Si antes las microgrids se usaban principalmente para mantener la continuidad de las operaciones en caso de apagón y fallos de la red, ahora las empresas las están adoptando para gestionar mejor sus recursos de energías renovables on-site, como las instalaciones solares fotovoltaicas o el almacenamiento. Entre las múltiples ventajas de las microgrids para las empresas, me gustaría destacar tres especialmente beneficiosas para los negocios.
1. Sostenibilidad
Sí, la sostenibilidad es una importante ventaja para los negocios, ahora más que nunca. La presión en favor de la sostenibilidad por parte de clientes, de la Administración Pública e incluso de los accionistas está aumentando. Tanto que a veces las empresas tienen dificultades para encontrar maneras económicamente viables de mejorar su desempeño medioambiental. Las microgrids proporcionan una manera rentable y eficiente de incorporar recursos energéticos sostenibles en sus operaciones.
De esta manera, las microgrids suponen una herramienta interesante para las empresas tanto para reducir sus costes energéticos como para mejorar su sostenibilidad. Especialmente si se han establecido objetivos ambientales como la reducción de emisiones y el aumento del uso de energías renovables.
2. Flexibilidad
Como sabemos, las fuentes renovables, por sí mismas, son intermitentes y varían en función de la hora del día o de las condiciones climáticas, lo que puede crear inestabilidad en la disponibilidad y la calidad de la energía generada de manera distribuida. Un sistema estable se logra integrando el almacenamiento de energía, como las baterías, guardando el exceso para usarlo cuando los precios de la red sean altos, y con sistemas de software que permitan gestionarlo todo, optimizando su uso, prediciendo su aporte, comprando energía de la red principal cuando los precios estén bajos, etc.
Así que las microgrids no solo pueden reducir costes sino incluso proporcionar una fuente de ingresos adicionales para sus clientes, exportando energía excedentaria o gestionando activamente la demanda energética. Esto proporciona a las empresas un nuevo control en los mercados de flexibilidad, pasando a ser prosumidoras, y permitiéndoles tomar decisiones que reviertan positivamente en su cuenta de resultados. Aquí es cuando la energía se convierte en un asset (un activo).
3. Resiliencia
Muchas empresas –y particulares, en realidad– no saben que la mayor parte de la energía solar desplegada actualmente se desconecta cuando se produce un corte de suministro eléctrico. Los que tienen paneles solares, verán que, cuando la red se cae, la energía solar por sí sola no permite la generación de una red propia. Para que siga funcionando, necesita tener un elemento formador de red (como por ejemplo un sistema de almacenamiento y/o generadores), así como elementos de control para poder operarla. Aunque quizás no se trate de la necesidad más extendida, puesto que contamos con una red eléctrica bastante sólida, sí que es cierto que la penetración de energía renovable y el cierre de plantas de generación base irá en aumento, provocando una mayor inestabilidad de la red de transporte y distribución. Por tanto, cada vez más, se verán empresas con la necesidad de contar con un suministro fiable y sistemas de soporte.
Ya se dan casos de fábricas en los que la calidad de suministro no es “ideal”, impactando en sus procesos productivos. Aquí las microgrids, y su capacidad de mantener una red interna estable y autosuficiente, brinda unas ventajas adicionales a las ya mencionadas. Cortes de suministro o microcortes pueden ocasionar paradas prolongadas de los equipos de producción: deshecho de producto en curso, problemas de calidad en producto terminado, costes de mantenimiento elevados e impacto en las entregas, entre otros muchos. Una interrupción de tan solo 30 minutos podría costarle a una empresa o fábrica más de 15.000 euros. Una cifra que ninguna empresa quiere tener que multiplicar a lo largo de un año.
En conclusión, sostenibilidad, flexibilidad y resiliencia son tres beneficios tangibles y comerciales que las microgrids aportan a las empresas hoy mismo, empoderándolas así, sobre su energía y abriéndoles un nuevo abanico de posibilidades de negocio. Posibilidades que sin duda se seguirán ampliando, a medida que el panorama energético sigue evolucionando.
