No corren buenos tiempos para la lírica, rima en metralla Kaláshnikov. Y tampoco son estos buenos tiempos para la libertad, amordazada con leyes insensatas, secuestrada (wikileaks) en embajadas, decapitada delante de una cámara, muerta en París.
No, no corren buenos tiempos para la libertad. En casi ninguna parte. Ni aquí ni allá. Pero sigue habiendo periodismo. Y va a seguir habiéndolo. Invencible. Sereno. Serio y bufón. Periodismo que hace saber, que hace reír y que, sobre todas las cosas, hace pensar. Sí, el periodismo aún existe, y va a seguir siendo así, aunque las multinacionales persigan a los hombres por escribir donde no es debido (los periodistas lo contaremos), aunque los ejércitos encarcelen a las mujeres que defienden a las ballenas ("una rata se arrastra por el suelo de mi celda"), y aunque algunos hombres -que no son ni judíos, ni moros, ni cristianos... sino solo hombres- lo confundan todo -estúpidos- y acaben en la nada.
Sí, lo contaremos. Porque somos periodistas lo contaremos, serenos, serios y bufones, como la vida misma. Para dar que pensar. Para pensar. Para existir. Para demostrar que el amor -como la libertad, la justicia, la paz y la verdad- siempre será más fuerte que el odio.
Digo lo que pienso, Calle 13