Las 33 viviendas, referidas por el gobierno de la provincia -que impulsó el proyecto habitacional- como bioclimáticas, tienen además la particularidad de contar con doble muro, aislación y estar orientadas de modo tal que sus ventanas y puertas puedan aprovechar la luz del día y también protegerse del viento, bastante significativo en esa zona. Además, están dotadas de un sistema que permite un uso racional del agua, a través de dispositivos que reducen el consumo tanto en el inodoro como en ducha y griferías.
Cada casa, que tiene una superficie de 71 m2 y consta de cocina, comedor, dos dormitorios y baño, también tiene tecnología de iluminación LED y equipamiento fijo para separar los desechos en húmedos y secos.
Según se afirma, todo el conjunto energético más las disponibilidades de eficiencia, permitirán a sus ocupantes, un total de más de 90 personas, ahorrar hasta un 30% en costos de energía.
La obra ha significado en conjunto una inversión de casi 20 millones de pesos (más de 2 millones de dólares, según el cambio oficial) y requerido de cerca de 10 meses para su ejecución.
Los paneles fotovoltaicos permiten producir energía, inyectarla a la red eléctrica y que la empresa prestataria del servicio descuente cada mes ese aporte, situación que, se asegura, convierte a la provincia de San Luis en la primera del país en contar con este sistema.
El gobernador de la provincia, Claudio Poggi, dijo al inaugurar el barrio y hacer entrega de las llaves que "la mitad de la población de San Luis vive en viviendas construidas por el Estado”, y que "estas viviendas se diferencian del resto de las viviendas sociales". Los beneficiarios pagarán cuotas iniciales de $2500, ajustables a los aumentos salariales.
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