Sin duda alguna, de 2020 podemos decir que ha sido el año del hidrógeno. El 8 de julio, se presentaban en Bruselas tres iniciativas fundamentales: la Energy System Integration Strategy, la EU Hydrogen Strategy y la EU Clean Hydrogen Alliance, todas ellas enmarcando el papel fundamental del hidrógeno, hasta tal punto que el 8 de julio se nominaba como “el día D del hidrógeno”.
A esta estrategia europea le ha acompañado la Hoja de Ruta del Hidrógeno, que ha publicado el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en la segunda mitad del año; fue el propio presidente del Gobierno el encargado de presentar formalmente este documento, en una jornada en noviembre en la que participó junto a diferentes representantes del Gobierno, de sectores públicos y de la empresa privada.
La Hoja de Ruta del Hidrógeno viene a complementar el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, en tanto en cuanto establece las medidas y objetivos necesarios en el ámbito del hidrógeno para lograr el despliegue de renovables y la descarbonización planteados en dicho Plan. Más aún, en este sentido, otros documentos publicados recientemente por el Gobierno de España (el Borrador de la Estrategia de Almacenamiento Energético, la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo 2050, el Anteproyecto de Ley de Cambio Climático, por citar algunos) incorporan también al hidrógeno como una herramienta necesaria para lograr una plena descarbonización de los cuatro sectores estratégicos: energía, industria, transporte y residencial.
Precisamente, la citada Hoja de Ruta del Hidrógeno establece objetivos en esos cuatro ámbitos para el año 2030. Así, en el sector transporte, por ejemplo, habla de 2 líneas comerciales de trenes de media y larga distancia funcionando con hidrógeno, además de 7.500 vehículos ligeros y pesados y 150 estaciones de servicio de hidrógeno; en el ámbito industrial, establece que el hidrógeno renovable podría tener una contribución mínima en la industria de hasta un 25%; y que debería haber proyectos de almacenamiento de energía basados en hidrógeno para dentro de una década. Por comparar con la estrategia europea, España tiene por objetivo instalar para el año 2030 cuatro gigavatios (4 GW) de electrólisis, un 10% de la planeada para Europa en ese mismo período (40 GW).
Pero, más allá de todo ello, habla de movilizar una inversión público–privada de 8.900 millones de Euros en estos 10 años. Es, sin duda alguna, un punto fundamental. En el momento en el que nos encontramos, en el que una pronta recuperación económica, empresarial, industrial, laboral y social es clave, la apuesta por negocios sostenibles, como es el caso del hidrógeno renovable, supone un valor seguro para el crecimiento del país. Precisamente, Europa ve en su Pacto Verde (incluyendo al hidrógeno) uno de los pilares fundamentales de la recuperación postCovid (junto a las Tecnologías de la Información), y esto no es, en absoluto, casual…
Y es que España está llamada a jugar un papel fundamental en el mapa europeo del hidrógeno; no solo será una gran productora de hidrógeno renovable (para autoconsumo y para exportación), sino que también servirá de puerto de entrada para hidrógeno renovable procedente del norte de África; y tiene potencial para convertirse en líder en fabricación de equipos, producción de maquinaria y desarrollo de proyectos asociados al hidrógeno renovable.
Con la idea de mostrar que esta apuesta va en serio, el Gobierno de España ha lanzado dos iniciativas fundamentales: un fondo de 1.500 millones de Euros para proyectos de hidrógeno (que, sin duda, vendrá a movilizar otra parte importante procedente de las empresas), y una “llamada a expresiones de interés”, con la idea de identificar y localizar proyectos solventes de hidrógeno renovable en España; este censo de proyectos, apadrinado por tres ministerios (Transición Ecológica; Industria; y Ciencia e Innovación) permitirá definir el impacto que tendrán en la cadena de valor, y, sobre todo, ser capaces de analizar la creación de valor, empleo e industria en este momento clave.
En esta línea también se mueve la iniciativa del Ministerio de Industria, al haberle encargado a la Asociación Española del Hidrógeno la elaboración de la Agenda Sectorial de la Industria del Hidrógeno. Esta agenda permitirá identificar el estado actual del sector, sus claves competitivas y las medidas de actuación prioritarias que son necesarias para impulsar el sector y que España alcance una posición de liderazgo.
Esta Agenda será un documento consensuado que se debe convertir en un instrumento clave del Marco Estratégico para la Industria del Gobierno de nuestro país. Y, por supuesto, debe estar completamente alineada con los objetivos de la Hoja de Ruta del Hidrógeno. Y todo este entorno favorable al hidrógeno no ha pasado desapercibido… Las empresas del IBEX 35 se han volcado en este nuevo sector, viendo el enorme potencial que el hidrógeno puede traer para la industria nacional, en todos los sectores. Empresas transportistas y distribuidoras de gas natural, eléctricas e ingenierías, del sector logístico, químico o alimentario, analizan cómo el hidrógeno va a descarbonizar e impulsar su negocio en las próximas décadas.
Un buen ejemplo de ello es el creciente número de socios de la Asociación Española del Hidrógeno, que se ha visto multiplicado en las últimas semanas, refrendando así el importante papel de nuestra organización, decana en el sector con más casi dos décadas de existencia. La AeH2 ha sido, y será, un actor fundamental en esta transición de la economía española hacia el hidrógeno. Y es que, evidentemente, la economía del hidrógeno va a jugar un papel relevante en España; pero, sin duda alguna, nuestro país jugará también un importante papel en la Economía del Hidrógeno.
Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno