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España registra hoy el doble de muertes prematuras por contaminación del aire que hace 20 años

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Esa es una de las estimaciones del informe sobre La calidad del aire en el Estado español durante 2021, elaborado por Ecologistas en Acción, un informe cuya conclusión es clara: la pandemia y las consecuentes restricciones aplicadas a la movilidad y a la actividad industrial dieron en 2020, y en cierta medida en 2021, un respiro al planeta, pero el aire que respiramos los españoles el año pasado volvió a superar los niveles de calidad legales y los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Así, el dato España 2021 de muertes prematuras por contaminación atmosférica (unos 30.000 fallecimientos) habría doblado el registrado hace veinte años.
España registra hoy el doble de muertes prematuras por contaminación del aire que hace 20 años

Ecologistas en Acción ha recopilado para la elaboración de este informe datos de 793 estaciones de medición de todo el Estado, estaciones cuya titularidad es de las comunidades autónomas, de los ayuntamientos que disponen de red de medición propia, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, de autoridades portuarias del Estado y de los principales aeropuertos gestionados por AENA. Casi 800 estaciones de medición oficiales, en fin, que han proporcionado datos que concluyen que “el aire contaminado afectó en 2021 a la totalidad de la población española, así como a 400.000 kilómetros cuadrados, el 80% del territorio” (el informe toma como referencia los nuevos valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud por la OMS).

Según el informe de Ecologistas en Acción, durante 2021 la calidad del aire en España ha mantenido la "mejora sustancial ya observada durante 2020", con una reducción notable de los niveles de NO2, SO2 y ozono troposférico, y más matizada de los de partículas PM10 y PM2,5, "en sus mínimos de la última década y seguramente también desde que se implantaron las actuales redes de medición, en la década de 1990". No obstante -matiza el estudio-, el resultado global "no ha sido una menor población y territorio afectados por la contaminación, debido a la actualización en 2021 de los estándares de calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ahora mucho más exigentes para contaminantes como el NO2, las partículas PM10 y PM2,5 y el ozono".

La población que respiró aire contaminado en el Estado español, según los valores límite y objetivo establecidos para los contaminantes principales citados por la legislación europea y española vigentes (Directiva 2008/50/CE y Real Decreto 102/2011), alcanzó 5,4 millones de personas, es decir un 11,3% de toda la población. "En otras palabras -apuntan desde Ecologistas-, uno de cada diez españoles respiró en 2021 un aire que incumple los actuales estándares legales". Esta situación -concreta el informe- supone un descenso de 7,1 millones de personas afectadas respecto a 2019 y de más de 10 millones de personas respecto a 2017 y años anteriores, siendo la cifra más baja desde la aprobación y entrada en vigor de las normas citadas, normas europeas.

Sin embargo, si se tienen en cuenta los valores actualmente recomendados por la Oganización Mundial de la Salud (OMS), "mucho más estrictos que los límites legales europeos y más acordes -según Ecologistas- con una adecuada protección de la salud", la conclusión es tan rotunda como inequívoca: "toda la población española -denuncia el informe- respiró en 2021 un aire con niveles de contaminación superiores a los recomendados, lo que supone un aumento de 3,1 millones de personas afectadas respecto a 2019, por efecto de la sustancial rebaja de los anteriores estándares sanitarios" (la OMS va ajustando los umbrales de protección conforme va evolucionando la ciencia y, a la luz de los nuevos hallazgos, los actuales son más exigentes en materia de protección de la salud que los anteriores).

Informe La calidad del aire en el Estado español durante 2021 (página 4)
«Las últimas estimaciones globales de la AEMA y la OMS sobre la repercusión sanitaria de la contaminación atmosférica son muy preocupantes. Elevan en el año 2019 hasta en torno a 400.000 las muertes prematuras en los países europeos por la mala calidad del aire, 373.000 por exposición a partículas inferiores a 2,5 micras de diámetro (PM2,5), 48.000 por exposición a dióxido de nitrógeno (NO2) y 19.000 por exposición a ozono troposférico. En España, las víctimas de la contaminación fueron ese año hasta 30.000, 23.300 por partículas PM2,5, 6.250 por NO2 y 1.820 por ozono, lo que supone duplicar los 16.000 fallecimientos prematuros anuales que se estimaban hace apenas dos décadas»

Ozono, el campeón de los contaminantes
Por segundo año consecutivo, y como consecuencia de las restricciones a la movilidad por la pandemia, se ha producido un importante descenso en la presencia de este gas, entre un 57% y un 37% en relación al promedio del periodo 2012-2019. A pesar de ello, casi 35 millones de personas en España en 2021 han seguido respirando aire contaminado por ozono troposférico.

Un año más, el ozono es el contaminante atmosférico que más afecta a la población y al territorio. Según el informe anual sobre contaminación por ozono de Ecologistas en Acción “al menos el 73% de la población y el 84% del territorio han estado expuestos a niveles insalubres de este contaminante”.

El gas ozono (O3) tiene un efecto positivo en la estratosfera (a unos 10-50 kilómetros de la superficie terrestre), ya que protege de la radiación ultravioleta. Sin embargo, a cotas inferiores, en la troposfera (la capa de la atmósfera en contacto con la tierra), se convierte en un contaminante que actúa como un potente y agresivo agente oxidante.

La exposición a elevados niveles del mismo origina problemas respiratorios sobre la salud humana (irritación, inflamación, insuficiencias respiratorias, asma) y puede contribuir a incrementar la mortalidad prematura; también puede dañar la vegetación, afectar al crecimiento de cultivos y bosques, reducir la absorción de CO2 por las plantas, alterar la estructura de los ecosistemas y reducir la biodiversidad. Además, es un gas de efecto invernadero, que contribuye al calentamiento de la atmósfera. Así pues, por su claro impacto en la salud y los ecosistemas, los niveles de O3 en aire ambiente están regulados en la normativa ambiental

La contaminación del aire, un problema de primer orden
Ecologistas en Acción destaca en este informe que hasta 30.000 muertes prematuras anuales tienen lugar en el Estado español, derivadas de una mala calidad del aire, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Esta cifra supone duplicar el número de fallecimientos prematuros que se producían hace 20 años.

50.000 millones de dólares al año, un 3,5% del PIB español, es el coste sanitario y laboral derivado de la contaminación atmosférica, según el Banco Mundial. Esa cifra no contempla los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.

Ecologistas destaca también entre sus conclusiones que se han detectado “niveles preocupantes” de benzo(a)pireno, contaminante cancerígeno relacionado con la combustión de la biomasa cuya medición es ocasional, en territorios rurales de Andalucía, Aragón, Castilla y León, Cataluña o Galicia, además de en el entorno de determinadas industrias siderometalúrgicas de Avilés, Gijón y A Coruña. [Como se aprecia en la tabla que aparece bajo estas líneas, la población afectada por la contaminación en 2014 en España era el 95,5% del total (algo más de 44 millones y medio de personas) y es el 100% en 2021 (más de 47 millones de personas), según los valores máximos de contaminación actualmente recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS)].

Sigue fallando la voluntad política
La legislación vigente hoy en España establece como obligatorios los Planes de Mejora de la Calidad del Aire, pero más de la mitad de las comunidades autónomas continúan incumpliendo este mandato legal en la lucha contra el ozono, y los Planes elaborados carecen de presupuesto y desarrollo que los hagan eficaces. "Madrid continuó incumpliendo el límite legal del dióxido de nitrógeno. Otra veintena de zonas rebasaron los objetivos del ozono”.

La Ley de Cambio Climático y Transición Energética establece que todas las ciudades de más de 50.000 habitantes deben contar con zonas de bajas emisiones (ZBE) antes de 2023. Pues bien, según esta confederación de colectivos ecologistas nacida en 1998, “la mayoría de las ciudades no están declarando estas zonas, pese a los abundantes fondos públicos que están recibiendo para su implantación. Y las declaradas en Madrid y Barcelona, han sido anuladas por resoluciones judiciales que en la práctica hacen prevalecer un supuesto derecho a desplazarse por la ciudad en coche sobre la salud pública y el medio ambiente”.

El derecho a respirar un aire limpio choca frontalmente con un insistente “tráfico motorizado que continúa siendo el principal agente de contaminación en las zonas urbanas, donde se concentra mayoritariamente la población. Las grandes centrales termoeléctricas, la industria condicionan también la calidad del aire, como lo hace el transporte aéreo y marítimo”.

Ecologistas en Acción
«La única forma de mejorar la calidad del aire en las ciudades es disminuir el tráfico motorizado, potenciando la movilidad activa peatonal y ciclista y el transporte público limpio. También es necesario promover el ahorro energético, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, cerrar las centrales térmicas de combustibles fósiles, penalizar el diésel, reducir el uso del avión, designar un área de control de las emisiones del transporte marítimo en el Mediterráneo, y una moratoria de las nuevas macrogranjas ganaderas»

Ecologistas en Acción nos recuerda que la crisis sanitaria de la Covid19 ha puesto de manifiesto, con datos en la mano, que la reducción del tráfico, del consumo de combustibles fósiles en general, ha supuesto una clara mejora de la calidad del aire que respiramos, tanto en las ciudades como en zonas rurales. “No obstante, el repunte en los últimos meses de la contaminación del aire en las grandes ciudades es un indicio preocupante de que no hemos aprendido lo suficiente”.

La calidad del aire en el Estado español durante 2021

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Jaume
¿Hay otras cosas de las que las personas tienen que preocuparse más para vivir más y mejor? ¿Hay cosas más importantes que el aire que uno respira? No lo sabía. Gracias
Miguel
Estimado fukushima, las estadísticas indican claramente que el problema de muertes por contaminación es muy inferior y tiene mucho menos peso que otros factores de la vida, como puede ser la alimentación, la higiene, los hábitos, el entorno familiar, el estado mental, la situación económica o laboral de las personas, el tipo de trabajo que ejerce, las medicinas, etc. Es tal, que apenas marca diferencias en las estadísticas de una ciudad con contaminación a otra sin apenas contaminación, y como bien indicas, hay otros factores que afectan mucho de un barrio a otro dentro de la misma ciudad con contaminación similar o incluso superior en la que tiene mayor esperanza de vida. Hasta personas dentro del mismo barrio tienen una calidad de vida y una esperanza de vida muy diferente dependiendo de su estabilidad en la vida , sus hábitos diarios y la mentalidad con la que enfoque la vida. Señal de que hay otras cosas de las que las personas tienen que preocuparse más para vivir más y mejor.
Miguel
Cada vez se muere más gente de forma prematura en España debido a la contaminación y cada año la esperanza de vida es más alta. Según el INE, de 1999 a 2019, la esperanza de vida al nacimiento de los hombres ha pasado de 75,4 a 80,9 años y la de las mujeres de 82,3 a 86,2 años.
Hasta Madrid, con toda la contaminación que ha tenido y tiene, está entre las zonas de España con una las esperanzas de vida más altas. La provincia de Madrid tenía la esperanza de vida más alta en 2019 y en 2021 con 84,64 ha bajado al segundo lugar detrás de Salamanca con 84,74 años. Los madrileños deben estar que tiemblan de miedo.
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