En esa misma línea sostienen que la adición de biodiesel, producido a partir de semillas oleaginosas como el girasol, la soja y el aceite de palma, se elevará al 10% en 2014 y llegará al 20% en 2020.
Las dos entidades consideran que el sostenido del sector requerirá inversiones multimillonarias.
En la actualidad, el Gobierno está considerando el nuevo marco regulador para este tipo de biocombustibles, con el fin de fijar el porcentaje de mezcla obligatoria con el diesel normal. Desde 2004, cuando entró en vigor la producción de biodiésel nacional, el uso del porcentaje añadido al diesel es del 5%.
En 2011, Brasil se mantuvo como uno de los mayores productores y consumidores de biodiésel en el mundo, con 2,7 mil millones de litros y 6,5 mil millones de dólares (5,3 mil millones de euros) manejados por el sector. Sin embargo, la producción de las 60 plantas instaladas en el país representa sólo el 40% de la capacidad. Entre 2005 y 2010, el sector, impulsado por las políticas del expresidente Lula Da Silva, empleó 1,3 millones de personas.
En ese acto, en que recibió una placa conmemorativa, Da Silva declaró que “el biodiésel en Brasil no tiene vuelta atrás. Llegó para quedarse. Este programa (el Programa Nacional de Producción y Uso de Biodiésel – PNPB) fue hecho para crecer”.
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