Según informa la Agencia Iberoamericana de Noticias para la Difusión de la Ciencia y Tecnología (DiCYT), el director de la empresa, Jonatan Hernández, sostiene que “al paso del tiempo, el biocombustible (tradicional) pierde propiedades y comienza a dañar los inyectores del vehículo. Lo que logramos fue ampliar esa vida de anaquel y permitir almacenajes mayores a un año”.
“Hoy en día tenemos un modelo de negocio en el que ofrecemos a agricultores mexicanos que siembren nuestros productos y se conviertan en nuestros proveedores”, dijo Hernández, quien explicó que la búsqueda fue una materia prima que no compitiera con insumos alimenticios.
El proyecto nació a raíz de una conferencia de Petróleos Mexicanos (Pemex), en la que un ponente inquirió al auditorio porqué no formar una empresa de biocombustibles, idea que fue tomada, junto con Hernández, por Miguel Ángel González y Luisa Villalobos, todos entonces recién egresados de la carrera de Ingeniería Química Industrial.
En 2011, el emprendimiento, bajo el nombre Biodimex, obtuvo el tercer lugar en la Primera Edición del Premio a la Innovación Emprendedora, convocado por el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y el Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal