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Tribuna de Javier García Breva

El drama del exministro Nicolas Hulot, un aviso a navegantes

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Quien piense que la dimisión del ministro de Emmanuel Macron para la Transición Ecológica, Nicolas Hulot, es una cuestión exclusiva de Francia se equivoca. Se trata de un acontecimiento que debe sacudir la conciencia de los que pensamos que la lucha contra el cambio climático es una urgencia que no admite incertidumbres ni ambigüedades.
El drama del exministro Nicolas Hulot, un aviso a navegantes

“No quiero seguir mintiéndome. No quiero dar la ilusión de que mi presencia en el Gobierno significa que estamos a la altura”. Es la expresión del drama del exministro al comprobar cómo la política y los políticos no afrontan la gravedad del cambio climático o cómo la defensa del medio ambiente y la reducción de los gases de efecto invernadero es un buen lema electoral, pero deja de ser una prioridad a la hora de gobernar.

La denuncia más grave que ha hecho Hulot es la connivencia de los grupos de presión con el poder en la toma de decisiones. A partir de ahí se produce la contradicción entre lo que se prometió en las campañas electorales y lo que se acaba publicando en los boletines oficiales o lo que nunca se publica. La experiencia no ha podido concluir de peor manera: no se puede cambiar el modelo de economía ni el modelo energético desde dentro.

¿Tan difícil es supeditar la economía y la energía al medio ambiente? La propia estructura de los gobiernos en todo el mundo lo demuestra, son compartimentos estancos que ni siquiera hablan entre sí. No hay precedentes de éxito y la honestidad intelectual, como la de Hulot, se intentará convertir en aislamiento y desprestigio personal. Habrá una remodelación ministerial y la indiferencia climática habrá ganado una vez más.

La cercanía de los grupos de presión al poder y su influencia en las decisiones de los gobiernos confirma la relación directa entre la reducción de las emisiones y el cambio de modelo energético. Lo que la política y los políticos no acaban de asumir es que el nuevo modelo energético consiste en abrir la competencia a millones y millones de consumidores a través de la generación distribuida y limpia.

Los monopolios energéticos son la mayor barrera para cumplir los objetivos de reducción de emisiones. Abrir la competencia, por el contrario, es la clave de la lucha contra el cambio climático y de una electricidad barata; pero es un tabú en los gobiernos europeos. El sociólogo Richard Sennett decía hace poco que “con monopolios, el capitalismo pasa de ser el sistema de la competencia a ser el de la dominación”. El problema medioambiental y energético pasa por cambiar las reglas de la competencia.

La dimisión de Hulot provoca otra cuestión: ¿quién dirigirá el cambio de modelo energético? A las grandes compañías energéticas van a sucederles las grandes compañías tecnológicas y se pasará de la dominación a mayores estándares de abuso de posición de mercado y de desigualdad. Es la razón de la urgencia de grandes cambios y no de pequeños pasos.

La política energética europea aún vive la contradicción entre más gas y más renovables a gran escala que solo puede resolverse con más microgeneración renovable distribuida, inteligente y gestionada por los propios consumidores. Pero viendo cómo han transcurrido los consejos de ministros de energía de la UE sobre el paquete de invierno, solamente un milagro puede evitar la insignificancia de Europa en las transformaciones energéticas que se están produciendo por todo el mundo.

El drama de Hulot es el drama de todos nosotros por cómo dejaremos el planeta a las futuras generaciones. Contra la indiferencia climática valen las palabras que escribió el gran pensador europeo Tony Judt en su libro “Algo va mal”, en el que reclamaba la necesidad de “personas que hagan una virtud de oponerse a la opinión mayoritaria” y que “si hasta los intelectuales han doblado la rodilla, habrá que volver a aprender cómo criticar a quienes nos gobiernan. Pero para hacerlo con credibilidad hemos de librarnos del círculo de conformidad en el que tanto ellos como nosotros estamos atrapados”.

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Enrique
Uno de los argumentos en contra de la instalación de plantas fotovoltaicas es que se requiere de mucho espacio o que tienen un "impacto ecológico" o que son muy costosas. La realidad es que en coste es la tecnología mas económica, a día de hoy el LCOE (coste de la energía durante la vida útil de la planta por sus siglas en inglés) pudiera estar en España por debajo de los 2 céntimos de euro. España consume aproximadamente unos 270TWH al año si calculamos considerando las condiciones de España la superficie necesaria para producir esa energía exclusivamente con energía fotovoltaica (con sistemas fijos, sin sistemas de seguimiento solar), sería necesario utilizar 1220km² osea aproximadamente el 0,2% de la superficie del país Y si además si se permitiera el auto-consumo sin limitaciones técnicas o impuestos especiales, la mayoría de esas instalaciones estarían sobre tejados domésticos o industriales reduciendo el "impacto ecológico". La única justificación posible para no apostar exclusivamente por las renovables actuales es que no son tecnologías despachables, no se puede garantizar el despacho de la energía en función de la demanda las 24 horas del día. Sin-embargo si consideramos que nuestro pool de generación es diverso y tiene sistemas de generación eólicos, hidráulicos, biomasa etc. , entonces lo que deberíamos hacer es modificar el pool actual para que las fuentes de generación que utilizan combustibles fósiles y la nuclear no sean necesarias. Esto en un escenario con voluntad política podría realizare perfectamente en menos de 10 años.
José Juan
Yo sigo diciendo que la solución está está en el mar. Cuando el viento sopla, la electricidad baja el precio. En el mar, la eficiencia energética del viento, es un 40% superior a tierra. Del mar, se pueden utilizar conjuntamente varias energías renovables no contaminantes, suficientes para satisfacer las necesidades, almacenar y exportar electricidad limpia, no contaminante, gratuita e inacabable al ser renovable. ¿A qué se espera para utilizarla? ¿A llegar al punto de " no retorno" en el ascenso de la temperatura global, tal y como auguran científicos de la Universidad de Oxford?.
Oscar
Precisamente uno de las promesas fue el bloqueo de mas centrales nucleares, y esa es una decision puramente politica que daña y aleja los objetivos de emisiones del pais vecino. Microgeneracion es una forma de abastecer al usuario final a un precio muy alto pero con un retorno de emisiones bajo. Pero si se quiere conseguir un cambio sustancial que vaya a ser palpable de forma global es necesario contar con la nuclear, que no solo es la mas segura, pese a los accidentes, sino que no va asociada a centrales de respaldo alimentadas por gas. La triste verdad es que las grandes turbinas y las granjas solares tienen tambien un impacto ecologico que no solo sale de su fabricacion, si no de las mencionadas centrales de respaldo.
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