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La Inteligencia Artificial, una herramienta de ahorro para las comunidades energéticas

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La Inteligencia Artificial (IA) abre al mundo innumerables posibilidades de mejorar los sistemas establecidos. Con esa premisa, el Instituto Tecnológico de Galicia (ITG) ha desarrollado tecnología que permitirá a los usuarios de comunidades energéticas locales (CEL) ahorros de entre un 10 y un 15% en su factura. De manera virtual y gracias a los algoritmos se puede optimizar la gestión de la energía y predecir los consumos. 
La Inteligencia Artificial, una herramienta de ahorro para las comunidades energéticas
Instalación fotovoltaica en el laboratorio de redes inteligentes de ITG.

Una plataforma virtual puede ser la ventana a ahorros de entre el 10 y el 15% en las comunidades energéticas locales (CEL). El Instituto Tecnológico de Galicia (ITG) ha investigado y creado esta tecnología, que permite una mejor gestión virtual con algoritmos. El ingrediente imprescindible: aprovechar el potencial de la Inteligencia Artificial (IA). Pablo Álvarez, ingeniero de la División de Energía del ITG, explica que es el resultado de engranar monitorización y datos. “Podemos conseguir más beneficios ambientales, económicos y sociales”, defiende. Su nombre original es Almacenamiento y gestión de energías renovables en aplicaciones comerciales y residenciales; pero por las siglas es conocido como Agerar II.

Y en esta iniciativa transfronteriza liderada por ITG también han participado el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y el Instituto de Ciencia e Innovación en Ingeniería Mecánica e Industrial, de Portugal (INEGI). “La demostración de estas tecnologías ofrecerá información fidedigna a empresas, organismos públicos y a otros promotores de comunidades energéticas locales sobre la adopción de modelos energéticos innovadores, sistemas de almacenamiento y estrategias de gestión”, recoge la web.

El usuario accederá a una plataforma donde tendrá el control de toda la comunidad desde un solo punto. “El gestor tendrá un perfil administrador y cada uno de los usuarios podrá acceder a sus datos dentro de la comunidad energética”, puntualiza Álvarez. En el proyecto hay varias líneas de investigación: la digitalización de comunidades energéticas locales, la evaluación de nuevas tecnologías de almacenamiento (hidrógeno y súpercondensadores híbridos) y el desarrollo de algoritmos de IA. “Se definieron esas tres líneas maestras de futuro”, recuerda Pablo Álvarez. Para testear han empleado dos instalaciones físicas, una en Coruña, en sus oficinas, y otra en Mazagón, Huelva, con el laboratorio de redes de INTA. “Monitorizamos las dos para nutrir a la plataforma con los datos, y los almacenamientos y la red eléctrica los simulamos en laboratorio. Analizamos cómo se comportaría dentro del entorno virtual antes de su despliegue en el mundo real. Y lo hacemos en dos fases para entrenarlos con más datos posibles”, continúa Álvarez en una llamada.

Se espera que el lanzamiento sea a principios de 2024, pero aún están sentando las bases para ofrecer las soluciones al mercado. En definitiva, se han obtenido resultados concretos de hasta el 15% de ahorro. Un 10% surge por la mejora en la utilización sistemas almacenamiento. “Por otra parte, hemos logrado un 5% de mejoras de coeficientes de reparto para que los usuarios reciban energía de forma proporcional y adecuada a su consumo”, prosigue el portavoz. Las conclusiones fueron presentadas el pasado junio en la sede de ITG, en A Coruña. Como anuncia la nota de prensa sobre plataforma, la meta siempre ha sido promover modelos energéticos “innovadores”.

Las líneas generales del proyecto
Entre España y Portugal hay unas 500 comunidades energéticas locales, una cifra que se espera que crezca exponencialmente, lo que convierte en la península en un panorama idóneo para Agerar II. La plataforma está abierta a cualquier tipo de comunidad, no obstante, cuanto más grande sea, más se puede justificar el coste, ya que implicará más ahorros potenciales. “Nos focalizamos en comunidades de puertos o polígonos industriales con consumo relevantes”, describe Álvarez. Los interesados, tras contactar con el ITG, pueden proceder a probar la demo. Allí podrán ver, por ejemplo, el coste y ahorro de suministro eléctrico del consumidor, la predicción de producción fotovoltaica o el estado de carga de baterías.

“La plataforma alinea necesidades y nosotros damos diagnóstico de ahorros. Ayudamos a decidir si tiene sentido contar con este proyecto”, sostiene Álvarez, y añade que los que cuenten con un perfil de régimen de autoconsumo con excedentes podrán optar a ver cubiertas sus necesidades.“Somos capaces de que la retribución a los usuarios sea la más alta posible”, prosigue en su llamada con Energías Renovables. Además, se puede aplicar en diversos espacios, como asegura Santiago Rodríguez, director de la División de Energía en ITG, en una entrevista que concedió a la Cadena Ser. “Un polígono industrial es un ejemplo donde los propietarios de las naves, comercios existentes, edificios dotacionales o incluso las comunidades de propietarios de viviendas cercanas, pueden decidir cuándo y cómo suministrar, consumir, almacenar y distribuir la energía renovable que ellos mismos generen”, comenta.

Según explica Rodríguez, “solo es necesario que los habitantes se pongan de acuerdo de manera conjunta y accedan a la gestión con eficiencia. Pueden poner paneles fotovoltaicos con un coste más competitivo”. El resultado está en sintonía con la situación global, donde las energías renovables han ganado peso. “Europa se ha dado cuenta de que las grandes centrales energéticas pierden sentido por las pérdidas de distribución de energía. Vamos hacia un consumo energético local. Hay distintas necesidades”, asegura. Por ello, se han dedicado a investigar el almacenamiento, el hidrógeno y los supercondensadores, para ayudar al consumidor en la toma de decisiones. Acerca de los retos económicos, Rodríguez explica que, aunque este proyecto implica inversiones importantes, existe financiación pública tanto autonómica como estatal, y que hay inversores privados interesados en crear comunidades energéticas, explotarlas, mantenerlas y cobrar a los usuarios. “Falta regulación, va a ritmo para desarrollarse de manera masiva”, admite. “Estamos en buen camino, pero falta una ley que reúna figuras. Por ejemplo, un agregador de demanda, que ya existe en Francia o Reino Unido. Esto permite a la entidad entidad que gestione demanda energética de distintos consumidores. Hace agrupación y permite llegar a acuerdos”, concluye.

Colaboración con centros de España y Portugal
En Agerar II, INTA e INEGI han investigado la viabilidad técnica y también la económica de la utilización del hidrógeno en las comunidades energéticas, como describe la nota. Gracias a esto, se puede reducir el posible desfase entre la producción y el consumo de energía en las comunidades de autoconsumo colectivo, aprovechando el excedente y convirtiéndolo en hidrógeno renovable, que puede ser utilizado para diversos propósitos, como asegura el texto. De este modo se puede inyectar en la red de gas natural de las CEL y, por otro lado, se podría generar energía eléctrica utilizando pilas de combustible, proporcionando energía limpia a los consumidores, en combinación con otras tecnologías renovables como la solar fotovoltaica. Por su parte, INTA se ha encargado de evaluar el uso de la tecnología de los supercondensadores híbridos (SCH) en las comunidades energéticas locales.

Lo han realizado como un sistema que combina las ventajas de los supercondensadores tradicionales, que ofrecen una elevada potencia en un corto período de tiempo, con la capacidad de almacenamiento de las baterías de litio, haciéndolos idóneos para las comunidades energéticas. En definitiva, Agerar II nace como continuación del anterior proyecto. Ha sido desarrollado también bajo el mismo programa Programa INTERREG V-A España – Portugal (Poctep) 2014-2020, y en el que ocho socios de España y Portugal colaboraron durante dos años para impulsar herramientas digitales para sistemas de autoconsumo y almacenamiento en microrredes comerciales y residenciales, bajo criterios de eficiencia energética y sostenibilidad. Finalmente, el objetivo de Agerar II ha sido mejorar y fortalecer las capacidades de investigación, desarrollo e innovación en el espacio Poctep en el ámbito de las comunidades energéticas locales.

 • Este contenido forma parte del reportaje La Inteligencia Artificial, una herramienta de ahorro para las comunidades energéticas, que aparece en la edición de septiembre de la revista (en papel) Energías Renovables, que puedes también descargar en formato PDF clicando aquí.

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