El cálculo, realizado por la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom), lleva también a un ahorro económico que “hubiera rebajado en torno a un 12% la factura energética de España y en más de un 40% el gasto corriente de las administraciones públicas en lo concerniente a la compra de combustibles”. Avebiom quiere mostrar con este ejemplo las posibilidades reales y factibles que ofrece la biomasa para reducir la dependencia del petróleo y generar empleo en España.
Antonio Gonzalo, responsable de comunicación de Avebiom, afirma que “estos días se habla mucho en la prensa de todo tipo de medidas para ahorrar combustibles y electricidad, dejando de lado el ahorro en calefacción, agua caliente sanitaria y climatización, que solo en el sector residencial representa más del 20% del consumo energético total del país”. También en este sector, la dependencia del petróleo y el gas foráneo es acusada, lo que lleva a Avebiom a hacer un estudio de lo que podía haber sido el Plan Español para el Estímulo de la Economía y el Empleo (Plan E) y no ha sido, pero que podría servir de ejemplo para el futuro.
Astillas, hueso de aceituna y cáscaras de frutos secos frente al petróleo y el gas
“Hagamos una cuenta comparativa”, dicen desde la asociación: “Los 13.000 millones de euros de las dos fases del Plan E se destinaron en su mayor parte a hormigonar, asfaltar, edificar y colocar más farolas. Los empleos, todos temporales, desaparecieron en cuanto el dinero se acabó. Si esos mismos 13.000 millones de euros se hubieran empleado en calderas de biomasa, se habrían instalado unas 325.000 unidades de una media de 150 KW de potencia”. Con esta tecnología, recuerdan, se consumen biocombustibles sólidos locales, como astillas, pellets, hueso de aceituna, cáscaras de frutos secos y otros.
Pero hay más, ya que con la misma inversión, Avebiom estima que se hubieran calentado 490 millones de metros cuadrados de instalaciones públicas, con un consumo de 15 millones de toneladas de biomasa por importe de 2.750 millones de euros/año. “Esto hubiera supuesto un ahorro de entre 3.500 y 5.000 millones de euros al año en importaciones de hidrocarburos y gas natural”, resumen. Y queda el empleo: “se hubieran creado multitud de nuevas empresas y 75.000 empleos directos y otros 35.000 indirectos, todos fijos, permanentes, estables y de calidad, independientes de otras inversiones públicas o privada”
En Avebiom también se lamentan de las oportunidades tecnológicas que se pierden con este tipo de apuestas (“la instalación de las calderas habría provocado importantes inversiones internacionales con la implantación en España de más de 15 fábricas de calderas, con un gran componente de I+D+i), pero son optimistas y piensan que no está todo perdido: “gracias a las empresas de servicios energéticos (ESE), que se encargan de la instalación, mantenimiento y suministro de la energia termica a sus clientes, los usuarios pueden modernizar y hacer más eficientes sus instalaciones y rebajar su factura con facilidad y sin tener que desembolsar ninguna cantidad inicial”. Precisamente, una de las 20 medidas aprobadas en el reciente plan de ahorro energético del Gobierno consiste en apoyar e incentivar más el trabajo de las ESE.
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