“Soluciones innovadoras y tecnológicas como esta son fundamentales para que las empresas españolas lideremos el sector fotovoltaico en el mundo”. Lo dice José Antonio Maldonado, el director general de ESAsolar, empresa sevillana que empezó en La Roda de Andalucía, en 2006, fabricando estructuras fijas sobre las que instalar las placas solares de los parques fotovoltaicos, y que, quince años después, tiene un currículo cuajado de referencias europeas (Polonia, Bulgaria, Rumanía, Alemania, Italia) y transatlánticas, de Reino Unido a Chile, Colombia o México.
ESAsolar diseña, desarrolla y produce estructuras fijas y seguidores solares (que mueven las placas siguiendo el movimiento del Sol) y supervisa las labores de montaje (ESAsolar ya no instala –lo hizo cuando daba sus primeros pasos– pero cuenta con un equipo para seguimiento y supervisión de las instalaciones). La empresa sevillana fabrica estructuras fijas desde el minuto uno. En ellas centró desde el principio toda su I+D y a ellas debe su primer éxito clave, que muy pronto situó a esta empresa sevillana en una posición privilegiada. Porque la de La Roda fue una de las primeras empresas del mundo en apostar por el hincado hidráulico, que no emplea hormigón para fijar en el suelo las estructuras que han de soportar las placas solares, por lo que su huella ambiental es mínima. El no uso de hormigón abarata además y facilita a la postre la retirada de la instalación una vez esta ha concluido su vida útil. En fin, todo un dechado de virtudes que pronto ganó mercado en todas partes.
La empresa inicia en 2012 su segunda etapa, la de los seguidores solares, de la mano de los cuales sigue consolidando su posición en el sector. Hasta el punto de que hoy presume de haber instalado (entre estructuras fijas y con seguidor) más de quinientos megavatios en todo el mundo, un viaje de quince años que encuentra ahora su tercer hito clave: ESAblock*, el que presenta como “el primer sistema integral para proteger del viento los trackers de las plantas fotovoltaicas”, porque el viento, incluso a velocidades moderadas puede afectar y afecta a las instalaciones fotovoltaicas, hasta el punto de que puede “hacer volar” las placas y los seguidores solares (trackers).
El galloping o fluttering es una inestabilidad aeroelástica causada por el viento (puede ser desencadenada incluso por rachas de velocidades moderadas). El viento provoca oscilaciones en las alargadas “mesas” que soportan las placas, oscilaciones que pueden ganar amplitud hasta llevar al colapso la infraestructura toda, haciendo volar, literalmente, las placas fotovoltaicas que se encuentran sobre las “mesas” que las soportan, y las propias “mesas”.
Los sistemas de defensa actuales empiezan a actuar solo cuando las rachas de viento alcanzan los 60 kilómetros por hora, pero a esa velocidad, la defensa puede llegar tarde (de hecho, llega tarde en muchos casos). “Los sistemas de protección disponibles en el mercado hasta ahora –explica Antonio Jesús Martín Núñez, director técnico de Esasolar– empiezan a funcionar solamente cuando el viento supera la velocidad de trabajo de los trackers, que, por regla general, suele ser inferior a los 75 kilómetros por hora. Y a menudo ocurre que, a velocidades de viento inferiores se pueden dar los efectos catastróficos de galloping, incluso con el sistema de protección tradicional activado”.
El director técnico de Esasolar menciona como ejemplo catastrófico de este efecto el caso del puente de Tacoma, en los Estados Unidos, que se derrumbó en 1940 porque vientos a una velocidad moderada produjeron un aleteo aerolástico que coincidía con la frecuencia natural del puente, lo que lo hizo colapsar.
Según el director general de Esasolar, José Antonio Maldonado, la gran aportación del sistema es que combina la versatilidad y eficiencia de los seguidores solares (estructuras que se mueven para orientarse siguiendo al sol) con la seguridad de las estructuras fijas, que permanecen siempre en la misma posición. “Nuestra tecnología –explica Maldonado– permite que la estructura se mueva para seguir al sol, pero cuando se detiene una vez alcanzada su nueva posición, se bloquea como si fuera una estructura fija, a la que no afecta el viento; eso hace que esté siempre protegida y segura y que el viento sea solo un factor ambiental más, pero no un riesgo”.
Las empresas españolas –añade Maldonado– tienen una oportunidad extraordinaria para liderar el mercado mundial de la energía solar sumando a su dilatada experiencia su capacidad de innovación y conocimiento: “no se trata solo de instalar parques fotovoltaicos en nuestro país, sino también de utilizar nuestro conocimiento para liderar el mercado mundial y ofrecer nuestras tecnologías, productos y servicios para construir instalaciones fotovoltaicas por todo el mundo”.
* ESAblock ha sido ganador del Programa Innowwide 2020, dirigido a empresas europeas altamente innovadoras y con potencial de expansión global, y ha sido galardonado con dos Sellos de Excelencia, que certifican la calidad y potencial de proyectos innovadores y merecedores de inversión.
Innowwide es una CSA (Coordination and Support Action) financiada por la Comisión Europea que facilita el acceso a las pymes a mercados internacionales por medio de la financiación del análisis de viabilidad (aspectos técnicos, de mercado, legales y socioeconómicos) o Viability Assessment Projects (VAPs) en cooperación (subcontratación) con actores locales en terceros países para poder crear las condiciones necesarias que permitan incorporar tecnologías innovadoras creadas en Europa a esos mercados por medio de un futuro proyecto de cooperación tecnológica internacional. La coordinación de esta CSA formada por 11 socios recae en el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), entre los que se encuentran varios organismos financiadores y el Secretariado EUREKA.
