Las baterías actuales son lo suficientemente duraderas para algunos implantes que no requieren mucha energía, pero, cuando se agotan -explica el ITE-, es necesaria una intervención quirúrgica para reemplazarlas. Incluso dispositivos que no usan mucha electricidad, como los marcapasos, tienen una vida útil limitada debido -añaden desde el Instituto- a que dependen de las baterías. Pues bien, el reto consiste en desarrollar electrodos con materiales que sean compatibles para el cuerpo humano y que sean capaces de oxidar la glucosa en sangre y convertirla en combustible. Y en ese reto está embarcado el Instituto Tecnológico de la Energía de Valencia.
Según la responsable del proyecto, Mireia Buaki, "la glucosa y el oxígeno están disponibles en el cuerpo humano, por eso, la biopila podría mantenerse trabajando indefinidamente. Una vez desarrollados los electrodos, el siguiente paso será construir un prototipo de biopila y comprobar si es capaz de obtener y almacenar energía suficiente como para alimentar pequeños dispositivos electrónicos implantables como puedan ser marcapasos, implantes cocleares, etcétera". El ITE explica además que trabaja, desde hace años, en "una línea de investigación centrada en el desarrollo de materiales poliméricos y carbonosos aplicados al desarrollo de sistemas de generación y almacenamiento energético, como será esta nueva biopila". La investigación que está llevando a cabo el Instituto se enmarca en el Programa Estatal de Promoción del Talento y su Empleabilidad del Ministerio de Economía y Competitividad.