El estudio ayudará a los científicos gubernamentales a entender las consecuencias en el medio ambiente de la fabricación de biocombustibles. Canadá ha invertido fuertemente en esta industria, como una forma de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El gobierno se ha comprometido a distribuir subsidios para plantas de biocombustible hasta un total de 1,45 millones de dólares (un millón de euros) en nueve años.
En septiembre de 2010 entrará en vigor un mandato federal que requiere que el 5 por ciento de la gasolina sea renovable.
La semana pasada la prensa canadiense citó al portavoz del departamento de Paula Franchellini asegurando que “la puesta en marcha de este estudio no presupone que existan efectos nocivos de estas instalaciones, ni el cambio el compromiso del Gobierno de Canadá con los combustibles renovables”.
Se espera que la producción de biocombustibles de Canadá que crezca un 76 por ciento antes de finales de 2011, según el documento.
El ministerio de medioambiente canadiense también ordenó un estudio del impacto que provoca el uso de “tierras marginales”, como sitios contaminados y zonas cercanas a lo largo de las carreteras y ríos, para la producción de los cultivos aplicados a los biocombustibles o de plantas de producción. Estados Unidos y la industria europea de biocombustibles han sido objeto de críticas por utilizar tierras de cultivo tradicionales para destinarlo a cultivos de biocombustibles, aseguró el mismo ministerio.
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