La descarbonización de la generación eléctrica es la primera etapa de la Transición Energética, y eliminar el CO2 será su hito final. Pero prescindir del gas nos va a costar más, porque el hidrógeno y el biogás tardarán, mientras que los ciclos combinados a la red eléctrica dan sincronismo, inercia y flexibilidad.
El operador del sistema así lo verá, pues arrancando varios de ellos dijo: el apagón no volverá. España lo ha hecho muy bien implantando renovables.
Pues con total convicción el país se ha puesto en marcha hacia el objetivo de las renovables, con gran soltura y sin vacilación. Esto ha traído inversión extranjera, mejora de la balanza de pagos, independencia energética y reducción de CO2.
Pero rematar la tarea tiene su coste y dificultad. Pues además de agregar más renovables, habrá que acondicionar la red y añadir almacenamientos; ya que la nueva generación se agrupa donde hay sol o viento y, siendo cambiante, no es sincrónica ni gestionable.
Esto va a requerir:
• Reconfigurar el mallado de la red
• Actualizar su instrumentación, control y protecciones y códigos de conexión a red
• Añadir almacenamientos de varios tipos, formadores de red, compensadores y nuevas y diversificadas interconexiones
Lo positivo del apagón es la infinidad de datos recogidos. Con éstos se podrá diagnosticar lo sucedido y modelizar la futura red de forma optimizada.
Es inoportuno que este se haya producido cuando los vertidos de las renovables iban en aumento, porque esto puede retraer el flujo inversor. Por ello, urge demostrar solvencia ante la incidencia y en su solución; también anunciar medidas y hacer gestos creíbles para la pronta parada de la canibalización.
La situación internacional en el momento del apagón nos invita a la reflexión.
Lo primero que debemos poner en cuestión es el actual mercado eléctrico, porque la electricidad no tiene alternativas y su consumo es vital; mientras que este, sin el postizo de los “derechos de emisión”, no nos llevaría a la descarbonización. ¡Si vale una intervención valen cien!
Porque ¿tiene lógica llevar la generación hidráulica al mercado diario si la gestión de embalses es hiperanual y compartida con otras actividades? Su explotación debería obedecer en todo caso a criterios de mínimas emisiones de CO2 y coste medio del kWh anual. No entro en su remuneración.
Con esta y los bombeos de doble embalse, que se deberían fomentar, se podría cubrir el hueco anual existente entre la estacionalidad eólica y la solar peninsular. Lo que ahorraría en baterías, ganando independencia del exterior. ¿Nos lleva a esto el actual mercado?
¿Por qué la UE no puede fabricar placas solares a coste marginal competitivo? Es imperativo que lo haga ¡Como lo hacen los chinos, caramba!
Se debe impulsar la demanda eléctrica incrementando su penetración en la economía, al tiempo que se hace gestión de la demanda.
Las interconexiones son esenciales. La opción de Italia se debe priorizar.
Me referí antes a varios tipos de almacenamiento y no pensaba solamente en los inerciales de los rotores síncronos, los químicos de las baterías, los gravitatorios de los embalses hidráulicos, etc. Sino también, al más concentrado que es el combustible nuclear, pues en una nave se podría almacenar para varios años. Y en un futuro lo podríamos necesitar.
Porque mejora el mix eléctrico y una crisis de materias primas prolongada, o un “Dunkelflaute” pueden llegar. Y el gas nos lo pueden cortar. Por ello y para tranquilizar a los inversores, la generación nuclear se podría estratégicamente parar, pero sería un derroche desmantelar. Pues la descarbonización ha vuelto a traer dinero para investigar el problema de los residuos radioactivos y en decenas de años éste se solucionará. ¿De forma costosa? Seguro que menos que su enterramiento, e inferior a lo que con este objetivo estratégico se subvencionaba el carbón nacional.
Reflexionemos porque íbamos muy bien.
Si hemos tenido un tropezón, reconduzcamos la situación.