La Asociación Española de Normalización y Certificación, AENOR, la Plataforma Española de Negociación de Derechos de Emisión de CO2, SENDECO, la Fundación Fórum Ambiental y varios operadores aéreos -Iberia, Vueling y Air Europa-, se han reunido para estudiar los efectos que la aplicación de la directiva de comercio de emisiones de CO2 tendrá en el sector de la aviación. Esta nueva norma supondrá para las compañías que operan en Europa un gasto en 2012 de unos 1.400 millones de euros. El proceso de puesta en marcha es complejo puesto que implica a las compañías aéreas y a los operadores civiles no comerciales a informar anualmente de su volumen de tráfico, medido en toneladas por Km. transportado, y las toneladas de CO2 emitidas en sus vuelos antes de la asignación.
El próximo lunes 28 de febrero las empresas tendrán que presentar los datos de sus emisiones y las toneladas emitidas por kilómetro, para conocer el cupo de emisiones gratuitas que le corresponde a cada una. "Para conocer la asignación de emisiones gratuitas que la Unión Europea reparte a cada Estado y a cada compañía, a ese cálculo hecho por las propias compañías habrá que asignarle un 85% de estas emisiones que se reparten proporcionalmente atendiendo al tráfico del año 2010 de cada uno de los operadores", explica Julio M. Panizo de la fundación Fórum Ambiental.
“Teniendo en cuenta las emisiones durante el periodo 2006-2010 y el coste de cada tonelada de CO2 en el mercado –dependiendo del valor, unos 15 euros -, las compañías europeas tendrán que pagar en 2012 cerca de 1.400 millones en derechos de emisión”, añade. Para hacer frente a este gasto, las aerolíneas tienen tres alternativas: “Recurrir al mercado y negociar directamente los precios, pactar con otras empresas la compraventa de emisiones o conseguir una compensación mediante la puesta en marcha de mecanismos de desarrollo limpio (MDL), en países en vías de desarrollo”. Esta tercera vía ofrece a las empresas de aviación la posibilidad de crear en otros países sistemas de generación de energía a través de renovables con cero emisiones y compensar así sus excesos.
4% de emisiones en Europa
El sector de la aviación es deficitario en cuanto a las emisiones de CO2, puesto que tiene difíciles alternativas para reducir su dependencia energética de combustibles fósiles. Además, es el responsable del 2% de las emisiones totales y del 4% de las emitidas en el continente europeo. El 80% de las mismas se emiten en vuelos de más de 1.500 km. de distancia, y sólo el 7% corresponde a las infraestructuras aeroportuarias.
Por tanto, para conseguir la reducción impuesta por Europa en 2020, las compañías se plantean dos opciones: renovar la flota por una más eficiente implantando el uso de aviones menos contaminantes como los nuevos aparatos A350 y Boeing 787 -un 20% más eficientes que los que operan actualmente-, o instaurar mejoras en las operaciones como la renovación de interiores para reducir el peso de los aviones, ajustes en la velocidad de crucero, utilización de la mitad de los motores hacia el parking, realización de los denominados aterrizajes verdes en los que el descenso se hace de forma continuada y no por escalones, mantenimiento de motores y de fuselaje con el uso de pinturas más eficientes en cuanto a peso y aerodinámica.
Mientras que las agencias de navegación civil, por su parte, tendrán que gestionar de manera más eficiente el espacio aéreo, si quieren ayudar a las compañías. Sólo con mejoras en la gestión de los tiempos de rodadura, para evitar esperas en la cabecera de pista con los motores en marcha y con la implantación de los aterrizajes verdes, que suponen un ahorro de 160 kg de combustible, se podrían reducir 57.000 toneladas a partir del 2012.
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