Falta tejido industrial en la biomasa y el listado con las instalaciones incluidas en el registro de preasignación del régimen especial no hace más que refrendarlo. De los 36,56 MW de biogás, “30 MW corresponden realmente a sistemas de cogeneración instalados en plantas de tratamiento de purines”, advierte Manuel García. Y entre los 87,92 MW aprobados para biomasa, 36,20 MW pertenecen a la papelera de Ence de Navia (Asturias), 15 MW a la planta de Valoriza de Linares (Jaén), vinculada con el procesamiento de la aceituna, dos de 15 MW cada una son las proyectadas hace tiempo por Acciona en Miajadas (Cáceres) y Alcázar de San Juan (Ciudad Real) y 2 MW corresponden a la instalación con biomasa forestal de Iberdrola en Corduente (Guadalajara).
Falta mayor presencia de la biomasa forestal y del biogás industrial
Manuel García insiste: “no deja de ser lo mismo de siempre, especialmente relacionado con el aprovechamiento de residuos agrícolas y la industria papelera; y falta también lo mismo de siempre, el impulso y consolidación de proyectos de índole forestal y todo lo relacionado con el biogás industrial”. Eso sí, por continuos pronósticos destinados a revertir esta tendencia que no sea. Esta misma semana, en unas jornadas sobre medio rural y economía sostenible, la subdirectora general de Igualdad y Modernización del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Paloma López-Izquierdo, sostenía que “el aprovechamiento clásico de madera y la obtención de leñas para consumo doméstico están siendo relevados por aprovechamientos con enfoques más modernos, como la obtención de biomasa con fines energéticos”.
Lo cierto es que el sector sigue atascado, a la espera de nuevas medidas políticas y legislativas que los desatasquen. De momento, como la biomasa y el biogás, al igual que la cogeneración y la minihidráulica, no han alcanzado aún los objetivos de potencia establecidos en el Plan de Energías Renovables 2005-2010, el registro permanece abierto para la presentación de nuevas solicitudes de preasignación.