El Plan de preparación para el invierno de la Comisión Europea se centra -según la organización ecologista- "en dar vía libre a la utilización del carbón o el petróleo para la industria, y no plantea medidas de apoyo real ni alternativas para los hogares y la gente". Cuando la coyuntura hacía posible una apuesta de la UE por la reducción en la demanda de energía, la Comisión Europea -sostiene Greenpeace- da marcha atrás frente a la emergencia climática, y lejos de plantear medidas estructurales, sostenidas en el tiempo, que reduzcan el consumo energético y la apuesta por la energía limpia, da el visto bueno a cambiar de mercados pero a mantener la utilización de fuentes de energía no sostenibles que aumentarán las emisiones de gases de efecto invernadero.
La asociaciónn ecologista considera que la Comisión ha pasado por alto las repercusiones climáticas de algunas de sus recomendaciones, y que "cualquier relajación de medidas ambientales para cambiar unos combustibles fósiles por otros es suicida, a la vista de la evidencia del cambio climático". Un hipotético corte de suministro de gas ruso el próximo invierno pretende justificar unas medidas que "apoyan a las industrias de alto consumo energético como la siderúrgica, la cementera o la química, para compensar sus pérdidas, o la subvención de medidas de descarbonización, que las industrias deberían haber puesto en marcha hace tiempo, beneficiándose de los derechos gratuitos del sistema de comercio de emisiones de la UE"
Thomas Gelin, responsable de la campaña de Greenpeace en la UE: "esperábamos que la Comisión Europea presentara un plan de reducción energética justo para todas las personas. Lo que hemos obtenido es una luz verde para que las industrias vuelvan a recurrir a fuentes de energía insostenibles como el petróleo y el carbón, un inadmisible paso atrás; mientras que los hogares, cuyas necesidades energéticas para la calefacción aumentan durante la temporada de invierno en Europa, se quedan sin apoyo real y sin alternativas concretas. En lugar de cambiar a combustibles sucios de nuevos proveedores, Europa debería dar prioridad a la reducción del despilfarro de energía y no retrasar una vez más la acción sobre el cambio climático en beneficio de las industrias sucias"
La organización ecologista considera que las medidas de ahorro energético, eficiencia y gestión de la demanda son absolutamente necesarias y urgentes, y por razones climáticas deberían ser permanentes. "Lo que merece un rechazo frontal es la pretensión de relajación de límites o controles de emisiones, así como cualquier subvención a la quema de fósiles", ha asegurado José Luis García Ortega, responsable del área de Clima, Energía y Movilidad de Greenpeace.
Los ministros europeos de energía debatirán esta propuesta el próximo 26 de julio, y -según alerta la oenegé- la Comisión Europea pretende aprobar este paquete de medidas utilizando el artículo 122, una disposición legal que le permite eludir al Parlamento Europeo y, por tanto, a la ciudadanía de la UE.