fotovoltaica

Renovables sí, pero ¿cómo?

2
Es la pregunta por antonomasia del mundo renovable. Su potencial, su contribución y su función es una batalla ya ganada, pero su impacto continúa generando dudas y rechazos. Pedro Fresco, ex director de general de Transición Ecológica en la Generalitat Valenciana, y Fernando Prieto y Juan A. Avellaner, del Observatorio Sostenibilidad, reflexionan sobre el particular, en exclusiva, para Energías Renovables.
Renovables sí, pero ¿cómo?

Ya en 2021, Energías Renovables llevó en la portada de noviembre el siguiente titular: 'Fotovoltaica y biodiversidad, de la mano mucho mejor'. El debate existía en ese momento, y el debate sigue existiendo ahora, algunos meses después. El binomio fotovoltaica y biodiversidad marca agenda, genera debate e incluso jornadas y congresos para debatir sobre ello. En las próximas líneas hablaremos del nuevo informe de la consultora independiente de Estudios Medioambientales y Territoriales (EMAT), que ha estudiado y analizado, en colaboración con la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), el potencial de las instalaciones fotovoltaicas como hábitat para las especies silvestres, la incidencia de instalaciones en funcionamiento en la biodiversidad, la inquietud social y ambiental sobre la implantación de nuevos proyectos.

El II Informe de Sostenibilidad y Plantas Fotovoltaicas ha tomado como objeto de estudio un total de cuatro plantas fotovoltaicas (dos de reciente puesta en marcha y dos con más de 10 años de antigüedad) ubicadas en Trujillo (Cáceres), Puertollano (Ciudad Real), Mula (Murcia) y Totana (Murcia). Por ejemplo, uno de los resultados del estudio muestra que en la planta de Puertollano y de Totana (las más antiguas) hay más biodiversidad dentro de ella que fuera. “Las dos plantas con mayor presencia de especies singulares son de nuevo las más consolidadas por ser de más antigua instalación y las situadas en ambientes naturales más ricos y diversos”, añade el informe.

Las principales conclusiones del informe son:
• Una vez puesta en marcha una instalación fotovoltaica, su espacio resulta apto para la presencia de un buen número de especies de aves, de invertebrados y de otros vertebrados.
• Las plantas fotovoltaicas pueden albergar especies de interés facilitando un espacio seguro incluso para su reproducción y contribuyendo a su protección y conservación.
• La aptitud como refugio de fauna de las plantas fotovoltaicas se sustenta en la presencia de un hábitat dominante.
• Tranquilidad y ausencia de otros impactos derivadas de excluir las actividades agrarias intensivas, las cinegéticas u otras actividades recreativas del interior de los recintos.
• Rápido y positivo impacto en la biodiversidad al introducir variedad en los hábitats y en la vegetación, se dejan espacios libres de placas, se crean corredores ecológicos, o se instalan puntualmente cajas-nido o bebederos, así como charcas donde no las hubiera.
• Por lo general, si se ha escogido bien el emplazamiento, evitando afectar a los espacios de más valor y especies más sensibles, y se hace un adecuado mantenimiento, en las plantas fotovoltaicas se podrá establecer a medio plazo una biodiversidad de fauna incluso superior a la preexistente.

¿Cómo proteger la biodiversidad?
• En el amplio espacio de una instalación se pueden acometer medidas de mejora medioambiental que, sin afectar a la producción eléctrica, potencian cualidades que faciliten una mayor acogida de fauna y de biodiversidad en general.
• El espacio de la planta puede ser una fuente muy notable de recursos tróficos para las aves, como semillas e insectos, que se ven favorecidos por un control lo más tardío posible de la vegetación herbácea y por la correcta aplicación de medios mecánicos o del uso del ganado.
• Las mejoras destinadas a la biodiversidad que se pueden poner en práctica pasan, por ejemplo, por la protección y potenciación de los hábitats singulares y espacios de importancia para la fauna de los que ya disponga el terreno o el correcto manejo del control de la vegetación.

Santiago Martín Barajas, el director de Emat, fue el encargado de presentar el estudio en una jornada celebrada en Madrid y organizada por UNEF, donde destacaba, a modo de resumen, las características que tiene que tener una planta fotovoltaica en cuanto a la biodiversidad. Martín señalaba que la agricultura y la caza son dos actividades humanas muy impactantes que no se pueden llevar a cabo, y que a mayor tamaño de la instalación, mejor para la biodiversidad. "Estamos creando reservas integrales donde pueden pasar años sin que se ponga el pie de una persona. Hay que apostar por esas medidas para mejorar la biodiversidad, que suelen ser baratas, y que suelen ser las mejores. Si llevamos a cabo estas actuaciones, las instalaciones fotovoltaicas pueden ser en pocos años auténticos refugios para la biodiversidad. Haciendo bien las cosas, que no es más caro que hacerlas mal, podemos tener plantas que sean el refugio y la tabla de salvación de varias especies. Todos los estudios coinciden: una gestión adecuada favorece la biodiversidad", concluía Barajas.

Renovables sí, y así sí
Pedro Fresco, ex director de general de Transición Ecológica en la Generalitat Valenciana

Una de mis principales preocupaciones como director general de Transición Ecológica en la Generalitat Valenciana fue intentar impulsar la implantación de energías renovables y, al mismo tiempo, reducir el rechazo de algunos proyectos en el territorio. El rechazo a la implantación de renovables es algo que ha ido creciendo con el paso de los años y por parte de algunos actores se ha llegado a hablar incluso de moratorias o prohibiciones casi generalizadas. Para mí esas pretensiones eran del todo inaceptables y representaban una irresponsabilidad histórica y climática evidente, así que había que llevar el debate al terreno de lo razonable: No se trataba de paralizar o limitar el desarrollo renovable, pretensión inadmisible, sino de que este fuese responsable y excelente.

Encontramos la manera de promover estos desarrollos excelentes gracias a una figura creada por el Decreto-Ley 1/2022 del Consell de medidas urgentes en respuesta a la emergencia energética y económica por la guerra en Ucrania. Se trataba de una figura regulada en artículo 10 de ese mismo Decrelo-ley, que permitía declarar determinados proyectos renovables o ámbitos territoriales como actuaciones de prioridad energética. La figura de 'prioridad energética' otorgaba ciertas ventajas a los proyectos, como la tramitación de urgencia, la compatibilidad territorial y urbanística o la exención de los umbrales máximos de ocupación de suelo no urbanizable común del municipio (algo extremadamente polémico en ese momento, aunque después la abogacía de la Generalitat suavizó su aplicación), y podía ser solicitada tanto por la Consellera de Transición Ecológica como por el Conseller de Economía de forma discrecional, aunque debía ser en todo caso aprobado por la Consellera de Territorio y Urbanismo. Así que marcamos el objetivo: Aquellos proyectos que fuesen realmente excelentes y que destacasen por su menor impacto ambiental y su mayor impacto social positivo debían ser propuestos como prioritarios energéticos.

El problema era cómo definir esa excelencia, cuestión nada sencilla. Para ello marcamos unos criterios de obligado cumplimiento y, de cumplirse, se procedería a un análisis de características de excelencia basado en ocho criterios puntuables. Si se obtenía una puntuación mínima en el análisis de esos criterios, habiendo cumplido previamente los puntos obligatorios, se procedería a pedir su declaración como proyecto de prioridad energética. No entramos a plantear esto por zonas porque lo que nos interesaba era la excelencia de los proyectos concretos.

Tres criterios obligatorios
Los criterios obligatorios eran tres. El primero, obligado por la propia definición de prioridad energética del Decreto-Ley 1/2022, que estuviesen en suelo no urbanizable común (no protegido). El segundo era que no estuviesen situados en zonas mapeadas como incompatibles por el Decreto-Ley 14/2020 que regulaba el procedimiento de autorización de estas instalaciones, algo lógico para no estar analizando proyectos que fuesen inviables. Y el tercero, que era el criterio obligatorio clave, es que el proyecto contase con una carta de apoyo del ayuntamiento o ayuntamientos de los municipios donde se quisiese instalar en la que respaldasen su declaración como prioritario energético.

Nosotros queríamos acabar con una práctica que, sin ser la habitual, si se estaba produciendo en algunos casos: promotores que no hablan con los ayuntamientos, enterándose estos cuando les llegaba la petición de compatibilidad urbanística. A los municipios hay que seducirlos, hay que escucharlos, y para eso se necesita ir de cara e intentar ganar su apoyo. Quien no lo hiciese así no podría ser considerado prioritario.

Pasado el filtro obligatorio, entraba la matriz de excelencia. Aquí era importante que los criterios fuesen claros, no interpretables y que fuesen fáciles de analizar por los trabajadores públicos. El análisis para ser prioritario energético no podía convertirse en otro procedimiento burocrático lentísimo, era importante ser ágil y rápido. En el proceso de definición de estos criterios se priorizó la simplicidad a la perfección. Para nada vale un procedimiento perfecto que es imposible de gestionar, y más en una dirección general como la que dirigía que no iba precisamente sobrada de personal.

Después de muchos análisis, redefiniciones y consultas, los criterios de esta matriz de excelencia fueron ocho, con puntuaciones distintas en función de la importancia que le otorgábamos. Eran estos:
1- Estar en zona de sensibilidad baja según el mapeo del ministerio: 20 puntos
2- Tener un certificado de excelencia de la planta: 10 puntos
3- Estar en municipios que consuman más que la generación renovable instalada en el término municipal (para buscar una mayor distribución territorial): 10 puntos
4- Que el promotor realice acciones de impacto climático positivo (reforestaciones, promoción de proyectos de biomasa, de comunidades energéticas, instalación de autoconsumo o medidas de eficiencia en los edificios municipales, etc.): 20 puntos máximo (5 puntos por medida)
5- Acciones a favor de los regantes del municipio, para abaratar su coste energético: 10 puntos.
6- Participación local: Proyecto participado por los empadronados en la comarca, bien en el capital bien en la financiación: 20 puntos máximo (1 punto por cada 1% participado).
7- Sustitución de actividades nocivas para el medio ambiente: 10 puntos
8- Ocupación eficiente del terreno: Ocupación inferior a 1,5 ha/MW con estructura fija o 2 ha/MW con seguidor (10 puntos) y doble uso del suelo (10 puntos): Total 20 puntos

Para poder 'aprobar' en la matriz de excelencia había que obtener 50 puntos si se era un proyecto fotovoltaico y 40 si era eólico (el criterio 8 era solo para fotovoltaica). En ese caso, se hubiese solicitado la consideración de prioritario energético en base al cumplimiento de criterios de excelencia marcados por la Conselleria de Transición Ecológica. Esta estructura, en la que estuvimos trabajando varios meses, fue autorizada por la Consellera Mireia Mollà el día antes de su cese. Hubiese sido anunciada a los medios la semana siguiente y publicada en el DOGV como resolución de la Consellera. El cese de la Consellera Mollà hizo imposible que se activase, pues el nuevo equipo dirigente no mostró ningún interés en el procedimiento.

Renovables con beneficios a los territorios
Si se analiza la propuesta se verá que tiene ciertos elementos comunes con los concursos de capacidad que quiere realizar el Ministerio para la Transición Ecológica, con criterios sociales que puntúen para obtener ese acceso a red. En el fondo el objetivo es el mismo: queremos desarrollos renovables que aporten beneficios a los territorios donde se implantan y que lo hagan con el menor impacto ambiental posible. Nosotros usamos la herramienta que teníamos a nivel autonómico, que eran los proyectos de prioridad energética y las ventajas que podíamos ofrecer, pero la idea de fondo es similar.

Nuestro procedimiento era incentivador, no prohibía otros desarrollos, sino que daba ventajas a aquellos que eran identificados como mejores. Hubiese servido para agilizar los mejores proyectos pero, sobre todo, para incentivar a los promotores a buscar el apoyo local, a ofrecer más beneficios a los municipios y a aplicar los mejores estándares. El procedimiento marcaba un camino de desarrollo responsable de las renovables. Y creo que hubiese funcionado.

En la administración, al igual que en otros ámbitos, hay muchos proyectos que no salen adelante. Es parte de la vida. Pero las ideas nunca caen en saco roto, siempre se aprende con ellas, siempre sirven para inspirar a otros. Existe un gran debate en España sobre el desarrollo de renovables de forma responsable y óptima, sobre cómo conseguir el apoyo del territorio y esta propuesta pretendía dar respuesta a esas inquietudes. No era la propuesta perfecta, ni mucho menos, era la propuesta que podíamos hacer con las limitaciones que teníamos, pero creo que iba en la dirección correcta, que huía de falsas soluciones y que apuntaba al foco de algunos de los problemas que tenemos.

Este gran debate es algo que debemos encarar en 2023. Tenemos que erradicar la tentación de las moratorias, las soluciones irreales y el retardismo funcional ,y la mejor manera de hacerlo es llegar a un consenso sobre la necesidad de beneficios locales de los desarrollos renovables y la búsqueda de estándares de excelencia. Podemos y debemos hacerlo. Sirva esta propuesta, lamentablemente abortada, como mi modesta aportación a este gran debate, que tenemos que culminar cuanto antes y de forma satisfactoria para poder decir, finalmente, 'Renovables sí, y así Sí'.

Renovables sostenibles: fotovoltaica
Fernando Prieto y Juan A. Avellaner, autores principales del Observatorio Sostenibilidad

Renovable no es sinónimo de sostenible. Un escenario de sostenibilidad por supuesto implica que haya renovables, pero también el mantenimiento de variables como la producción de los ecosistemas agrarios, la conservación de las zonas forestales y de los procesos de los ecosistemas, la protección de los paisajes, y por supuesto el contar con la opinión de la población afectada, la lucha contra la desigualdad, el reparto de beneficios entre todos... Todo esto, y en la coyuntura actual de emergencia climática, hay que hacerlo de una forma rápida pero ordenada. Recuerden lo de 'vísteme despacio que voy deprisa', porque si no nos podemos encontrar con impactos irreversibles, paisajes destruidos y con impactos que van a ser muy caros de desmantelar una vez realizados. En esta encrucijada queremos más renovables, pero no el “far west”, es decir, que sea un proceso racional, ordenado y planificado que tenga en cuenta factores sociales ambientales y económicos. El desarrollo en los últimos años de las energías renovables, en general, ha tenido un fuerte debate en relación al impacto en los paisajes, en la biodiversidad y en cientos de comunidades en las que ha generado un importante rechazo hacia este tipo de despliegue y, por ello, a las tecnologías, a pesar de que son claves para la descarbonización de la economía y para poder llegar al cada vez más lejano objetivo de no alcanzar los 1,5º C, con los resultados que ya sabemos.

En las últimas semanas se han producido hechos contradictorios. El Decreto 2020/2022 ha eximido a estos proyectos de renovables -según la Asociación Española de Evaluación de Impacto Ambiental-, del trámite de evaluación de impacto ambiental, independientemente de su tamaño, obviando el más mínimo 'Principio de Precaución”' de aplicación generalizada en todo el mundo civilizado desde la Cumbre de Río de 1992. En este sentido, un estudio reciente del Observatorio de Sostenibilidad para la Alianza Energía y Territorio (Aliente) señala que es posible el desarrollo de las renovables con un mínimo impacto ambiental asumible, y que esta línea debe de ser explorada y analizada conjuntamente por la Administración y la ciudadanía, en concreto. Se ha estimado que se puede situar hasta diez veces la producción fotovoltaica del plan nacional integrado de Energía y Clima (PNIEC) con un mínimo impacto ambiental implantándolos en zonas ya artificiales.

Siguiendo en el estudio anterior, las placas se distribuirían en un 50% aproximadamente sobre suelos ya construidos e industriales, y el resto en zonas muy antropizadas y de escaso valor ambiental: minas de diferentes materiales , incluyendo carbón, que podrían contribuir con sus 42 gigavatios (GW); en zonas de invernaderos ya consolidados como los de Almería, donde podrían instalarse hasta 45 GW; infraestructuras viarias, autovías, autopistas, carreteras y vías de ferrocarril (como en Alemania), que podrían contribuir con otros 15 GW (y que podrían pagar parte de su mantenimiento); cubrimiento de canales e infraestructuras hidráulicas con 8,5 GW (que además podrían ayudar a la disminución de la evaporación); y los vertederos y escombreras, que podrían contribuir hasta con 3,5 GW. Y, esto sin contabilizar los tejados de fibrocemento, actualmente sin posibilidad de instalación por razones medioambientales, que podrían alcanzar los 15 GW. Además, se podrían añadir fachadas (con sistemas innovadores) y proyectos en algunos embalses, que previos estudios de impacto detallados, podrían aumentar estas capacidades de producción y reducir de una forma sustancial la evaporación.

En el informe referido se ha tenido muy en cuenta la biodiversidad. Así, se han dejado fuera del cómputo para el caso de zonas mineras, vertederos y escombreras todas las zonas de la Red Natura, zonas importantes para las aves, para los mamíferos y el total de Reservas de la Biosfera designados después de procesos de análisis y evaluación exhaustivos. Los cálculos de estas producciones se han realizado de una forma muy conservadora, por lo que podría considerarse que la generación de energía sería superior a la indicada.

Mínimo impacto en las zonas mineras
El caso más sencillo y paradigmático y donde se puede implementar ya de una forma masiva reside en las zonas mineras. Podemos ver los casos de minas de lignito en Alemania o de China. En España, en la zona de Andorra, en Teruel, ya se está implementando. En estas zonas y con un mínimo impacto se puede producir energía fotovoltaica de una forma intensiva y extraordinariamente factible. La localización de estas superficies, por supuesto, no eximiría de estudios de impacto ambiental más detallados. Adicionalmente, la sustituían de las centrales de carbón liberan potencia en las subestaciones y en las redes, reduciendo el impacto de la evacuación.

Pero es también muy importante el caso de la producción de energía en tejados y cubiertas, que se pueden aprovechar por pequeñas y medianas empresas, por ciudadanos, por comunidades energéticas. Y aquí, la energía llega directamente a la gente, haciendo partícipe a una parte importante de la población en la producción y la gestión de la energía, fomentando el autoconsumo y la energía distribuida. Además, esos efectos energéticos, socio-económicos y culturales de importancia los va a generar el autoconsumo colectivo, modelo para integrar la generación y la eficiencia energética al posibilitar modelos de asunción de conciencia ambiental. Es posible, casi por primera vez en la historia, que esta revolución tecnológica revierta directamente en la mayoría de los ciudadanos, y no como hasta ahora solo en unas cuantas compañías.

Aquí también vemos que otros países nos llevan mucha ventaja. Por ejemplo, China acaba de alcanzar una potencia de 27 GW en tejados solares. En 2021 y de cara a 2023, se espera, por ejemplo, que muchos municipios hayan instalado paneles en el 50% de la superficie disponible en edificios gubernamentales. Alemania ya tiene 2 millones de tejados solares, el Reino Unido, 800.000, Italia 600.000, Australia ya se acerca a los 3 millones de viviendas, y California ya superó en 2019 el primer millón de tejados solares.

Superar las previsiones del PNIEC
Y aquí, en el 'país del sol', vamos con continuas demoras, con balances negativos para el productor, y burocracias rancias y legislaciones obsoletas. Solamente se alcanzan alrededor de 200.000, pero que ya pueden suponer unos nada despreciables 5,2 GW (casi el 5% de la potencia generadora en España). Este ritmo solo se ha acelerado en este último año, a pesar de que este Gobierno ya lleva casi 5 años de gestión. Si se mantiene el ritmo del 2022, se evitan trabas administrativas como las existentes a las comunidades energéticas, se permite el balance neto anual y se aceleran los trámites como las subvenciones y ayudas, se podría superar muy holgadamente las previsiones del PNIEC, que señala 39 GW fotovoltaicos para el 2030, cuando ya existen unos 19 GW. Es decir, faltarían unos 20 GW hasta el 2030. En este informe se proponen soluciones para estos 20 GW de forma que se puedan escoger entre las soluciones ofrecidas de menor impacto ambiental, máximo beneficio para la sociedad y menor coste económico.

Este informe se puede resumir con el hashtag #renovablesasiSI, intentando paliar conflictos que seguramente nunca se deberían haber producido de instalación de renovables contra el criterio de los ciudadanos, con el enorme trabajo de comunidad a comunidad realizado por Aliente. Finalmente, hay que recordar que un mayor desarrollo de fotovoltaica permitirá que los proyectos eólicos más cuestionados por la sociedad y los de mayor impacto ambiental y sobre la biodiversidad sean revisados y supervisados. Y refleja una fórmula ganadora donde toda la sociedad se beneficia: los ciudadanos, participando de esta revolución solar mediante comunidades energéticas o en sus propios tejados; los ecosistemas, los paisajes y la biodiversidad; y las zonas agrarias y forestales donde el impacto sería marginal.

¿Por qué nos empeñamos en seguir ocupando zonas valiosas y productivas como las agrarias o forestales o de interés para la conservación y la recuperación agrícola cuando hay alternativas en espacios con menor valor ecológico? ¿Por qué no facilitamos los trámites de las comunidades energéticas y de la instalación en las ciudades y zonas urbanas, aparcamientos, polideportivos, estaciones de tren, etc..en vez de ocupar ecosistemas valiosos? Porque no buscamos los acuerdos con la población en vez de la judicialización de los procesos? Iniciemos el camino de las renovables sostenibles. No hay otra opción.

Contenido incluido en la edición la edición de papel ER218 de Energías Renovables en papel, que puedes descargar gratis en formato PDF aquí

Añadir un comentario
Fukushima4ever
Igual que, a excepción de los ecologistas, nunca se cuestiona la construcción o ampliación de nuevas carreteras igual que nunca se cuestiona la construcción de aparcamientos para vehículos a motor siendo hacen desaparecer el suelo y la vida, se convierten en un acumulador de calor construido con materiales contaminantes, dan alas al uso del vehículo privado y suponen un impacto paisajístico considerable e irreversible. Sería una buena actuación el obligar que en un plazo de tiempo razonable todos los aparcamientos al aire libre cuenten con marquesinas fotovoltaicas y que todos los de nueva construcción vengan con ello de serie.
David
Yo cada vez lo veo más claro debe ser los ayuntamientos los que pongan en marcha esos grandes planes de autoconsumo comunidades energéticas y producción local en tejados.
Baterías con premio en la gran feria europea del almacenamiento de energía
El jurado de la feria ees (la gran feria europea de las baterías y los sistemas acumuladores de energía) ya ha seleccionado los productos y soluciones innovadoras que aspiran, como finalistas, al gran premio ees 2021. Independientemente de cuál o cuáles sean las candidaturas ganadoras, la sola inclusión en este exquisito grupo VIP constituye todo un éxito para las empresas. A continuación, los diez finalistas 2021 de los ees Award (ees es una de las cuatro ferias que integran el gran evento anual europeo del sector de la energía, The smarter E).