En ese contexto la descarbonización del sistema eléctrico avanza a buen ritmo, impulsada por la expansión de las energías renovables. Pero esa transición verde no será del todo posible, ni eficiente, sin su aliada estratégica: la digitalización. Necesitamos redes eléctricas más flexibles, inteligentes y resilientes. Y ahí, la digitalización y la inteligencia artificial (IA) se convierten en elementos indispensables.
Durante décadas, la estructura del mercado eléctrico ha sido relativamente sencilla: unos pocos grandes actores gestionaban una cadena lineal de generación, transporte y consumo. Sin embargo, esa linealidad hace tiempo que está evolucionando hacia un sistema mucho más dinámico y descentralizado. La incorporación de miles de puntos de generación distribuida, el auge de los prosumidores, la electrificación del transporte y procesos industriales de toda índole o el crecimiento de las microgrids están requiriendo del sistema eléctrico la conversión a una red bidireccional e interconectada.
La consecuencia directa es una mayor complejidad en la gestión de la red. Y esta complejidad solo se puede gestionar con datos. Datos procedentes de sensores, medidores inteligentes, plataformas digitales, sistemas SCADA o tecnologías IoT. Pero, además, estos datos por sí solos no bastan. Necesitamos analizarlos en tiempo real, entenderlos y convertirlos en decisiones automatizadas y eficientes. Es ahí donde entra la inteligencia artificial.
La IA como palanca para una red más eficiente y resiliente
La inteligencia artificial ya no es una promesa de futuro: es una palanca de presente. Su capacidad para identificar patrones, anticipar fallos u optimizar procesos es clave para mantener la estabilidad de una red cada vez más dinámica.
La IA permite optimizar la gestión de la oferta y la demanda de energía, identificando los mejores momentos para consumir, almacenar o inyectar energía en función de precios, carga de red o disponibilidad renovable. Puede gestionar estaciones de carga de vehículos eléctricos evitando picos de consumo o incluso permitir a los edificios convertirse en activos flexibles para el sistema.
A nivel operativo, la IA minimiza el tiempo de inactividad, predice incidencias antes de que ocurran y mejora el rendimiento de los equipos. Pero su impacto va más allá de lo técnico: redefine la cadena de valor del sector energético, desde la producción hasta la relación con el cliente, abriendo nuevas oportunidades de negocio, modelos colaborativos y servicios personalizados.
Redefinir el ecosistema energético
Hoy más que nunca, la red eléctrica necesita ser capaz de adaptarse en tiempo real. La digitalización proporciona esa flexibilidad al integrar la información en todos los niveles de la red y permitir que los consumidores participen activamente en la gestión energética.
La flexibilidad reduce la necesidad de sobredimensionar infraestructuras y optimiza el uso de activos. Como resultado, se reduce el coste de la electricidad fruto de la eficiencia operativa.
La transformación digital también democratiza el acceso a la energía. Permite la entrada de nuevos actores como los agregadores, facilita modelos de autoconsumo colectivo y acelera la electrificación del transporte y la industria. La cadena de valor se descentraliza y se vuelve modular, modificando, de alguna manera, el paradigma de las economías de escala.
La interoperabilidad entre equipos, la hiperconectividad y la disponibilidad de plataformas abiertas cambiarán las reglas del juego. Las fronteras entre sectores también empiezan a diluirse: energía, transporte, edificación y digitalización convergen en un mismo ecosistema.
Una red eléctrica viva y conectada
En Schneider Electric, trabajamos con una visión clara: convertir la red en una infraestructura viva, digital, segura y sostenible. A través de soluciones como nuestras plataformas de gestión energética, el uso de analítica avanzada y un enfoque software-centric, ayudamos a operadores, utilities y empresas a anticiparse a las disrupciones, optimizar la red y prepararse para un sistema energético más descentralizado.
Porque no se trata solo de adaptarse. Se trata de liderar. En un entorno volátil y electrificado, las compañías que integren inteligencia artificial y digitalización en su red no solo ganarán en eficiencia y fiabilidad: también estarán mejor posicionadas para aprovechar las oportunidades del nuevo orden energético.