Los activistas han pedido un encuentro con el director general de Volkswagen y exigen de las autoridades alemanas el compromiso de limitar la velocidad en las autopistas del país a cien kilómetros por hora. La elección del escenario tiene un motivo muy concreto: Volkswagen -explican desde Rebelión Científica- gasta más de 6,5 millones de euros en actividades de lobby en Berlín, actividades cuyo fin no es otro, según los activistas, que demorar las medidas de protección del clima, "como el límite de velocidad de 100 kilómetros por hora y el billete de 9 euros para el transporte" (Rebelión Cienfítica apela a los 9 euros, en lugar de los 49 propuestos por el gobierno del socialista Olaf Scholz). Según este colectivo de académicos, profesoras, doctores y científicas, la no acción en esa dirección del Gobierno alemán está contribuyendo al fracaso del Acuerdo de París. "El público -dicen desde Rebelión- debe ser informado sobre la urgencia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que existe la posibilidad real de una catástrofe mundial".
Marta Matos, doctora bióloga computacional: "como mayor fabricante de automóviles de Europa, Volkswagen emite una enorme cantidad de dióxido de carbono, que está provocando un desastre climático en todo el mundo. La gente está muriendo y, sin embargo, Volkswagen sigue ejerciendo presión para retrasar la acción climática. Esto tiene que terminar, ya. Como los informes científicos no son suficientes, me he pegado al pabellón de Porsche para expresar la gravedad de nuestra situación"
Gianluca Grimalda, psicólogo social y también doctorado: "Volkswagen nos ha mentido sobre los niveles reales de emisiones de sus motores diésel y sigue mintiendo cuando afirma que serán neutros en carbono para 2050. Además, confía en los programas de compensación de carbono, pero sabemos que su eficacia es muy dudosa. Volkswagen debe poner fin a su lavado verde, que retrasa la adopción de medidas climáticas urgentes"
A través de sus acciones de resistencia civil, Scientist Rebellion/Rebelión Científica, movimiento internacional fundado en 2020, exige una acción inmediata para limitar los impactos crecientes de la crisis climática, tanto a nivel nacional como internacional. "La comunicación científica tradicional y la defensa de las políticas -sostienen desde este movimiento- ya no son suficientes ante la emergencia planetaria".
Como parte de la coalición Unite Against Climate (#UnidosFrenteAlFracasoClimático), los académicos y académicas que integran parte de la coalición Unidos Contra el Fracaso Climático reventaron el pasado fin de semana la ceremonia de inauguración de la Cumbre Mundial de la Salud que se celebraba en Berlín activando las alarmas contraincendios del edificio que albergaba la cumbre.
Además, el lunes, protestaron junto con Deuda por el Clima ante el Ministerio de Finanzas, pidiendo la cancelación de la deuda para el Sur Global. El martes, junto con Padres contra la Industria Fósil, protestaron frente al Ministerio de Transporte para exigir un límite de velocidad y la reintroducción del billete de 9 euros para el transporte público.
Junto a Rebelión Científica, esta campaña en coalición de resistencia civil está impulsada desde los grupos Letze Generation (Última Generación), Debt for Climate (Deuda por el Clima), End Fossil Occupy (Acabar con los fósiles) y Jetzt oder Nie - Eltern gegen die Fossilindustrie (Ahora o nunca - Padres contra la industria fósil).
El Fondo de Emergencia Climática apoya el reclutamiento, la formación, la capacitación y los esfuerzos educativos de Scientist Rebellion.
