En la primera, después de extraído y refinado, el aceite vegetal es colocado en un reactor, junto con un catalizador y una cantidad predeterminada de etanol, punto este último de vital importancia para el resultado positivo de la investigación.
Explica Maciel Filho que “el papel del catalizador es acelerar la reacción química y hacer que suceda en una temperatura más baja”.
De acuerdo a los datos suministrados, el etanol fue escogido por el equipo para el proceso por ser un reactivo no agresivo y renovable. Además de eso, el proceso genera como subproductos glicerina, agua y lo que sobra del etanol no consumido en las reacciones. Después de la separación de estos compuestos no deseados, el aceite permanece fino y con menor viscosidad.
La segunda etapa en la elaboración del biocombustible para aviación contempla la separación de todos los elementos producidos luego de la reacción. Según el Instituto de Pesquisa Tecnológicas de Sao Paulo (IPT), los análisis realizados al biocarburante atestiguan su calidad para ser utilizados en la industria aeronáutica.
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