Sach agregó que Alemania, además de apoyar la investigación enfocada a métodos novedosos de reducción de emisiones en México, “busca mejorar la infraestructura pública y la capacitación de las empresas en materia medioambiental”.
En el encuentro, alrededor de 60 representantes estatales y empresarios de ambos países intercambiaron experiencias y logros alcanzados, así como una evaluación de los planes a futuro.
Entre esos planes se contempla el diseño de una estrategia de evaluación financiera que mida el impacto de las renovables en México, pues de acuerdo con otro miembro del Ministerio Alemán de Medio Ambiente, Norbert Gorißen, “no se sabe cómo medir la eficiencia energética, tampoco se tiene suficiente experiencia en energías renovables”, y para ejemplificarlo, trajo al presente un proyecto piloto de "banca verde", impulsado por el Frankfurt School of Finance and Management, en donde empleados de la banca mexicana recibieron talleres de cómo entender el potencial productivo de determinadas localidades. "Así los bancos mexicanos podrán destinar sus propios recursos a financiar los mecanismos de protección al medio ambiente", especificó Gorißen.
En el encuentro bilateral el subsecretario de Planeación y Política Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) mexicano, Fernando Tudela, declaró que “no se imaginan la dimensión de los problemas que enfrentamos los países en desarrollo. En la Ciudad de México hay un milagro cotidiano con el hecho de que salga agua de la llave (grifo)”.
Y es que otro de los temas que se abordó con ahínco en el encuentro fue el del agua, cuyo suministro, por lo menos en la Ciudad de México, esta siendo cada vez más costoso en términos monetarios y de infraestructura (la capital del país fue construida sobre un lago y durante mucho tiempo se extrajo agua del subsuelo, pero actualmente estudios urbanos arrojan que la ciudad se hunde cerca de 10 metros por siglo, lo que aumentan los riegos sísmicos entre otras desventajas).
En ese sentido, Tudela subrayó: “Hay que bombear el agua unos 1.000 metros de altura, lo que es muy costoso por el consumo de electricidad, las conexiones entre agua y electricidad son de un nivel abrumador”.
Al parecer, la cooperación entre México y Alemania tiene objetivos ambiciosos y con metas a corto plazo, pues mientras en Berlín se da este encuentro, en la Ciudad de México arranca el Congreso Internacional de Eficiencia Energética de la Cámara Mexicano-Alemana de Comercio e Industria (Camexa), en donde se discutirá la situación actual de la transición energética y la forma en que Alemania puede participar de forma activa.
México se ha fijado como objetivo que para el año 2050 reducir al menos a la mitad de las emisiones de bióxido de carbono; mientras que Alemania ha aportado 791,2 millones de dólares (550 millones de euros) mediante la compra de certificados de reducción de emisiones de dióxido de carbono, lo que representa más de la mitad del capital que el país germano ha invertido en estos certificados a nivel global 1.438 millones de dólares (mil millones de euros).
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