La solar fotovoltaica sigue siendo la tecnología que mayor crecimiento experimenta, con una potencia a finales del año pasado de 32.350 MW, equivalente al 25,1% de la potencia instalada a escala nacional, según datos de Red Eléctrica de España. En torno al 75% de esos 32,35 GW corresponde a plantas en suelo, algunas de ellas verdaderamente grandes.
Las comunidades autónomas con mayor concentración de parques solares fotovoltaicos son aquellas que combinan una alta irradiación solar, gran disponibilidad de terreno y facilidad administrativa para nuevos proyectos. Es el caso de Extremadura, que junto a Andalucía encabeza el ranking, con más de 7.800 MW de capacidad solar FV operativa, según los datos de REE, y donde se encuentran dos de las mayores plantas solares del país: el parque Francisco Pizarro, situado en Cáceres, de 590 MW de capacidad, y el parque Nuñez de Balboa, enclavado en Badajoz, de 500 MW. Los dos llevan el sello de Iberdrola.
En Andalucía hay 7.874 MW, sobre todo en Sevilla, donde la solar fotovoltaica ronda el 78%. En Granada, donde comparte con la eólica el primer puesto en potencia instalada (casi un 40%), también se está haciendo un hueco importante. Castilla la Mancha figura en tercera posición, con mas de 7.000 MW operativos. En otras zonas del país, como Castilla y León, el crecimiento de la solar fotovoltaica es igualmente notable y ya suma 2.800 MW. Murcia –otra región idónea para la producción de energía con el so– alberga la tercera instalación más grande de España: Mula Solar, de 494 MW.
Iberdrola, Endesa, Acciona, Naturgy y nuevos jugadores como Capital Energy, X-Elio, Forestalia o Statkraft están detrás de muchas de estas grandes instalaciones, si bien también ha aumentado la participación de inversores internacionales y fondos de infraestructuras. Por ejemplo, Mula Solar fue vendida a finales de 2024 por el fondo de inversión Northleaf Capital al gigante estatal chino CTG.
Cara al futuro, se espera que la capacidad solar continúe creciendo con nuevos parques a gran escala, pero, también, con instalaciones de autoconsumo e híbridas (con almacenamiento en baterías o eólica, por ejemplo). La mejora en la gestión de excedentes y en la integración en la red eléctrica con apoyo del almacenamiento y la digitalización, serán determinantes en este sentido. La agrivoltaica, el bombeo solar y los parques flotantes son otras tendencias claras de la solar fotovoltaica.
Precios cero, ¿buenos para todos?
Ahora bien, estos pronósticos pueden verse afectados por los precios cero (o incluso negativos) en el mercado mayorista de electricidad, ya que pueden lastrar la inversión en energía solar, especialmente en el segmento de grandes plantas a red.
Esta situación se produce cuando el precio de la electricidad en el mercado mayorista (pool) cae a 0 €/MWh o incluso a valores negativos durante ciertas horas del día —generalmente, las de máxima producción solar (12h–17h)—. Ocurre, generalmente, cuando se suman tres factores: mucha producción renovable (sobre todo solar), baja demanda eléctrica (fines de semana, primavera) y imitada capacidad de almacenamiento o exportación.
Lógicamente, la bajada del precio de la electricidad impacta en la rentabilidad esperada de los proyectos. Si muchas horas se pagan a 0 €/MWh, los ingresos se reducen drásticamente, por lo que los inversores están empezando a exigir mayores garantías o buscan acuerdos PPA (Power Purchase Agreements) a precio fijo. Los precios bajos también están frenando nuevos desarrollos, especialmente en zonas donde la sola FV esta muy extendida, como Extremadura o Andalucía.
Todo ello supone un reto al que se está respondiendo desde varios frentes. Uno de ellos es la incorporación de baterías a las plantas, para que dispongan de almacenamiento y puedan desplazar energía a horas más rentables (como la tarde y la noche). También se están desarrollando proyectos híbridos (solar + batería, o solar + eólica); y se están intensificando los acuerdos de compraventa (PPAs) para garantizar precios estables y facilitar la financiación de ls plantas.
El gobierno y Red Eléctrica, por su parte, están estudiando medidas para Incentivar el almacenamiento, mejorar la gestión de la red, y adaptar los mercados a la alta penetración renovable. Porque aunque los precios cero son un síntoma del éxito de la expansión renovable, también suponen una señal de alerta, haciendo que este modelo pueda resultar menos atractivo para nuevas inversiones. No es que la inversión se haya detenido, pero se está reorientando hacia modelos más resilientes.
La sombra del apagón
La causas del macro apagón del pasado 28 de abril, que dejó a oscuras la Península Ibérica durante horas, aún no están claras, lo cual no evita que se hayan vinculado a posibles fallos en la generación solar. Una acusación que podría beneficiar a quienes se oponen a la expansión de las energías renovables y a algunos agentes de la industria tradicional de energía.
A la espera de que los técnicos dicten veredicto –y no los intereses políticos o económicos–, lo único que se puede decir con certeza es que los sistemas fotovoltaicos conectados a la red están preparados para desactivarse automáticamente durante un apagón como medida de seguridad. Dotar de baterías de almacenamiento las instalaciones solares permite afrontar este problema y garantizar la continuidad del suministro eléctrico. Pero el gran apagón del pasado 28 de abril ha puesto de relieve otra necesidad: la de impulsar el desarrollo de soluciones más resilientes y autónomas para el futuro energético.
“La energías renovables no deben verse como un problema, sino como una oportunidad para modernizar nuestras infraestructuras y fortalecer la resiliencia del sistema eléctrico”, decía recientemente en rueda de prensa Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria. Y añadía: “la oleada de críticas, cuestionamientos y ataques furibundos” contra las energías limpias tras el macro apagón son “oportunistas y faltas de rigor”. En su opinión, están siendo lanzadas por “sectores que proponen con entusiasmo resucitar tecnologías caducas y contaminantes como el gas o el fuel” mientras “arrecia igualmente el apoyo desmedido a la energía nuclear”.
Al igual que el político canario, muchas otras voces consideran irresponsable y deshonesto que, sin conocerse todavía las causas exactas del incidente, haya quienes se estén apresurando a señalar a las energías verdes como culpables. José Donoso, presidente de la Unión Solar Fotovoltaica (UNEF) se muestra especialmente cauto y afirma que en la asociación “dudan mucho de que sea por una planta fotovoltaica el que se haya producido este apagón” (ver entrevista).
Dejar aparte rumorologías y esperar a tener datos fiables sobre la causa exacta y técnicamente razonable de la interrupción inusual del suministro eléctrico y las razones por las que tuvo consecuencias tan graves, es el objetivo de las comisiones que se han creado en el Congreso para investigar porqué se produjo este grave incidente, que afectó a todo el territorio nacional y Portugal.
Objetivo PNIEC: 76 GW en 2030
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2023-2030 tiene como objetivo que el 81% de la energía eléctrica provenga de fuentes renovables para 2030 en España, con un papel clave de la solar fotovoltaica. Plantea para ella 76 GW instalados en esa fecha, lo que supone un aumento considerable respecto al PNIEC de 2021, que marcaba 36 GW. En este nuevo indicador, 57 GW corresponden a proyectos de energía solar en suelo y el resto a autoconsumo solar.
España tiene buenas posibilidades de alcanzar este objetivo, siempre que se cumplan las condiciones adecuadas para ello. Entre otras, según destacan sede UNEF, el desarrollo en materia de normativa que favorezca las inversiones en energías renovables y un aumento de la demanda eléctrica. En este sentido, desde el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) afirman que “la electrificación de la economía y el crecimiento de la demanda eléctrica, impulsados por la industria y la producción de hidrógeno renovable, favorecerán el crecimiento de la solar fotovoltaica”.
El que se empiecen a construir de nuevo fábricas de paneles solares en España es otro indicativo de que avanzamos en la dirección correcta. Una de las más importantes está impulsada por Iberdrola y Exiom, que trabajan conjuntamente en la construcción en Langreo (Asturias) de una planta con capacidad para fabricar anualmente 500 MW. La planta, en la que se producirán módulos basados en la tecnología de última generación TopCon, ha recibido una subvención europea de 1.200 millones de euros.
Iberdrola planea la construcción de otra fábrica de paneles solares en Extremadura, con una capacidad de 1,6 GW, si bien de momento no ha proporcionado más detalles sobre este proyecto. Otra referencia la encontramos en el fabricante holandés MCPV, que planea la construcción de una fábrica de módulos solares de 2,5 GW en Tudela (Navarra), con entrada en operación, según sus previsiones, en 2029.
Pero no solo en España están desarrollándose estos proyectos. Por ejemplo, MCPV está levantando en la localidad de Veendam (Países Bajos) otra planta, dedicada a la producción de células solares de heterounión de silicio, con un capacidad de 4 GW. Otras referencias las encontramos en plantas en Francia e Italia. Por ejemplo, la startup francesa Heliup ha abierto una planta de producción de panales solares ultraligeros con una capacidad de 100 MW en Le Cheyla (sureste del país). En Italia, una referencia la encontramos en FuturaSun, que esta construyendo una fábrica de módulos solares de 2 GW, y en Enel, que desarrolla otra en Catania (Sicilia) y que se espera que sea la más grande de Europa.
Estas nuevas fábricas se unirán a otras ya operativas, como la perteneciente a Recom, el mayor fabricante en Europa de módulos fotovoltaicos con la garantía Bloomberg Tier 1 (que identifica a los fabricantes de paneles solares con mayor solvencia financiera). Y contribuirán a fortalecer la industria local europea y a reducir la dependencia que tenemos en la UE de las importaciones de países extracomunitarios. El objetivo es fabricar en la UE, en el año 2030, al menos el 40% de las necesidades anuales de despliegue de tecnologías estratégicas, como paneles solares fotovoltaicos, aerogeneradores, baterías o bombas de calor.
Este reportaje se publico originalmente en ER242 (junio de 2025)