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Elecciones 23J: o cómo han recogido los programas electorales la transición energética

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La energía, o más bien la transición energética, fue uno de los temas protagonistas del debate político en las pasadas elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo y ahora vuelve a repetir protagonismo ante la nueva gran cita electoral de pasado mañana. Cara a estos comicios, ¿qué plantean en sus programas electorales PSOE, PP, Sumar y VOX? Si se produce un cambio de signo político, ¿asistiremos a mudanzas significativas que puedan afectar a la transición energética y a los objetivos españoles para hacer frente al calentamiento global?
Elecciones 23J: o cómo han recogido los programas electorales la transición energética

En esta ocasión nos hemos ceñido a las propuestas del Partido Socialista Obrero Español, Partido Popular, Sumar y VOX ya que estas cuatro formaciones son las únicas que presentan lista en las 52 circunscripciones para el Congreso (además de Recortes Cero). A todos ellos les hemos planteado las mismas preguntas:

• ¿Cuáles son las líneas maestras de la política energética que proponen?
• ¿Qué papel ocuparán en ella las energías renovables?
• ¿Seguirán formando parte de esta política los grandes parques eólicos y solares fotovoltaicos?• ¿Y el autoconsumo y las comunidades energéticas?
• ¿Plantean dar un mayor impulso a las renovables térmicas? (bioenergía, geotérmica…)
• Respecto a la energía nuclear, ¿cuál es su posición?
• ¿Y en relación al hidrógeno verde y la movilidad sostenible?
• ¿Recoge su programa electoral propuestas concretas para impulsar la eficiencia energética?

PSOE: Consumir cada vez más energía limpia
La política energética llevada a cabo por el Partido Socialista durante estos años en la cartera de Transición Ecológica ha estado enfocada a la transformación completa del sistema energético. “Cuando llegamos en 2018, no había ni una sola página del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), no disponíamos de una estrategia clara, es más, estábamos sufriendo años de parálisis debido al impuesto al sol y una moratoria renovable”, afirma Marc Pons, secretario de Transición Ecológica Justa y la Preservación de la Biodiversidad de la CEF PSOE . “Cinco años después, España dispone de un marco regulatorio estable y atractivo a la inversión que nos ha situado en el top10 de rankings de inversión en renovables, y ha disparado la instalación de potencia renovable. Todo ello, garantizando en todo momento, y pese a las difíciles circunstancias (pandemia, guerra en Ucrania), la máxima protección para los consumidores mediante la reducción de la tarifa eléctrica (fiscalidad, costes regulados), o herramientas como la solución ibérica”, añade. 

El PSOE quiere seguir avanzando en esta dirección, con las energías renovables ocupando un papel siempre central en su política energética. “Este desarrollo lo debemos hacer con un doble objetivo, seguridad climática (para mantener los objetivos dentro del acuerdo de París y el 1.5ºC) y por cuestiones de seguridad energética y reducción de dependencias”, explica Pons. Y añade:  “las energías renovables son la mejor ventaja competitiva de España frente al resto de países del entorno. Son las tecnologías que nos proporcionan menores precios en el mercado y más estables”. 

Respecto a los grandes parques eólicos y solares fotovoltaicos, el partido socialista defiende su necesidad, dado que que los objetivos de descarbonización necesitan de la instalación de un volumen muy importante de potencia renovable. “Evidentemente, debemos priorizar zonas antropizadas y acelerar el despliegue del autoconsumo y las comunidades energéticas, pero debemos ser conscientes de que esa capacidad renovable es insuficiente para cumplir con los objetivos de descarbonización del sector energético”, explica Pons. “Por ello, debemos de seguir potenciando las plantas en suelo, garantizando el máximo respeto social a los territorios, el máximo respeto ambiental y explorando nuevos marcos de zonificación y de impulsos de criterios socioeconómicos para realizar este despliegue, que es imprescindible, en las mejores condiciones”. 

En cuanto a lo “pequeño”, El PSOE hace también una decidida apuesta por el autoconsumo y las comunidades energéticas. “El impulso y las comunidades energéticas han sido piezas clave en la política energética del Gobierno estos años”, dice Pons, y recuerda que la partida del PERTE ERHA más importante es la destinada a autoconsumo. “Recientemente, el Gobierno ha dotado de entidad jurídica a las Comunidades Energéticas, que junto al impulso mediante líneas de ayudas del PRTR van a ser un factor determinante en su despliegue a lo largo y ancho del territorio durante los próximos años”, agrega.  En Ferraz consideran, asimismo, que la transición energética necesita de la diversificación de fuentes, por lo que su política ha estado también enfocada a explorar el desarrollo de tecnologías y vectores energéticos novedosos; una ecuación en la que se encuentra los gases renovables, los biocombustibles y la geotermia. 

Marc Pons afirma que, en relación a la energía nuclear, su posición es la ya conocida: “España es rica en sol y viento, no en gas, ni petróleo ni uranio, y eso es lo que hay que aprovechar”, afirma el político. “El calendario de cierre nuclear pactado con las empresas, que comienza en 2027 y termina en 2035, es un calendario responsable, planteado en paralelo con el despliegue de potencia renovable y almacenamiento que nos permita prescindir de esta potencia nuclear sin riesgo para el suministro ni para la reducción de emisiones”, recalca. “La ampliación de la vida útil de las centrales nucleares pasaría, en todo caso, por un aumento de los costes que deberían pagar o las empresas, que se negarán, o los ciudadanos a través de las facturas. Esto carece de sentido, cuando tenemos a nuestro alcance disponer de tecnologías baratas, autóctonas y 100% limpias”, subraya.

Por el contrario, el PSOE quiere seguir impulsado el hidrógeno renovable, esto es, el obtenido con fuentes limpias. Su desarrollo está incluido dentro de un Proyecto Estratégico (PERTE ERHA) y en el proyecto europeo H2MED; y la recientísima actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) plantea casi triplicar objetivos, pasando de 4 GW en 2030 a 11 GW en hidrógeno verde. En movilidad sostenible, los socialistas ponen el foco en potenciar el transporte público y en bicicleta, el transporte ferroviario y “evidentemente”, dice Pons, en seguir facilitando la transición hacia al vehículo eléctrico. De hecho, hay un PERTE propio para el impulso del vehículo eléctrico y conectado, para el quel nuevo PNIEC plantea un despliegue de 5,5 millones de unidades para 2030. “La simplificación administrativa del instalación de puntos de recarga ha sido una política esencial del Gobierno durante estos años para preparar el ecosistema que permita el despliegue de esta tecnología”, explica. 

La eficiencia energética -otro pilar clave para lograr una verdadera transición energética– está recogida en el programa electoral socialista con todo el peso que merece, de acuerdo con Marc Pons: “La rehabilitación energética es fundamental en la política urbana y energética. Es una herramienta muy determinante para luchar por la equidad y la redistribución, al mismo tiempo que nos ayuda a reducir una lacra como es la pobreza energética”. Por todo ello, concluye, “el PSOE continuará con el impulso de la rehabilitación, mediante líneas de ayudas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) y políticas que favorezcan este tipo de actuaciones a nivel masivo.

PP: Revertir el cierre de las nucleares
Pese a nuestros repetidos requerimientos, las respuesta del Partido Popular, que habíamos remitido a Juan Diego Requena, portavoz de Energía del grupo PP en el Congreso, no llegaron a tiempo del cierre de ER223, el número de julio en el que originialmente se ha publicado este artículo. Sin embargo, el partido azul ha dejado claro en numerosas ocasiones cuales son las líneas maestras que seguirá en materia energética si Alberto Núñez Feijóo llega a La Moncloa. Una de ellas, anunciada por el propio Feijóo, es que quiere revertir el cierre de las centrales nucleares. Algo que, en realidad, no pilla de nuevas,  ya que el PP se había pronunciado con anterioridad sobre alargar la vida útil de las nucleares así como la posibilidad de aumentar su potencia, “cuando sea posible”. Otra cosa es que las grandes compañías propietarias de los siete reactores atómicos que siguen operativos en España estén de acuerdo y dispuestas a afrontar el multimillonario gasto que supondría alargar su vida. (La consultora PwC estima en unos 18.000 millones de euros el coste de alargar su vida diez años). 

El Partido Popular defiende, también, las interconexiones gasistas de España con Francia, Portugal, Argelia y Marruecos, a fin de “situar a nuestro país en el centro de la política energética europea y sacarlo de la excepcionalidad y la periferia a la que le ha llevado el Gobierno”, según declaraba Requena en el Congreso de los Diputados en febrero pasado. De igual modo, quiere fomentar el desarrollo del hidrógeno, el biogás y los biocombustibles, las centrales de bombeo reversible y la generación eléctrica con biomasa forestal. 

Los populares reconocen que, actualmente, las energías fotovoltaica y eólica son las más competitivas en precio y las que llevan a una reducción de nuestras emisiones de CO2 de manera más directa, por lo que coincide con el PSOE en la necesidad de seguir contando con grandes parques solares y eólicos, siempre bajo las premisas del máximo respeto social y ambiental. Consideran, asimismo, que, para garantizar la seguridad de suministro y disponer de energía limpia en aquellas horas donde no hay producción renovable, hay que desarrollar mucho más, y de manera urgente e inmediata, el almacenamiento; e impulsar la electrificación de la demanda de nuestro consumo energético.  

El PP ha dejado también claro en numerosas ocasiones que no le gusta la intervención pública del mercado. En materia de energía, para la formación azul la mejor opción es una combinación de contratos a largo plazo, los conocidos como PPA (Power Purchase Agreement) con un mercado marginalista para el corto plazo (mercado diario e intradiario). Plantea dejar en cero el Impuesto al Valor de la Producción de Energía Eléctrica (IVPEE), que actualmente es del 7%, bajar el IVA a la electricidad del 21% al 10%, y pasar a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) los costes regulados (déficit histórico y extrapeninsulares). 

En el PP afirman que el desarrollo del autoconsumo y de las comunidades energéticas están, igualmente, entre sus prioridades, así como el despliegue masivo del vehículo eléctrico y de las baterías, junto con el retroit. Esto es, el proceso de conversión de vehículos con motor de combustión en vehículos con batería eléctrica o de pilas de combustible, ya que consideran que esta estrategia facilitaría el acceso de más ciudadanos y empresas a la movilidad sostenible, a la reducción de emisiones y al ahorro y eficiencia energética. Además, argumentan, contribuiría a la economía circular y a mantener el empleo en este sector y las fábricas de producción en España. El desarrollo de la movicilidada sostenible en la aviación es otro de sus objetivos. 

Sumar: Avanzar en una transición ecológica justa
La coalición electoral Sumar, que lidera Yolanda Díaz, es la mayor en la historia de nuestro país:  incluye 20 partidos, entre ellos Podemos, Izquierda Unida, Más País, Catalunya en Comú, Compromís y Equo, así como diversas figuras independientes y de la sociedad civil. Fernando Ferrando, presidente de la Fundación Renovables y coordinador de Energía de Sumar, afirma que para la coalición “la energía es un bien de primera necesidad” y la transición energética “una oportunidad y un elemento de regeneración económica capaz de generar valor y empleo digno y justo”.

En consecuencia, Sumar “apuesta por la electricidad como vector y por el ahorro, la eficiencia y las renovables como líneas básicas tanto desde la oferta como desde el lado de la demanda. También apostamos por una tarifa eléctrica progresiva y que incluya un mínimo energético vital”, dice Ferrando. 

La coalición quiere, además, potenciar el papel del Estado, tanto como inversor como prestador de servicios, como legislador y como controlador del cumplimiento y defensa de los derechos de la ciudadanía. “Apostamos por una reforma en profundidad de las leyes del sector energético especialmente del eléctrico, no solo en la configuración de una tarifa transparente y de pago por uso, sino en la prohibición de la integración vertical del sector eléctrico tal y como está ahora, y la conversión del Operador del Sistema en una entidad pública”, continua Ferrando. 

En este esquema, Sumar cree posible hacer real un 100% de renovables para 2050 y trabajar para lograr un incremento del objetivo de cobertura de la demanda a 2030 del 55%. Esta apuesta supone incrementar el PNIEC revisado (que se acaba de presentar) poniendo el acento en la iniciativas que van a favor de la democratización de la energia y de la gestionabilidad del sistema y que supongan una minimización del impacto medioambiental y de ocupación de territorio. La coalición hace especial hincapié en la hibridación, en la repotenciación, en la generación distribuida y en el autoconsumo. Quiere que este cubra el 10% de la electricidad a 2030, con objetivos sectoriales del 30% en segmento residencial y público, liberando de barreras su desarrollo y creando la figura del Consumidor Asociado, de manera que cualquier consumidor pueda acogerse a una instalación de generación sin límites de distancia. También quiere facilitar a las personas que viven de alquiler que se puedan acoger al autoconsumo. En relación a las plantas en suelo, dice que se deben desarrollar bajo criterios de ordenación de territorio y de no intromisión en las formas de vida actuales del medio rural. Todo ello para que las renovables no se conviertan en una actividad extractiva sino en algo integrado que distribuya valor allí donde se instala y para las comunidades que van a convivir con ellas.

En cuanto a las renovables térmicas, defiende impulsarlas dentro de sus posibilidades y en comunión con las aplicaciones eléctricas. Su modelo respecto al hidrógeno verde es que éste debe estar centrado en cubrir aquellas demandas que no es posible atender con electricidad, como el transporte de larga distancia y gran carga. No incluye, por tanto, la apuesta por demasiadas infraestructuras de hidrógeno, “que pueden acabar quedándose como inversiones varadas”, advierte la coalición; ni que España se convierta en un Hub de hidrogeno.

Su postura respecto a la energía nuclear es la ya conocida: mantener la fecha de cierre actual. En cuanto a la eficiencia energética, apuesta por la rehabilitación del parque inmobiliario en 15 años y por erradicar el uso del gas natural en 10 años de las viviendas”, según subraya Fernando Ferrando. Para lograr una movilidad realmente sostenible, Sumar plantea reducir los desplazamientos motorizados, combinando esta disminución con la movilidad activa y colectiva;  el ferrocarril 100% eléctrico, con un objetivo del 15% en el transporte de mercancías para 2025; y  la motorización electrificada con ayudas justas para alcanzarlo.

VOX: Acabar con la ley ´climática´
Vox no ha atendido a nuestras demandas y no ha respondido al cuestionario que le enviamos. No obstante, a través de las declaraciones que han ido haciendo sus dirigentes y las medidlas que ya están tomando allí donde gobiernan en coalición con el PP, podemos resumir los principales pilares de su política energética. 

En declaraciones a RTVE, el líder de Vox, Santiago Abascal, ha dicho que, si gana las elecciones del 23 de julio, acabará, con la ley ‘climática', porque está "arruinando" al pueblo e impide "explorar los recursos naturales”. Abascal, que ha llegado a catalogar la política energética del presidente Pedro Sánchez de "fanatismo climático”, también quiere derogar cuanta legislación haya que impida la exploración, investigación y explotación de hidrocarburos y el aprovechamiento de yacimientos minerales, “siempre respetando los paisajes y el entorno”. Asimismo, quiere detener el desmantelamiento de las centrales nucleares y diseñar un plan nacional que garantice la soberanía energética de España, empleando todas las fuentes de energía posibles, “de ahora y del futuro”.

En relación a la movilidad, su plan en aquellas corporaciones locales en donde participa en su gobierno (Valladolid, Gijón, Sevilla, Murcia o Elche, por ejemplo) es desmantelar los carriles bici y bus, revertir zonas peatonales o reducir al mínimo legal las Zonas de Bajas Emisiones. De hecho, VOX quiere derogar todas las medidas de sostenibilidad económica que se han ido aprobando en el ámbito del transporte, según se puede leer en su página web.

La posición del partido de extrema derecha con respecto a los macro parques de energía solar es crítica: cuestiona su viabilidad ambiental y económica, si bien, Ana Cuartero, diputada en la Asamblea de Madrid de VOX, declaraba recientemente, en un foro organizado por La Unión Española Fotovoltaica (UNEF),  que “todos aquellos suelos que no estén protegidos medioambientalmente han de tener la posibilidad de ser explotados”. Y afirmaba, que, al igual que han dicho todos los demás partidos, no recuperará el impuesto al sol y sí impulsará el autoconsumo solar y las cooperativas de generación y consumo de energía eléctrica. 

Este artículo se puede leer también en ER223 (julio-agosto 2023) 

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