Coincidiendo con el Salón del Automóvil de Nueva York que tuvo lugar entre el 10 y el 19 del pasado mes de abril, General Motors ha presentado un vehículo con esta novedosa configuración que ha denominado PUMA, acrónimo de Personal Urban Mobility and Accesibility, con el que pretende resolver el problema de la circulación en las grandes ciudades.
Un vehículo no contaminante, completamente eléctrico, silencioso y de muy reducidas dimensiones (su longitud es la mitad de la de un Smart, casi la cuarta parte de un vehículo familiar), con una movilidad y agilidad impensable en un coche convencional ya que puede llegar a girar sobre sí mismo para cambiar de dirección. Tiene capacidad para dos ocupantes que van sentados casi sin espacio entre ellos lo que permite que también la anchura del vehículo sea muy reducida aunque a costa de sacrificar un poco el confort. Es como si cogemos un utilitario y lo partimos por la mitad lo que es una buena idea ya que el 80% de los vehículos que circulan en nuestras ciudades sólo suelen llevar al conductor y como mucho un pasajero.
Heredero de un patín
Se nota que el PUMA es el resultado de la colaboración durante 18 meses entre Segway y el gigante de Detroit ya que en el mercado el único vehículo de similares características es el patín Segway de ruedas paralelas que mediante giroscopios y sistemas electrónicos mantiene a un solo pasajero en equilibrio de pie. Para avanzar y retroceder basta con desplazar el cuerpo hacia delante o hacia atrás y para girar basta con inclinarse hacia los lados para que los sensores del mástil del manillar perciban el cambio y se produzca el giro (en los modelos anteriores era girando los puños del manillar y el mástil era fijo, no balanceaba). Este patín, a pesar de su precio de entre 4.500 y 6.500 euros, ha cosechado un relativo éxito pues ya se han comercializado 60.000 unidades en todo el mundo de las distintas versiones disponibles. A los que lo hemos probado nos ha parecido una experiencia digna de ser repetida, muy intuitivo de manejar (tras el breve y normal período de aprendizaje) y además muy divertida y ecológica (justo detrás de la bicicleta y de los patines). Y es perfectamente válido para pequeños recorridos en el entorno urbano de hasta 25 km, su autonomía máxima.
El PUMA sigue la misma filosofía pero en este caso mantiene en equilibrio a dos personas sentadas sobre dos ruedas empleando la estabilización dinámica de la plataforma deslizante sobre la que se anclan los asientos. En reposo el vehículo se apoya sobre dos pequeñas ruedas que hay delante bajo la cabina y así permite subirse con comodidad. Una vez dentro, moviendo el mástil en cuyo extremo se sitúa el volante conseguimos que toda la cabina deslice hacia atrás y se queda en equilibrio sobre sus dos ruedas laterales. A partir de ahora basta desplazar hacia delante o hacia atrás el eje del volante para iniciar la marcha en el sentido deseado y para cambiar la dirección basta girar el volante como en un coche convencional.
El modelo presentado de PUMA es únicamente un bastidor con parabrisas y techo, sin puertas, con una barra lateral para delimitar el espacio destinado a los ocupantes. Así sólo pesa 140 kg, incluidas las baterías de ión litio que le confieren una autonomía cercana a los 60 km. Según sus constructores el modelo podrá ser personalizado casi a voluntad lo que a nivel publicitario puede ser tentador porque llamativo es desde luego muy llamativo. Incluso presentaron algunos ejemplos de cómo podría ser el modelo totalmente carrozado y que según las previsiones se podría llegar a comercializar a lo largo del próximo año. En cuanto a su precio no hay nada definido y aunque según GM se situaría en torno a un tercio o una cuarta parte del coste de un coche promedio me sorprendería que éste fuera menor a 9.000 euros, sabiendo que el precio del patín unipersonal de Segway tampoco es barato. Aunque si se consigue una producción a escala y los costes se minimizan y se logran aquilatar los precios …
Su velocidad máxima es de 56 km/h, suficiente para desenvolverse con soltura por el tráfico urbano. Aunque para ser realmente eficaz debería contar con luces de freno y de posición tanto delanteras como traseras, intermitentes y parachoques; suponemos que los modelos carrozados ya dispondrán de estos elementos indispensables. Con lo que sí cuenta es con cinturones de seguridad de tipo competición.
Baterías de ión–litio y dos motores
El prototipo PUMA integra baterías de ión-litio sin memoria, gestión digital inteligente de la energía y dos motores eléctricos, uno en cada rueda. Pero además cuenta con una interface que permite la conectividad fuera del vehículo para que el usuario pueda conectarse con su negocio. Además la interface permitiría determinar la posición de los demás PUMA que se encontraran alrededor para evitar accidentes de forma automática y sincronizar la velocidad con los demás vehículos.
Se podría incluso diseñar rutas virtuales por las que circularan con accesos y salidas sincronizadas sin alterar la velocidad de la circulación, manteniendo una distancia mínima de seguridad y a la mayor velocidad posible según las características de la ruta, es decir se podría lograr una conducción automática sin intervención directa del conductor. Esto permitiría optimizar la circulación y evitar el efecto gusano o acordeón que se origina en los atascos y que es motivo de muchos accidentes. Cuando un PUMA llega a su destino se saldría de la circulación general, por una vía delimitada a tal efecto y se detendría permitiendo que sus ocupantes abandonaran el vehículo sin entorpecer al resto del tráfico. Otra de las características que a buen seguro harán las delicias de sus usuarios es que el PUMA tendría la capacidad de autoaparcarse sólo en una zona diseñada para tal fin con la ventaja de ocupar el mínimo espacio posible y aprovechando al máximo sus reducidas dimensiones.
En principio la idea parece buena y es posible que pueda ponerse en práctica en ambientes controlados pero no tanto en circulación abierta, es decir, que puede ser muy útil para el desplazamiento dentro de complejos residenciales, grandes instalaciones fabriles u hoteleras, pero el PUMA no reconoce más que a otros PUMA por lo que no posiciona otros vehículos o personas que puedan encontrarse en la vía pública, por lo que para sacarle el máximo provecho únicamente deberían circular por las calles los PUMA. No obstante esto se podría solventar con un radar de proximidad como ya llevan algunos modelos de alta gama que adaptan su velocidad al vehículo que les precede e incluso pueden detener el vehículo en caso necesario.
Personalmente no creo que el proyecto PUMA saque a GM de la profunda crisis que atraviesa, con unas pérdidas de 80.000 millones de dólares desde el año 2005 y que ha necesitado de una ayuda de 15.000 millones de dólares del Gobierno de los EE.UU. Lo que sí pone de manifiesto es que existen otras alternativas al desplazamiento personal hasta ahora no desarrolladas y que pueden resultar al menos igual de eficientes que las actuales. Además de lograr consumos de energía mucho menores, se desahogarían nuestras ciudades –donde vive la mitad de la población mundial– de ruidos, contaminación y agobios.
A corto plazo yo apuesto que la salvación de GM pasa por un proyecto más factible y próximo a la realidad actual como es el Volt/Ampera, eléctrico, que esperemos no tardar mucho en disfrutar en nuestras calles y que a buen seguro será un éxito de ventas a poco que cumpla con las expectativas generadas.
Vehículos que se entiendan entre ellos
Desde hace unos años distintas marcas de automóviles europeas, americanas y asiáticas están trabajando en un sistema de comunicación entre vehículos (V2V) que permitirían detectar la proximidad de otros vehículos e incluso las incidencias que sufren en tiempo real según se activen sus sistemas de seguridad. Por ejemplo, cuando entra en acción el ABS y se acompaña de una detención total en un vehículo que nos precede se identificaría como presencia de un obstáculo en la vía. En cambio si tras activarse el ABS no se produce detención podría indicar piso deslizante, varias señales juntas circulando despacio se interpretarían como retenciones o, incluso, si la señal de otro vehículo se acerca a una intersección demasiado deprisa y puede colisionar con nosotros nos alertaría mediante alarmas luminosas y sonoras.
Para conseguir esta comunicación se emitirían señales desde los coches protagonistas que irían saltando de vehículo en vehículo para informar a distancia de lo que sucede en la ruta por la que se transita. Es decir, cada vehículo funcionaría como receptor y emisor de la información mediante una red WIFI o de radio apoyándose en un sistema GPS para localizar la situación real del evento. Marcas como GM, Mercedes, Fiat, Ford, Nissan, VW y BMW ya disponen de este tipo de sistemas en fase de pruebas e incluso recientemente se ha promulgado una normativa europea para reservar a nivel internacional un ancho de banda exclusivo para permitir la comunicación V2V. Este sistema que se espera esté disponible en la próxima década permitiría por un lado reducir la siniestralidad y por otro facilitaría una circulación fluida al permitir eludir las vías congestionadas con antelación y evitaría despilfarrar combustible en los atascos. Además, como la mejor manera de ser ecológico es no tener que fabricar nada superfluo, al evitarse accidentes se reduciría el empleo de las materias primas y de la energía necesaria para la manipulación, transporte y distribución de piezas de recambio.