Madrid, Málaga, Barcelona, Zaragoza y Sevilla.
Asimismo, les han presentado el Informe Anual de Asit 2024 con las novedades del sector solar térmico. El informe anual recoge la gestión de las actividades y actuaciones de Asit llevadas a cabo a lo largo del año, así como los informes nacionales y mundiales del sector, con el que se pretende tener mayor visibilidad de la solar térmica en el panorama energético.
Estas son las propuestas compartidas sobre la energía solar térmica:
• Es la energía Solar Europea: Ante un entorno geopolítico en creciente inestabilidad, y con unos bloques económicos en plena pugna tecnológica, es importante conservar cierta independencia, para evitar escenarios pasados.
• Densidad energética: Las cubiertas de los edificios se han convertido en un activo importante, por lo que la optimización de este espacio ha de ser una prioridad. La solar térmica produce entre 3 y 4 veces más energía que la fotovoltaica, con la salvedad que también se puede hibridar con otras tecnologías con lo que no es excluyente. Asimismo, la solar térmica incorpora intrínsecamente el almacenamiento de energía en depósitos, lo que la convierte de hecho en una pila térmica.
• Independencia de la red: España es un país de referencia en la incorporación de energías renovables al sistema eléctrico, pero no hay que olvidar que el 50% de la demanda es calor, y que, si hay que electrificar esta demanda, la red eléctrica requiere de una actualización y de unas ingentes inversiones. Más aún, si toda esta demanda eléctrica va a provenir de fuentes renovables, esta actualización va condicionada a un reto tecnológico de gran envergadura. La solar térmica puede cubrir una gran parte de la demanda de calor con total independencia de la REE, lo que ayudará a mitigar los riesgos que tenemos por delante.
• Bajas emisiones de CO2 y ciclo de vida favorable: la solar térmica contribuye a la economía circular, ya que utiliza materiales abundantes y reciclables, como vidrio, metal y cobre. La solar térmica es la que tiene menos impacto en huella de CO2 si se analiza todo su ciclo de vida. Comparado con la fotovoltaica, la solar térmica tiene un impacto 14 veces menor en huella de CO2. La solar térmica es clave para lograr avanzar hacia los edificios de consumo nulo.
• Hibridación: la solar térmica es una tecnología flexible que se puede combinar con otras fuentes de energías renovables, como biomasa, bombas de calor o calefacción urbana, para lograr niveles más altos de descarbonización y eficiencia energética óptima a través de dicha simbiosis. De hecho, la solar térmica siempre se ha hibridado con otras tecnologías como el gas, siendo una palanca de descarbonización increíble. Con la aparición de las bombas de calor, tenemos la oportunidad de potenciar ambas tecnologías de la forma más eficiente posible.
• Think Big: Según el Pniec, para el año 2030, se espera tener instalados 62 GW de eólica, 76 GW de fotovoltaica, 4,8 GW de solar termoeléctrica, 1,4 GW de biomasa y 22 GW de almacenamiento. Esto supone instalar una nueva capacidad de 102.500 MW de energía renovable en 7 años. Pero no hay objetivos para la ST, lo cual envía un mensaje claro, no se cuenta con ella. Desde ASIT proponemos incluir un objetivo, acorde con el potencial de la tecnología en el sector residencial, terciario y sobre todo en el industrial, incrementando la potencia instalada hasta 5,2 GW t, partiendo de los actuales 3,6 GW t.
Es imperativo que el sector de la edificación se pueda mantener con buena salud par dar tiempo a que se pueda desarrollar el calor en la industria con plenitud. Las administraciones tienen que valorar de manera justa la generación de calor renovable y/o electricidad renovable en el edificio, considerando la demanda/necesidades energéticas, la capacidad de la red y el impacto ambiental. Para ello es importante promover la igualdad de condiciones y la competencia leal entre la fotovoltaica y la solar térmica; optimizar el espacio de las cubiertas; aumentar las opciones a disposición de los propietarios/administradores de edificios, dependiendo también de su perfil de consumo (cuánto calor y cuánta electricidad les gustaría producir localmente).
Desde Asit entienden que la inminente transposición de las nuevas Directivas Europeas es el momento ideal para impulsar la tecnología solar térmica, no sólo con subvenciones sino teniéndola en cuenta en las distintas regulaciones:
• Incrementar la contribución renovable para el ACS en el CTE al 90%, asegurando que las demandas de calor se cubran con calor renovable y las demandas eléctricas su cubren con renovables eléctricas. Igualmente considerar una contribución renovable en calefacción y refrigeración del 80%.
• Control del calor renovable: Al igual que se controla el consumo de electricidad o de gas, el kWh debe contabilizarse y valorase, y para ello la administración juega un papel importante.
• Establecer una cuota mínima de renovables térmicas en la industria calorintensiva
• Establecer un “merit order” para que las fuentes ilimitadas de energía sean las primeras en ponerse en línea para satisfacer la demanda térmica en la industria.
• Papel ejemplarizador de la administración: Ejecutar proyectos demostrativos en edificios públicos (p.e. EDARs). Acto de representación de la ST igual que se hace con otras tecnologías.
