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Hoy se cumplen seis años desde que un maremoto desencadenara el terrible accidente nuclear de Fukushima Daichii. El agua que inundó la tierra del Japón aquel 11 de marzo volvió a la mar, después de causar miles de muertes. La radiación continúa sin embargo instalada en aquellos pagos. Hace unas semanas, las autoridades introdujeron en uno de los reactores tres robots para tomar imágenes de su interior. Los tres quedaron totalmente destruidos al cabo de solo unas horas como consecuencia de la elevadísima dosis de radioactividad a la que se vieron sometidos. Así, hoy, seis años después de la tragedia, Japón no sabe ni cómo ni cuándo podrá proceder a desmantelar los reactores. [En la imagen, detalle de la portada del informe Fukushima. el accidente y sus secuelas, que presentó ayer Ecologistas en Acción].
Fukushima, seis años después

Ecologistas en Acción, organización integrada en el Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA), difundió ayer un comunicado en el que recuerda esta catástrofe nuclear y le pide a la ciudadanía "que se desenchufe de la energía nuclear". Para ello, los ecologistas lanzan un informe -Fukushima. el accidente y sus secuelas- en el que analizan las consecuencias del accidente hasta hoy, seis años después, fecha en que los niveles de radiación son 20 veces superiores a los permitidos en las zonas descontaminadas y los vertidos de agua radiactiva que están contaminando el mar siguen haciendo inhabitable el entorno de la central. Unas 50.000 personas se han negado a volver a sus casas ante la falta de garantías y los altos niveles de radiactividad dejados en el terreno, rechazando incluso las gratificaciones de más de 6.000 euros que se ofrecen por el retorno.

El impacto económico
Según Ecologistas en Acción, el coste del accidente supera los 80.000 millones de euros, "duplicando el cálculo inicial del Gobierno japonés". Se calcula que habrá que gestionar más de 900.000 toneladas métricas de agua radiactiva que se bombea del subsuelo para reducir la contaminación. Los reactores 1, 2 y 3 están fundidos, acceder a su interior sería mortal en pocos segundos debido a las elevadas dosis radiactivas habiéndose alcanzado el récord de dosis medida en el reactor número 2 que alcanzó los 650 Sv/h el día 10 de febrero. De hecho, los tres robots introducidos en el reactor para tomar imágenes han sido destruidos por la radiación al cabo de horas.

Seis años después, no se sabe ni cómo ni cuándo se podrá proceder a desmantelar los reactores
Es más -explican desde Ecologistas-, "a falta de una solución técnica con garantías, se empieza a considerar actuar como en Chernóbil, es decir: renunciar al desmantelamiento y cubrir los reactores con sarcófagos de hormigón hasta que la radiactividad decaiga lo suficiente, lo que puede ocurrir en cientos de años" Según la organización no gubernamental, Fukushima ha demostrado "que la energía nuclear es demasiado peligrosa, demasiado sucia y demasiado cara para que se continúe usando". Por todo ello -sostiene Ecologistas-, no se puede permitir que estos desastres vuelvan a ocurrir.

En ese sentido, la oenegé recuerda que, "durante los próximos meses, los movimientos antinucleares españoles y portugueses mostrarán su rechazo a las renovaciones de los permisos de las centrales nucleares, empezando por la de Almaraz, y al empeño de seguir adelante con la reapertura de Garoña, el Almacén Temporal Centralizado (ATC) en Villar de Cañas (Cuenca) o la mina de uranio en Salamanca".

Ecologistas en Acción considera que "la única razón para mantener abierto el parque nuclear más allá de los 40 años responde al interés del oligopolio eléctrico de seguir incrementando sus beneficios, sin importar el consiguiente aumento de la inseguridad y de la cantidad de residuos a gestionar". Según esta oenegé, en el mercado eléctrico español una gran central nuclear produce al día en torno a un millón de euros de beneficios.

Los ecologistas creen que la reapertura de Garoña sería "un tremendo error" y apuestan por el cierre ordenado de todas las centrales nucleares españolas "cuando expiren sus actuales permisos de explotación. Es el paso previo necesario -estiman- para encontrar una forma de gestión de los residuos radiactivos de alta actividad a través de un debate público, o sea, lo contrario a lo sucedido en la adjudicación del ATC en Villar de Cañas".

El comunicado difundido ayer por Ecologistas en Acción concluye animando al boicot de la energía nuclear "a través de diversas acciones individuales: desde reducir el consumo hasta producir su propia energía". De este modo -aseguran-, se logra un ahorro en el consumo energético "y un impulso de las fuentes de energía no peligrosas y renovables a través de nuestros actos cotidianos".

Según Ecologistas en Acción, esto puede lograrse a través de cuatro simples actuaciones
Paso 1: Reducir tu consumo durante un día.

Paso 2: Reducir tu consumo de forma permanente.

Paso 3: Cambia a una comercializadora 100% renovable.

Paso 4: Producir tu propia energía.

El informe: «Fukushima: el accidente y sus secuelas»

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