El objetivo, se asegura, es contribuir “a financiar proyectos de energía renovable de tamaño medio y grande, incluirá proyectos de energía eólica, energía solar fotovoltaica y termosolar, proyectos de energía de biomasa así como líneas de transmisión para la evacuación de la producción de energía renovable”.
Desde el BEI afirman que el préstamo se concede con cargo a la “Facilidad para la Sostenibilidad Energética y la Seguridad del Abastecimiento Energético” (ESF), proyecto que “responde a las exigencias de la Facilidad, en la medida en que apoya la sostenibilidad medioambiental, la seguridad energética y el desarrollo de las energías renovables”.
Desde 1993, cuando el BEI inicio sus actividades de financiación en América Latina, ha aportado más de 6.300 millones de euros (8.600 millones de dólares) a proyectos de inversión a largo plazo en trece países de la región.
El (BEI) es la institución de financiación a largo plazo de la Unión Europea, cuyos accionistas son sus estados miembros, para facilitar proyectos de financiación afines a los objetivos de sus políticas.