RWE, que planea instalar 300 MW en Polonia de aquí a 2015, ya ha erigido los primeros aerogeneradores del parque de Suwalki, que contará con un total de dieciocho máquinas de 2,3 MW marca Siemens. La filial renovable de la compañía teutona calcula que el parque producirá ochenta gigavatios hora cada año, el equivalente al consumo eléctrico de unos 40.000 hogares polacos. La compañía prevé conectar el parque en el otoño de 2009.
Pero no solo RWE Innogy ha escuchado la llamada del mercado polaco. El pasado mes de marzo, LM Glasfiber de Dinamarca, primer fabricante de palas del mundo, inauguró una fábrica en el país, que, a finales de 2008, contaba con 402 MW de potencia eólica, tras haber instalado 125 MW nuevos durante ese ejercicio. Según la planificación del gobierno deberían conectarse otros 235 MW durante el año en curso. El país se ha planteado como objetivo el suministrar un 12,9% de su energía eléctrica desde fuentes renovables en 2017 (un 8,7% a finales de 2009).
Por el momento, Iberdrola Renovables lidera la promoción-operación eólica en el país, con 113 MW en operación o construcción. Las dos claves del desarrollo del mercado eólico polaco son el recurso potencial –un fuerte régimen de vientos– y un modelo mediante el cual los productores pueden añadir a los ingresos por la venta de energía en el mercado eléctrico los derivados de la venta de certificados verdes, que actualmente generan retornos totales de alrededor de 80 euros el MWh.
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