La Oficina Catalana del Cambio Climático (OCCC), del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, ha realizado un avance de la estimación de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de Cataluña para el año 2020, en base al análisis de los principales indicadores de actividad y socioeconómicos, y aplicando, de forma simplificada, las metodologías utilizadas por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) en la elaboración de los inventarios nacionales en la esfera internacional. Según estos cálculos, las emisiones totales en Cataluña para el año 2020 se estiman en 38,5 millones de toneladas de CO2, lo que supone una reducción global del 12,4% respecto a las emisiones del año 2019. De este modo, las emisiones estimadas para el año 2020 se sitúan un 33% por debajo de los valores del año 2005 (el año con más emisiones del período 1990-2019) y, por primera vez en toda la serie inventariada, por debajo de los niveles de 1990. En concreto, serían del orden de 1% inferiores a las de 1990.
De esta forma, el año pasado se habrían dejado de emitir 5,5 millones de toneladas de CO2 respecto al año 2019, la mayor variación anual que se produce en toda la serie inventariada, que comienza en el año 1990. Esta caída drástica de las emisiones totales de gases de efecto invernadero está intrínsecamente ligada a las limitaciones de la actividad y de la movilidad debido a la pandemia por la Covid-19, que han comportado una desaceleración importante de la actividad económica y del transporte, y que se traduce en una reducción del consumo de combustibles fósiles y de la producción en general. Una segunda causa está en el incremento de la generación de electricidad con fuentes de origen renovable en el conjunto de la red de distribución eléctrica. Todo esto se refleja en un descenso de las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al conjunto del transporte del 15%, un descenso global de las emisiones de la industria del 8%, y de las derivadas de la generación eléctrica del 31%.
Las emisiones de la aviación, a la mitad
Según los datos del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, de los 38,5 millones de toneladas de CO2 totales estimados en Cataluña para el año pasado, 13,1 las emitieron las instalaciones sometidas al régimen de comercio de derechos de emisión (estas ya con cifras calculadas, verificadas y reportadas en 2020 por las 122 instalaciones afectadas); 0,2 millones se han emitido por la aviación nacional; y el resto, 25,2 millones de toneladas en los sectores difusos (no sometidos a la Directiva del comercio de derechos de emisión, como el transporte, los residuos, la agricultura, las instalaciones de combustión con una potencia inferior a 20 megavatios y otras fuentes). Las emisiones de las instalaciones sometidas a la Directiva durante el año 2020 se han reducido un 13,5% respecto a las del año 2019. Se calcula que las de la aviación nacional han mermado un 48,3% respecto al año anterior y, finalmente, las emisiones en los sectores difusos se redujeron un 11,2%.
El 20/20/20 europeo
El 2020 fue un año emblemático debido a que la Unión Europea estableció unos objetivos energéticos y climáticos, conocidos como 20/20/20, en el Paquete Clima y Energía. Se trataba de reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero un 20% respecto a 1990, aumentar la proporción del uso de renovables un 20% y mejorar la eficiencia energética en el mismo porcentaje. Las estimaciones ahora obtenidas indican que Cataluña ha cumplido los objetivos de reducción de emisiones, que han sido un 1% inferiores a las de 1990. De acuerdo con los criterios de reparto de esfuerzos que la UE aplica a los Estados miembros, OCCC estima que la contribución de Cataluña al objetivo europeo sería no superar en más de un 4% las emisiones correspondientes a 1990 (38,9 millones de toneladas de CO2), cinco puntos por encima de los niveles realmente alcanzados (38,5 millones de toneladas de CO2).
Las emisiones de gases de efecto invernadero totales incluyen tanto las de los sectores difusos como las de las industrias reguladas por el régimen de comercio de CO2, con menor margen de reducción. Según la OCCC, el objetivo de reducción de las emisiones difusas para el año 2020 era del 13% respecto al año 2005 (que es el año base que se toma como referencia para estos sectores). Las estimaciones que se han hecho ahora sitúan esta reducción en un 30% respecto al año base, sobradamente por debajo del objetivo.
La tendencia desde 1990
La Oficina Catalana del Cambio Climático (OCCC) señala que si bien es cierto que la pandemia hizo reducir las emisiones drásticamente el pasado año, los datos verificados del último Informe de progreso 1990-2019, el inventario oficial del cumplimiento de los objetivos de reducción de gases de efecto invernadero en Cataluña hasta el año 2019, indican que, entre los años 2017, 2018 y 2019, el país se situó de forma estable en unas emisiones totales en torno a los 44 millones de toneladas de CO2. Es por ello que, en una evolución considerada “normal” para 2020, sin los efectos derivados de la crisis de la Covid19, "nos habríamos situado en un valor similar, cumpliendo el objetivo mínimo para 2020 de no incrementar las emisiones en más del 4% respecto a 1990".
Desde ese año, las emisiones totales han seguido una evolución creciente hasta 2005, año que marcó un pico histórico de emisiones con 57,50 millones de toneladas de CO2, manteniéndose hasta el año 2007, cuando la tendencia se invirtió y las emisiones anuales fueron disminuyendo hasta 2013. A partir de ese año, volvieron a aumentar hasta 2017. En 2018 y 2019 se mantuvieron relativamente estables.
