energías del mar

Los parques eólicos marinos podrían secuestrar CO2 y sepultarlo en el fondo del océano

1
Las actividades humanas han bombeado ya tantas toneladas de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a la atmósfera que, además de tratar de reducir el ritmo de emisiones a través de las renovables, habría que eliminar también el dióxido de carbono (CO2) ya presente en el aire y encerrarlo permanentemente en algún lugar donde no moleste. Para cumplir este objetivo, los parques eólicos marinos se sitúan en una posición ventajosa, ya que la combinación de turbinas eólicas con tecnologías que capturen el CO2 directamente del aire y lo almacenen en depósitos submarinos, podría reducir los costos energéticos de la captura de carbono y minimizar la necesidad de canalizaciones en tierra, lo que también reduciría el impacto de las renovables en el territorio.
Los parques eólicos marinos podrían secuestrar CO2 y sepultarlo en el fondo del océano

Este es precisamente el planteamiento del geofísico marino y profesor de investigación en el Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia (Nueva York), David Goldberg, que en los últimos años ha estado centrado en investigar las posibles sinergias entre los sistemas de captura directa de aire y las turbinas eólicas marinas. De hecho, varios grupos de investigación y nuevas empresas tecnológicas ya están probando dispositivos capaces de extraer CO2 directamente de la atmósfera: "La tecnología funciona, pero los primeros proyectos hasta ahora son caros y consumen mucha energía", señala Goldberg. En este caso, uno de los puntos débiles de las renovables, su intermitencia, podría convertirse en una oportunidad: "La energía eólica es intermitente por naturaleza, al igual que la demanda y, por ello, cuando el viento produce más energía de la necesaria, la producción disminuye y esa electricidad que podría utilizarse se pierde", lamenta el científico.

De CO2 en el aire a carbono sólido en el fondo marino
Sin embargo, esta energía podría usarse para eliminar el carbono del aire y secuestrarlo en el lecho marino gracias a técnicas como las que ya desarrolla Climeworks, una empresa suiza que opera "Orca" la primera planta de eliminación de CO2 a gran escala del mundo. La instalación consta de ocho recolectores con una capacidad de captura anual de 500 toneladas de CO2 cada uno, alimentados con el calor y la electricidad de la central geotérmica de Hellisheidi (Islandia), para transformar el CO2 en carbono sólido. La metamorfosis tiene lugar cuando se bombea el dióxido de carbono capturado a la roca basáltica subyacente, donde el tóxico CO2 reacciona con la roca y se calcifica, convirtiéndose en un mineral sólido para siempre. Estos sistemas utilizan filtros o soluciones líquidas que capturan el CO2 del aire que pasa a través de ellos y, una vez que los filtros están llenos, se recurre a la electricidad y el calor para liberar el dióxido de carbono y reiniciar el ciclo de captura. Sin embargo, para que el proceso logre emisiones netas negativas, la fuente de energía debe estar libre de carbono, y aquí es donde la sinergia con la eólica marina cobra sentido.

Goldberg sostiene que se podría crear un proceso "similar" con las turbinas eólicas marinas, ya que si se construyeran sistemas de captura directa de aire junto a aerogeneradores marinos, estas "máquinas filtradoras" dispondrían de una fuente inmediata de energía limpia a partir del exceso de energía eólica y podrían canalizar el dióxido de carbono capturado directamente al almacenamiento debajo del fondo marino. El problema es que "la captura directa de aire aún está dando sus primeros pasos en tierra y la tecnología tendría que adaptarse a las duras condiciones oceánicas", por lo que los investigadores están estudiando cómo funcionarían estos sistemas en condiciones marinas.

Objetivo eólico en EEUU
En Estados Unidos, el objetivo eólico marino de la administración Biden es que para 2030 fluyan 30 gigavatios de energía eólica marina hacia la red eléctrica estadounidense, cantidad suficiente para iluminar más de 10 millones de hogares, por lo que estas investigaciones pueden ser importantes para que los futuros proyectos de energía eólica estén preparados para aprovechar los hipotéticos depósitos de almacenamiento de carbono y que las plataformas, la infraestructura submarina y las redes cableadas puedan compartirse. Por su parte, el estado de Nueva York se ha propuesto contar con 9GW de energía eólica marina para 2035, según su Ley de Liderazgo Climático y Protección Comunitaria, que también prevé que el 70 por ciento de la electricidad de Nueva York provenga de fuentes renovables para 2030.

Teniendo en cuenta las tasas históricas de reducción de energía eólica en los EE.UU, Goldberg prevé un excedente de "825 megavatios-hora de energía eléctrica por año a medida que los parques eólicos marinos se expandan para cumplir con los objetivos". Suponiendo que la eficiencia de la captura directa de aire continúe mejorando y alcance los objetivos comerciales, este excedente de energía podría usarse para capturar y almacenar más de medio millón de toneladas de CO2 por año. Y eso si el sistema "sólo utilizase el excedente de energía que se habría desperdiciado", ya que si utilizara más energía eólica, su potencial de captura y almacenamiento de carbono aumentaría.

El investigador estadounidense estima que las formaciones geológicas submarinas adyacentes a los desarrollos eólicos marinos previstos en la costa este de Estados Unidos "tienen la capacidad de almacenar más de 500 gigatoneladas de CO2". Además, es "probable" que también existan más rocas basálticas en algunas cuencas de la costa oriental estadounidense, lo que según Goldberg agregaría aún más capacidad de almacenamiento y permitiría que el CO2 reaccionase con el basalto y se solidifique con el tiempo, aunque los estudios geotécnicos aún no han confirmado la existencia de dichos depósitos.

En todo caso, el investigador advierte de la necesidad de "lanzar juntos los estudios geofísicos marinos, los requisitos de monitoreo ambiental y los procesos de aprobación tanto para la energía eólica como para el almacenamiento" ya que todo ello permitirá "ahorrar tiempo, evitar conflictos y mejorar la gestión ambiental" de la "enorme inversión" que requieren estos proyectos para obtener un "beneficio climático directo".

Objetivos climáticos de la ONU
Sin embargo, el cambio climático antropogénico sigue su curso y complica el objetivo de detener el ascenso térmico en 1,5 grados para finales de siglo. De hecho, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU ha proyectado que será necesario eliminar de la atmósfera entre 100 y 1.000 gigatoneladas de dióxido de carbono a lo largo del siglo para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados en comparación con los niveles preindustriales.

Noticias Relacionadas

Una nueva tecnología estadounidense permite eliminar 100 toneladas de CO2 del océano al año

Espectacular vídeo de la eólica marina vasca resistiendo olas de 10 metros de altura y ráfagas a 100 kilómetros por hora

El cambio climático no afectará a la producción renovable marina en lo que queda de siglo

Añadir un comentario
Carlos
si eso está muy bien, ¿pero ese proceso quien lo paga?. Alguien va a pagar al parque para que gaste energía en sepultar CO2?
Baterías con premio en la gran feria europea del almacenamiento de energía
El jurado de la feria ees (la gran feria europea de las baterías y los sistemas acumuladores de energía) ya ha seleccionado los productos y soluciones innovadoras que aspiran, como finalistas, al gran premio ees 2021. Independientemente de cuál o cuáles sean las candidaturas ganadoras, la sola inclusión en este exquisito grupo VIP constituye todo un éxito para las empresas. A continuación, los diez finalistas 2021 de los ees Award (ees es una de las cuatro ferias que integran el gran evento anual europeo del sector de la energía, The smarter E).