El combustible, denominado bio-jet de segunda generación, será producido utilizando la tecnología desarrollada por UOP de Honeywell, uno de los líderes en tecnología y productos dentro de las industrias aeronáutica y del refinado. En este campo, ha demostrado la viabilidad de los biocombustibles para reactores, al comprobar que se comportan de forma idéntica a los tradicionales y cumplen con las exigentes especificaciones para su utilización en vuelo.
En 2030 podría cubrir el 30% de todo el combustible
Sebastián Remy, responsable de Programas de Investigación sobre Combustibles Alternativos de Airbus, afirma que “cada día se utilizan millones de barriles de queroseno como combustible de aviación y la demanda mundial está creciendo. Con el fin de reemplazar una porción significativa de este combustible, necesitamos encontrar algo que tenga mucho más rendimiento que las actuales fuentes de biomasa disponibles”. Airbus cree que el bio-jet de segunda generación podría cubrir hasta el 30% de todo el combustible para reactores en aviación para 2030.
Además de investigar los beneficios ambientales, la asociación de empresas llevará a cabo análisis para comprobar si los biocombustibles pueden potencialmente desarrollarse para expandir las características de carga (alcance de los aviones, reducir el consumo de combustible e incrementar la fiabilidad y durabilidad de los motores), todos ellos puntos críticos del coste en las operaciones aeronáuticas.
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