Los movimientos actuales por parte de todos los sectores obedecen al interés por influir en las deliberaciones y posibles decisiones que tomarán los representantes de cada Estado miembro en los próximos consejos de ministros de Transportes, Telecomunicaciones y Energía (12 de diciembre) y de Medio Ambiente (13 de diciembre) que se llevarán a cabo en Bruselas. Según una información de Reuters, el último movimiento lo direon los embajadores de los distintos países ante la UE, que acordaron el viernes subir hasta el 7% el porcentaje de uso de biocarburantes de cultivos en el transporte para 2020.
El 7% acordado, que contó con la oposición de Holanda, Dinamarca, Bélgica y Luxemburgo aunque no bloquearon la decisión final, supera tanto la propuesta del 6% del PE, como la del 5% de la CE. En todos los casos se trata de limitar la cuota de biocarburantes de cultivos dentro del 10% de energías renovables en el transporte que tiene fijado la UE pazra 2020. A todo ello se une la decisión de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria de la UE de retirar a la europarlamentaria Corine Lapage de la defensa de la postura de dicha comisión, que incluía un 5.5% de biocarburantes clásicos y tener en cuenta el cambio indirecto del uso del suelo.
Se echan encima las elecciones al PE con todo por decidir
Según los analistas, todo este ajetreo político retrasará notablemente la decisión final del PE, ya que la modificación de las posturas de los europarlamentarios y las comisiones correspondientes puede conllevar que acabe la actual legislatura sin acuerdo. Las próximas elecciones al PE son en mayo de 2014, por lo que se piensa que será difícil alcanzar una votación definitiva antes de que concluya la actual legislatura.
Mientras tanto, nadie pierde el tiempo. A mediados de noviembre representantes del Gobierno de Malasia tuvieron la oportunidad de defender también en el PE el esfuerzo considerable y el progreso que, según ellos, hacen para lograr una producción sostenible de aceite de palma y adecuarlo a las políticas de la UE. La aportación más reciente desde la industria la ha hecho E4tech, una consultora que ha elaborado un informe encargado por un consorcio de empresas (Daimler, Honda, Neste Oil, OMV, Shell y Volkswagen) en el que expone la necesidad de contar con un marco político y normativo definido hasta 2030 para la progresiva incorporación de los biocarburantes más sostenibles y que aporten mayores reducciones de gases de efecto invernadero, es decir, los denominados avanzados o de segunda generación.
B7, E20 y mención especial para la hidrobiodiésel
E4tech ha elaborado una hoja de ruta para integrar los nuevos combustibles en la flota de vehículos para 2030 garantizando la seguridad tanto del suministro, como de la respuesta de los motores. El estudio apoya firmemente el desarrollo de los avanzados, para los que pronostica una cuota de mercado del 20% para 2030 entre todos los biocarburantes. Incluso advierten de que el potencial podría ser mucho mayor si se aprovechara toda la materia prima existente en la UE.
Entre las medidas que aparecen en la hoja de ruta propuesta por E4tech sobresalen el de alcanzar un suministro estable de mezclas B7 (7% de biodiésel y 83% de gasóleo), lograr un objetivo de E10 (10% de etanol y 90% de gasolina) para 2020 y de E20 en 2025, con la consiguiente adaptación de los vehículos a estas mezclas, y centrarse en el desarrollo acelerado de los biocarburantes avanzados basados en materias lignocelulósicas, residuos orgánicos y algas y en otros como el hidrobiodiésel, a pesar de que este último, al menos en el caso de España, se abastezca con el aceite del cultivo de palma en Indonesia y Malasia. También proponen adoptar políticas que incentiven el uso de biocarburanrtes con bajo riesgo de cambios indirectos del uso del suelo y medidas para su mitigación.
