El documento de Greenpeace contiene así los “criterios generales, energéticos, sociales, económicos y ambientales” que la oenegé considera hay que tener en cuenta a la hora de abordar lo que denomina “el impulso imprescindible del desarrollo renovable”, todo ello –matiza–, sin menoscabo de anteponer “en todos los casos” la eficiencia y el ahorro energético.En pos de ese horizonte, la oenegé del arco iris considera fundamental la creación de “espacios de diálogo y participación efectiva” para la sociedad civil, espacios a partir de los cuales sea más fácilmente alcanzable la “redistribución de los beneficios sociales y económicos” que sean producidos a partir de la utilización de los recursos naturales de los pueblos.
Las principales demandas de la oenegé ecologista son estas
• La organización demanda que se garantice la creación de espacios de participación, diálogo y debate desde el principio de los procesos entre promotores, autoridades y comunidades para asegurar la coordinación de intereses y la búsqueda de soluciones compartidas que conlleven el mayor impacto positivo posible. Lo resume María Prado Rubio –responsable en Greenpeace de la campaña de Energía– en una frase, sintética, muy directa: “ante muchos de los movimientos críticos con el actual modelo de desarrollo renovable, es imprescindible potenciar espacios de diálogo para avanzar”. Porque de lo que no cabe duda –apuntan desde Greenpeace– es de que el desarrollo de las energías renovables constituye una oportunidad “única e irrenunciable para el medio ambiente y para la sociedad”.
• Greenpeace exige una “trasposición fiel y urgente” de las directivas europeas en materia de Autoconsumo, Comunidad Energética Local y capacidad flexible (gestión de la demanda). Trasposición, “con objetivos vinculantes”, y un verdadero impulso a la participación ciudadana, impulso desde todas las administraciones (estatal, autonómica y local), e impulso desde los promotores, mediante todas las estrategias, mecanismos y canales que sean necesarios (como pueden ser la reserva obligatoria de cuotas en subastas, la participación en la inversión –directa o indirecta–, la copropiedad, el autoconsumo, u otras fórmulas por definir colectivamente).
• La organización demanda una planificación energética autonómica (y local) coordinada con la nacional, que ya está contenida en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, que determine la energía necesaria en cada comunidad autónoma para alcanzar un sistema eléctrico 100% renovable en 2030, y un sistema energético 100% renovable, eficiente e inteligente en 2040.
• Respecto a las medidas ambientales Greenpeace destaca, entre otras, las siguientes demandas
– Priorizar emplazamientos sobre suelos degradados, ya que un 4,9% de la superficie de suelo utilizada en España está dedicada a usos de alto impacto.
– El cumplimiento en todo el Estado como directriz ejecutiva (y no como herramienta orientativa) de la zonificación del territorio nacional presentada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que determina la sensibilidad ambiental del territorio. Esta herramienta zonifica el territorio nacional en función del índice de sensibilidad ambiental de los previsibles impactos que puedan presentarse en el territorio para la implantación de proyectos de energías renovables, en concreto de eólica y de solar fotovoltaica.
– Evaluación ambiental estratégica sinérgica y no individual, que valore los efectos sinérgicos y acumulativos de los diferentes proyectos de una misma zona y que no permita la fragmentación de proyectos para disminuir artificialmente el tamaño y burlar la legalidad ambiental.
Greenpeace plantea sus Criterios con el fin de “lograr que el desarrollo de las energías renovables se haga al ritmo necesario y con la calidad necesaria para enfrentar la emergencia climática y al mismo tiempo proteger la biodiversidad y los derechos de las personas”.
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