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Comunidades energéticas, la comunión hace la fuerza

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El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico anunció hace unas semanas el lanzamiento de tres líneas de ayudas, por un valor de cien millones de euros, para el impulso de las Comunidades Energéticas (CE). Las tres líneas en cuestión (CE-Aprende, CE-Planifica y CE-Implementa) van a subvencionar “todas las fases de creación de una comunidad energética”, desde el principio y hasta el final: desde el embrión (ayudar a personas físicas u organizaciones interesadas en la constitución de una CE a familiarizarse con el concepto e identificar futuros socios o miembros) hasta la financiación del proyecto que defina ese colectivo. Una de las mesas de debate que ha programado hoy el Foro Solar pone el foco precisamente en las comunidades fotovoltaicas.
Comunidades energéticas, la comunión hace la fuerza

“Ahora podemos imaginar 1.200 pueblos con comunidades”. La frase es de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. La pronunció el pasado 16 de septiembre en Crevillent (Alacant), adonde acudió a presentar el plan de impulso a las comunidades energéticas, un plan al que el Ejecutivo ha asignado cien millones de euros, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR). Los cien millones de euros en cuestión estarán repartidos en tres programas de ayudas, con los que el Gobierno quiere impulsar –a través de la promoción de este tipo de comunidades– la materialización de dos objetivos que considera capitales: (1) acelerar la consecución de los objetivos climáticos y (2) catalizar la participación ciudadana en la transición energética.

El Ministerio considera Comunidades Energéticas (CE) a aquellas que permiten desarrollar proyectos impulsados por la población, pymes, cooperativas o entidades locales en ámbitos como las energías renovables, la eficiencia energética o la movilidad sostenible. Las personas involucradas en estas comunidades son, a su vez, productoras y consumidoras de su propia energía limpia, “lo que redunda –según Transición Ecológica– en una mayor democratización del sistema energético y en un importante ahorro para el consumidor final”. Así, las CE no solo constituyen para el Gobierno “una figura clave en la transición hacia un sistema energético limpio, abierto y participativo”, sino que, además, “aportan importantes beneficios económicos y sociales en los territorios donde se implementan, ya que ayudan a dinamizar la actividad local, generar empleo y fijar población en municipios de reto demográfico”.

“Queremos que todos los territorios tomen un papel activo en la transición energética y que se beneficien –recalcaba Ribera en el acto de lanzamiento del plan– de las ventajas que genera esa transición, como el abaratamiento de la energía, la independencia frente a las tensiones que se producen en los mercados energéticos internacionales o la generación de
actividad económica”.

Tres líneas
Los 100 millones de euros del PRTR movilizados para este plan se repartirán en tres programas “de gestión centralizada”: CE-Aprende, CE-Planifica y CE-Implementa. Estas líneas se complementarán con una red de Oficinas de Transformación Comunitarias que, coordinadas por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía y repartidas por todo el territorio, se proponen (1) acompañar y asesorar a las comunidades energéticas en toda su cadena de desarrollo y (2) facilitar el acceso a cada línea de ayudas. La primera de las líneas (CE-Aprende), en régimen de concurrencia simple, tiene como objeto ayudar a personas físicas u organizaciones interesadas en la constitución de una comunidad energética a familiarizarse con el concepto e identificar futuros socios o miembros. Subvencionará actuaciones como los gastos asociados a la dinamización, promoción y publicidad de la comunidad.

La segunda línea (CE- Planifica), también de concurrencia simple, se orienta al planteamiento y constitución de la comunidad energética en sí misma. Entran en este programa la financiación de estudios y modelos de contrato o la asistencia técnica especializada y el asesoramiento jurídico. Una vez constituida legalmente, la comunidad energética podrá optar a la financiación de la tercera línea (CE- Implementa), que se articula en régimen de concurrencia competitiva. A través de ella se subvencionarán proyectos integrales y de carácter transversal en el ámbito de la energía renovable eléctrica y térmica, la eficiencia energética o la movilidad eléctrica.

La selección de los proyectos tendrá en cuenta factores como el grado de innovación, los niveles de participación social que haya incorporado la iniciativa, sus beneficios sociales, su contribución a la lucha contra la pobreza energética, la generación de empleo o la perspectiva de género, así como la combinación de distintas actuaciones como el impulso de renovables, la eficiencia energética y la movilidad sostenible.

Complementarias
Las subvenciones anunciadas complementan otros programas del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en el marco del PRTR de los que también se pueden beneficiar las comunidades energéticas, como el programa Moves III para el fomento de la movilidad eléctrica, dotado con 400 millones (ampliables a 800), o el de incentivos al autoconsumo de energías renovables, que cuenta con un presupuesto inicial de 450 millones (ampliables a 900). Asimismo, este plan específico de impulso a las comunidades energéticas se complementaría con otras medidas puestas en marcha por el Ministerio, como la subasta para la instalación de nuevas instalaciones de generación renovable prevista para el próximo 19 de octubre, en la que el Ejecutivo ha reservado un cupo específico de trescientos megavatios (300 MW) para “pequeñas instalaciones fotovoltaicas con fuerte carácter local e impulsadas desde la ciudadanía”, por lo que las CE constituirían uno de sus potenciales beneficiarios.

Estos programas están alineados con las prioridades del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030, que enfatiza el potencial del autoconsumo y la rehabilitación de edificios para reducir las emisiones en entornos urbanizados, así como con la Ley de Cambio Climático y Transición Energética y con las prioridades del Plan de Recuperación. En los últimos años, en España se han impulsado varias experiencias de comunidades energéticas a escala local (en Energías Renovables las hemos ido recogiendo a lo largo de los últimos meses), y el Gobierno ha dado algunos pasos en su reconocimiento normativo, si bien desde varios foros se le critica por no haber traspuesto aún las dos directivas europeas clave: la Directiva 2018/2001, que define la “comunidad de energías renovables”; y la Directiva 2019/944, que define la “comunidad ciudadana de energía”.

Lo que sí ha hecho el Ministerio es abrir el proceso de “consulta pública previa” para el desarrollo de Comunidades Energéticas Locales (lo abrió en noviembre pasado), proceso que ha servido, junto con las más de 450 Manifestaciones de Interés para definir las líneas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que ha recibido, como base para diseñar este plan de impulso a las comunidades energéticas. El Ministerio además ya ha anunciado que organizará en Crevillent en primavera, junto a la Generalitat Valenciana, el I Congreso Nacional de Comunidades Energéticas.

Además, en la línea de las actuaciones anunciadas, el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía habilitará en Genera 2021, la Feria Internacional de Energía y Medio Ambiente, que se celebra el mes que viene en Madrid, un foro de debates específico para comunidades energéticas “abierto a iniciativas que quieran compartir su experiencia”.

Paralelamente, el IDAE está invirtiendo en iniciativas que impulsan la participación ciudadana, como la startup Fundeen, una empresa plataforma que impulsa la microfinanciación multiparte de instalaciones renovables (en el ER del mes pasado entrevistamos precisamente al director ejecutivo de Fundeen) y ha otorgado un préstamo a la iniciativa Illa eficient, en la que varias comunidades de propietarios de una misma manzana de Barcelona se han agrupado en forma de cooperativa para abordar un proyecto de rehabilitación energética conjunta.

• Esta pieza informativa ha sido incluida en la edición de octubre de la revista de papel Energías Renovables (ER 205)

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