El caso Antonio Miguel Carmona, distinguido militante socialista madrileño, conocido rostro por su participación en innumerables tertulias televisivas, candidato a la alcaldía de la capital del reino por el PSOE hace solo unos años, ha vuelto a poner de actualidad el paradigma de las puertas giratorias. Y lo ha hecho porque Carmona, en mitad de la tempestad eléctrica que tiene lugar estos días, ha sido señalado por el dedo de Iberdrola: la compañía que preside José Ignacio Sánchez Galán ha decidido asignarle al contertulio socialista el puesto de vicepresidente. La catarata de declaraciones, hilos de twitter, memes, dimes y diretes que ha desatado la designación no se ha hecho esperar. Las reflexiones sobre el significado de ese fichaje, precisamente en este momento, tampoco. Sea como fuere, y más allá de valoraciones, en Energías Renovables hemos querido hacer un recorrido, siquiera sea breve, por la historia de las puertas giratorias en el sector energético nacional, historia que es larga y oscura. Vamos a empezar por ejemplo por Endesa, que quizá ha sido escenario, más que ninguna otra empresa, del fenómeno de las puertas giratorias, fenómeno que, cabe insistir, no vamos a valorar aquí (ya lo haremos en otro lugar). Aquí, solo repasamos nomenclatura.
Endesa (que son unas siglas que significan Empresa Nacional de Electricidad, Sociedad Anónima) fue creada en 1944 por el Instituto Nacional de Industria (INI), y fue una empresa pública española durante más de medio siglo. En 1994, cincuenta años después de su fundación, el Estado español controlaba el 66,89% del capital, es decir, dos de cada tres acciones. Cuatro años después, en 1998, la empresa ya era privada. En medio, la victoria en las urnas (1996) de Aznar, Rato y compañía... y la mano del fundador de Alianza Popular y diputado del PP Rodolfo Martín Villa, que llegaría a la compañía a principios de 1997 de la mano de Aznar (llegaría a la entonces mayoritariamente pública Endesa) para abandonarla, ya completamente privatizada, en 2002. Ese año, precisamente, Martín Villa sería nombrado presidente de honor de Endesa.
Justo es decir en todo caso que la privatización había comenzado antes, con el socialista González, en 1988. El principio fue entonces; la conclusión, con Aznar, quince años después. Hoy, tras la privatización emprendida por Felipe (que luego ficharía por Gas Natural) y finiquitada por José María (que luego ficharía por la propia Endesa), la eléctrica fundada en 1944 pertenece al grupo italiano Enel, propietario hoy de la antaño empresa pública española. Se da además la paradójica circunstancia de que el principal accionista de Enel es el Ministerio de Economía y Finanzas de Italia. O sea, que se podría decir que Endesa sigue siendo una empresa pública, una empresa estatal, pero del estado italiano. Por el camino, en esa Ruta Endesa España-Italia, en ese viaje, han sido protagonistas muchos políticos de puerta giratoria.
Podemos empezar por Manuel Pizarro, principal artífice de la venta de Endesa al estado italiano. Presidente de la compañía eléctrica hasta 2007, Pizarro es fichado en 2008 por el Partido Popular y presentado oficialmente como número dos en las listas del PP por la circunscripción de Madrid. Famoso sería su debate televisivo en 2008 con Pedro Solbes (ambos aspiraban a convertirse en ministros de Economía). Ganó aquellas elecciones el PSOE de Zapatero; su Gobierno duró tres años y, cuando la crisis se lo llevó por delante, Solbes buscó consuelo en una cierta empresa eléctrica: Enel, la compañía italiana propietaria de Endesa. Elena Salgado, ministra así mismo con Zapatero, también acabaría a sueldo de Enel, o, más concretamente, de Chilectra, empresa filial de Endesa en aquel país americano. Y no puede faltar aquí el ministro portavoz del PP Pío Cabanillas, otro gran fichaje de Endesa.
O sea, que los dos partidos que privatizaron Endesa (PSOE y PP) acabaron colocando a muchos de sus altos cargos en... Endesa.
El gas
Enagás es otro ejemplo paradigmático. Enagás es el principal transportista de gas natural de España y el Gestor Técnico del Sistema Gasista, una empresa prácticamente sin competencia. Su presidente ejecutivo, Antonio Llardén, ocupó varios cargos en el Gobierno de Felipe González, con el que asumiría incluso la secretaría general de Comunicaciones (Llardén acompañó hace unos días al ministro de Exteriores, José Manuel Albares, en su viaje a Argelia, adonde el ministro socialista iba a reunirse con la cúpula gasística de aquel país para "asegurar el suministro de gas a España").
El consejero delegado de Enagás es el antaño eurodiputado por el PP Marcelino Oreja (nombre y apellido bien conocidos en las filas del Partido Popular). Más nombres con pedigrí: son ahora mismo consejeros y consejeras de Enagás Antonio Hernández Mancha, que fue presidente de Alianza Popular; Isabel Tocino, que fue ministra de Medio Ambiente en el primer Gobierno Aznar; Ana Palacio: ministra de Asuntos Exteriores con el PP; José Montilla, ministro de Industria con Zapatero; y José Blanco, que fue ministro de Fomento con Zapatero y ponente (redactor principal) de la directiva europea de energías renovables.
Más gas
De Gas Natural vamos a poner tres ejemplos. Por la compañía primero conocida como Gas Natural, luego llamada Gas Natural Fenosa, y ahora denominada Naturgy, han pasado por ejemplo el expresidente del Gobierno Felipe González, el exvicepresidente del Gobierno y ministro de Defensa, también socialista, Narcís Serra, y la ex ministra socialista de Ciencia e Innovación, ministra con Zapatero, Cristina Garmendia.
Repsol, la petrolera que está entrando con fuerza en el negocio eléctrico, también ha sido escenario de aterrizajes políticos. Para empezar, su consejero delegado, Josu Jon Imaz, ha sido presidente del Partido Nacionalista Vasco, partido por cierto que hoy podría votar en contra de la convalidación del decreto que nos ha traído aquí. Por Repsol también ha pasado todo un vicepresidente del Gobierno vasco, Mario Fernández, también del PNV.
Y vamos a acabar por donde empezamos, con Iberdrola. La relación de altos cargos políticos que han acabado prestando sus servicios a esa compañía es poco menos que inacabable. Fernando Becker, consejero de Economía y Hacienda de la Junta de Castilla y León por el Partido Popular (director de Recursos Corporativos de Iberdrola); Manuel Amigo, que ocupó prácticamente todas las consejerías imaginables de la Junta de Extremadura, con el PSOE de Juan Carlos Rodríguez Ibarra, consejero de Iberdrola; Manuel Marín, presidente del Congreso con el PSOE, luego presidente de la Fundación Iberdrola; Angel Acebes, ministro de Administraciones Públicas con José María Aznar, hoy consejero de Iberdrola y miembro de la Comisión de Nombramientos de la compañía; y... por fin, Antonio Miguel Carmona.
El Pleno del Congreso, 350 personas, decide hoy si convalida o no el decreto que obliga a las eléctricas a devolver parte de los beneficios extraordinarios que están obteniendo desde hace semanas gracias a la escalada del precio del gas, un decreto pues que intenta domesticar, al menos en alguna medida, los beneficios salvajes que están recogiendo estos días las compañías eléctricas, que están vendiendo a más de 200 euros megavatios hora que producen a 3, 4, 5 ó 10 euros. Pues bien, en ese marco decisorio (el que conforma un hemiciclo integrado por 350 personas con nombres y apellidos), ER ha querido repasar esta nómina de políticos.
Pie de foto: imagen a partir de la obra "La puerta giratoria o Retrato de Begoña de la Sota", de Antonio de Guezala. Fuente: Museo de Bilbao. Depósito de la Diputación Foral de Bizkaia a través de la dación de BBK en 2003
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