Actualmente solo se conocen sesenta localizaciones de cría del carricerín cejudo en todo el mundo, casi todas repartidas entre Polonia, Bielorrusia y Ucrania. Como indica Lisa Benedetti, de BirdLife Europe, en un artículo en el portal eubioenergy.com, su hábitat natural ha desaparecido por la conversión de zonas húmedas y turberas en cultivos y por la desaparición de la ganadería extensiva, que “recortaba y segaba” la vegetación palustre de las que resistían, dejando el ambiente óptimo para el carricerín.
La Sociedad Polaca para la Protección de las Aves (OTOP en sus siglas en polaco, socio de BirdLife), lleva años trabajando activamente en la restauración de estos hábitats, y desde 2010 lidera el proyecto LIFE+ Uso de la biomasa para el carricerín cejudo, que tiene ese mismo fin. Benedetti afirma que tras emprender los trabajos de corta, desbrozado y entresaca de vegetación se plantearon qué hacer con esa biomasa
Pélets de juncos y cañas
“Tiene poco valor como forraje para el ganado debido a su baja calidad nutricional –señala Benedetti–, por lo que las alternativas que quedaban tras ser estudiadas varias eran la generación de biogás, el compostaje y la producción de combustible sólido (briquetas o pélets)”. Esta última fue la solución por la que finalmente se optó.
A partir de aquí surge la iniciativa OTOPellet, con la que se produce pélets con la biomasa procedente de las siegas en uno de los hábitats principales del carricerín cejudo, las extensas marismas y turberas del valle del río Biebrza. Desde OTOP destacan las propiedades energéticas de unos pélets principalmente procedentes de cañas, juncos y otra vegetación acuática, que cuenta con un poder calorífico de 15,8 MJ/kg.
Ha aumentado el número de machos cantores
Benedetti añade que estos pélets “son mejores que los procedentes de paja y sólo ligeramente menos eficientes que los de madera”, y recuerda que se queman tanto en calderas domésticas como en centrales eléctricas. Lo más destacable de esta producción es que, según explican también desde OTOP, “todos los ingresos de la venta de OTOPellet se destinan a la protección integral de la naturaleza del valle del Biebrza”.
La representante de BirdLife Europe recuerda que desde que en 2010 se inició el proyecto Life+ “ha aumentado el número de machos cantores de carricerín cejudo en Polonia, se han restaurado ecosistemas locales y se produce energía a partir de una fuente renovable como la biomasa”. “Este ejemplo muestra que con un poco de imaginación existen oportunidades innovadoras para combinar la conservación de la naturaleza y la bioenergía”.
