Máxima expectación, optimismo y confianza plena. Sensaciones de un sector que se conjura para hacer las cosas bien y para espantar a los especuladores que pueden poner en peligro su desarrollo. “La fotovoltaica es la tecnología con el papel principal de cara a 2030, cuando el 74% de la electricidad procederá de fuentes renovables –ha apuntado Donoso–. ¿Seremos capaces de introducir en la red 3 GW al año de aquí a 2030? El sector no va a tener problema”.
Y ha desgranado los argumentos a favor de esa confianza: capacidad industrial para suministrar todos los equipos y capacidad para encontrar financiación. “La cuestión está en saber en qué condiciones. Es evidente que no va a haber solo financiación española. Fundamentalmente porque los bancos no querrán copar el posible riesgo del sector. Así que necesitaremos financiación internacional. Pero España vuelve a ser un actor creíble para los fondos y la banca internacional. Y tenemos una directiva europea que ofrece seguridad jurídica y hace imposible prácticas como las vividas en el pasado”.
El director general de UNEF también percibe barreras. Fundamentalmente en la red, por lo que ha pedido a Red Eléctrica (REE) y a las compañías distribuidoras que planifiquen la red para las renovables, que hagan inversiones y aceleren las tramitaciones administrativas. Esas barreras también podrían venir del propio sector. “Por eso tenemos que hacer bien nuestro trabajo, evitando promover plantas en sitios con valores ambientales, históricos o culturales. Si se hacen bien las cosas no debería haber problemas de emplazamientos”.
19.000 familias
La fotovoltaica en España da trabajo ya a 19.000 familias, ligadas de un modo u otro a empresas que trabajan en toda su cadena de valor, desde fabricantes de inversores o de electrónica de potencia, hasta epecistas y promotores. “Y aunque las perspectivas del mercado en España son muy buenas no deberíamos descuidar los mercados internacionales”. Trabajando así, haciendo las cosas bien, “el sector fotovoltaico va a devolver a la sociedad una electricidad más barata y desarrollo económico. Pero para ello hay que olvidarse del stop and go, de crecer a trompicones”.
Donoso también ha recordado que la fotovoltaica “no quiere ni primas ni subvenciones”. Que ya ha demostrado que es capaz de firmar PPA (2.000 MW), competir en subastas e ir a mercado. “Pero el sistema marginalista de fijación de precios de la electricidad no nos vale. Hay que reformarlo y adecuarlo a las renovables”. En todo caso, las subastas parecen, por ahora, las que van a marcar la pauta. Subastas que deberían ser “homologables internacionalmente”. Sin olvidar subastas especiales para pequeños proyectos, “para evitar una excesiva concentración, porque te da más ventajas tener financiación barata que tener módulos baratos”. También ha dicho que el sector tiene que invertir en almacenamiento, “un gran desafío”.
Jesús Ferrero, subdirector general de Energías Renovables del Ministerio para la Transición Ecológica, que ha participado también en la inauguración, ha señalado que ya se han autorizado casi los 3.900 MW fotovoltaicos que se adjudicaron en la subasta de 2017, “lo que parece indicar que se cumplirán con los plazos en 2019”.
En declaraciones a Energías Renovables, Ferrero se ha mostrado confiado de que se apruebe el Real Decreto de Autoconsumo antes de que el Gobierno cese su actividad.