Una central hidroeléctrica produce electricidad cuando deja caer el agua desde una altura (desde una cota) a otra cota menor. ¿Y cómo genera esa electricidad? Pues mediante una turbina, que (dicho sea grosso modo) recibirá ese agua en caída, girará por la fuerza del líquido elemento y producirá electricidad. Es el “milagro” de la fuerza de la gravedad, que, turbina mediante, acaba convertida en electricidad. Pues bien, una central hidroeléctrica de bombeo (o reversible) es aquella que, además, puede bombear el agua desde una cota menor (donde habrá un embalse) hasta otra cota más elevada (donde habrá otro). Bombeará el agua cuando la electricidad sea barata (y el coste del bombeo, bajo) y volverá a dejar caer el agua cuando la electricidad sea cara (obteniendo así un beneficio). La red global de expertos en energía REN21 publicó hace solo unos meses un informe (Renewables 2024 Global Status Report en el que repasaba el estado de la cuestión del bombeo hidráulico en el mundo. ¿Por qué? Porque el bombeo está llamado a convertirse en la solución de almacenamiento “renovable” sustituta de la solución de almacenamiento “fósil”. El bombeo hidro es, en ese sentido (en lo que se refiere al tamaño), la única solución de almacenamiento renovable de gran escala.
Pero tiene sus limitaciones. No todas las orografías son aptas para disponer dos embalses, a distinta cota suficiente, a la vera uno del otro, para montar un circuito de hidrobombeo. De hecho, son muy pocos los emplazamientos con aptitudes. REN21 cuantificaba en su informe solo 6,5 gigavatios de bombeos instalados en todo el mundo en 2023, año en el que, por ejemplo (y por aquello de comparar magnitudes), el sector eólico puso en marcha más de 100 gigas de nueva potencia y el fotovoltaico, nada más y nada menos que 345.
Bombeos
Además, hay otro problema añadido: las obras necesarias para montar un circuito de ese tipo son complicadas, largas y caras. Iberdrola ha tardado más de diez años en inaugurar su bombeo buque insignia: el Complejo Hidroeléctrico de Tâmega, ubicado cerca de Oporto, y formado por tres centrales (la Central Hidroeléctrica de Alto Tâmega, con una capacidad instalada de 160 megavatios, la Central de Almacenamiento por Bombeo de Gouvães, 880 MW, y la Central de Daivões, de 118).
La compañía que preside José Ignacio Sánchez Galán cuantificaba hace un par de años en diez gigas de bombeo (10 GW) los viables técnico-económicamente en España. Ahora mismo hay 3,3 GW, según Red Eléctrica, que utiliza la denominación “turbinación bombeo”. El objetivo que planteaba el primer Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (año 2020) era añadir tres gigas más (+3 GW) al parque nacional de bombeos en el horizonte 2030. La última versión de ese Plan, actualizada en 2023-2024 difumina sin embargo ese objetivo concreto (bombeos) en uno más amplio (almacenamiento).
Y el almacenamiento que el Gobierno quiere para el año 2030 lo cuantifica en 18,9 GW, a los que añade 3,6 de termosolar (los 2,5 que hay que instalar de aquí a 2030 y que tendrán todos sistema de almacenamiento y las centrales termosolares que ya tienen ese sistema hoy). con sistema de almacenamiento de electricidad en sales térmicas. En fin, que lo que quiere el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en su Plan 2030 es que en ese año haya en España 22,5 GW de almacenamiento.
[Bajo estas líneas, tabla que compara los objetivos del primer Pniec (aprobado en 2020) con los del segundo (aprobado el 24 de septiembre de 2024)].
La ruta en pos de los 22,5 GW de almacenamiento ya ha comenzado. El verano pasado, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (organismo dependiente del Ministerio) resolvió conceder cien millones de euros de subvención a fondo perdido a cuatro proyectos (tres bombeos reversibles y un aprovechamiento de dos embalses existentes): Navaleo (573 MW), Aguayo (1.000) y Los Guajares (340) son las tres obras más ambiciosas, bombeos reversibles todos. El Instituto estima que todas las cuatro actuaciones beneficiarias de esos cien millones podrían incrementar la potencia de turbinación en unos 2.000 megavatios (2 GW).
En España hay en operación 18 centrales termosolares con sistema de almacenamiento, 17 de las cuales son de cincuenta megavatios (50 MW) y disponen de una capacidad de almacenamiento de 7,5 horas a potencia nominal (la termosolar presume de ser la renovable nocturna). Una única central, de 20 MW, tiene un almacenamiento de 15 horas. En total, la capacidad de almacenamiento eléctrico equivalente es de 6.675 megavatios hora con una potencia de entrega de 870 MW. Dichas instalaciones llevan todas más de 10 años cargando y descargando diariamente sus tanques con total fiabilidad y sin señales de degradación, según la asociación patronal del sector, Protermosolar.
Tanques de sales térmicas
El sector termosolar presume además de ciertas virtudes que no pueden ofertar sus teóricos competidores en almacenamiento de energía renovable. ¿Por ejemplo? Los sistemas de almacenamiento de calor de estas centrales (tanques de sales térmicas) son más baratos que la fotovoltaica + baterías y más baratos también que los bombeos. La termosolar además es una tecnología netamente española (no hay nación en todo el mundo que tenga más potencia termosolar instalada que España, y centros de I+D como la Plataforma Solar de Almería o empresas nacionales como Sener, Acciona o Abengoa son líderes mundiales, referentes a escala global, en termosolar).
Y, por fin, las baterías
Que cada día son más baratas. Según el director general de la Unión Española Fotovoltaica, José Donoso, entre 2010 y 2023 los costes del almacenamiento en baterías han caído un 89%. En todo caso, el almacenamiento en baterías de gran escala es prácticamente irrelevante hasta ahora en España. Según Red Eléctrica, que es el operador del sistema eléctrico nacional, hay 25 megavatios de almacenamiento en baterías (0,02 gigavatios).
¿Ejemplos?
Endesa anunciaba hace un año por estas fechas la puesta en servicio de “la mayor instalación europea de almacenamiento de flujo de vanadio en una planta solar”. La instalación, que ha sido asociada al parque solar de Son Orlandis, en Mallorca, es la primera que la compañía construye en España con esta tecnología (flujo de vanadio), tiene una potencia de 1,1 MW y una capacidad de almacenamiento máxima de 5,5 MWh (es la mayor batería hibridada de flujo reducción-oxidación con una planta fotovoltaica en Europa; la mayor… de 1,1 megavatios...).
La misma Endesa, a través de su filial Enel Green Power España, anunció también hace ya un año por estas fechas su intención de instalar en Canarias “la mayor planta de energía solar con almacenamiento en baterías” del archipiélago. En concreto, un proyecto de 9,3 megavatios (MW) y una capacidad de almacenamiento en baterías de 10,37 megavatios hora (MWh). Podría estar operativa el año que viene, si la compañía cumple con el calendario que ha anunciado.
Iberdrola España presume de que fueron los primeros en “casar” fotovoltaica y baterías, en el campo solar de Arañuelo III, que fue presentado en su momento como “proyecto incubadora” e inaugurado en septiembre del 21. Cuenta con una batería de 3 MW y 9 MWh de capacidad de almacenamiento. Desde entonces, la compañía ha ejecutado alguna instalación más (batería de 2 MW, en Luzaide; de 5 MW, en la central hidroeléctrica de Santiago Jares, en Ourense; batería de 20 MW en su planta de hidrógeno de Puertollano) y prevé una de 15 MW en el bombeo de Valdecañas, Cáceres.
Todas, en todo caso, lejos de la potencia y capacidad de la termosolar, y, sobre todo, de los bombeos.
Eso sí: por el camino vienen muchas baterías. Hay 14 GW con permiso concedido, según REE. Habrá que ver cuántas se materializan.
Más de tiempo presente, y más numerosas (mucho más), son las baterías detrás del contador, las pequeñitas, las asociadas al autoconsumo. A día de hoy podría haber 2.200 megavatios hora en España. Según UNEF, se instalaron 1.383 en 2022 y 495 en 2023. Las cifras de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) son muy menores: 406 en el 22, 128 en el 23 y 155 en el 24.
El dato oficial
La Administración maneja sus propios datos. Según la subdirectora de Almacenamiento del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Fátima García Señán, "en España la potencia instalada de almacenamiento asciende actualmente a unos 7,6 GW, incluyendo centrales hidroeléctricas de bombeo puro y mixto, almacenamiento térmico y baterías, tanto conectadas a red como detrás del contador".
Quedan cinco años hasta 2030, fecha en que debe haber aquí 22,5 GW de almacenamiento.
“Si consideramos la potencia instalada junto con los permisos de acceso a la red que han sido concedidos y solicitados, se cumplirían con creces los objetivos marcados”, dice Señán.
El tiempo lo dirá.
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