El acuerdo, firmado por el ministro uruguayo de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, y su homólogo alemán del Ministerio Federal de Economía y Acción Climática (BMWK), Robert Habeck, a finales de marzo, permitirá la creación de un comité directivo integrado por ministros de ambos países. Además, se crearán grupos de trabajo técnicos para promover el intercambio y las acciones en temas como el hidrógeno verde, la eficiencia energética, la movilidad eléctrica y el almacenamiento en baterías.
El gobierno uruguayo señala que esta nueva alianza con el gobierno alemán “es posible gracias al profundo trabajo realizado por Uruguay en la reconversión de su matriz eléctrica. Ahora, este esfuerzo continúa con la segunda transición energética destinada a reducir el uso de combustibles fósiles en el total de la matriz energética”.
"La asociación con Alemania, líder en energías renovables y pionera en la búsqueda de una economía del hidrógeno, es un paso notable para nuestro país, que está comprometido a nivel nacional con la transición energética desde los acuerdos multipartidistas de 2010 y que ahora avanza hacia nuestra segunda transición energética, con una política medioambiental global", declaró el ministro Paganini tras la firma del acuerdo, en el marco de la Conferencia de Diálogo sobre Transición Energética de Berlín, los días 28 y 29 de marzo.
El Ministerio Federal de Economía y Acción Climática alemán (BMWK) tiene en marcha un instrumento denominado Energy Partnership con países comprometidos con la transición energética plena para crear una red global destinada a facilitar el intercambio de políticas energéticas a nivel intergubernamental y fomentar la innovación en política energética y la cooperación económica.
Uruguay ha completado lo que en el país denominan “primera transición energética”, lo que ha permitido que el 98% de la demanda de electricidad en un año medio sea abastecida por fuentes renovables como la eólica, la biomasa, la fotovoltaica y la hidroeléctrica.
Con el hidrógeno verde y la promoción de la movilidad eléctrica, Uruguay pretende ahora completar su transformación energética. En esta segunda etapa, que el país ya ha comenzado a emprender, se asumirán nuevos retos, como el desarrollo de una economía del hidrógeno y la continuación de la descarbonización del sector energético y de la producción de materias primas.
Los firmantes del acuerdo esperan, asimismo, que el acuerdo ayude a Uruguay a seguir posicionándose como un país atractivo para atraer inversiones, ampliar su apertura económica hacia Europa en futuros mercados energéticos y consolidar su posición como proveedor mundial de energías renovables.