El banco catalán anunció ayer la venta de su participación en la petrolera. Según el comunicado que ha difundido, "se estima que este programa de ventas de la participación en Repsol resultará en una pérdida extraordinaria neta de, aproximadamente, 450 millones de euros en la cuenta de resultados del tercer trimestre de 2018 y, una vez concluido el proceso de venta, en un impacto prácticamente neutral en la ratio Common Equity Tier 1 (CET1) fully loaded". CaixaBank mantiene el objetivo de rentabilidad del 9-11% para 2018. La operación -informa CaixaBank- se enmarca "en los objetivos del Plan Estratégico 2015-2018 de la entidad, entre los que se incluía reducir el peso del consumo de capital de la cartera de participadas, que al cierre de 2014 alcanzaba el 16%". Al finalizar el segundo trimestre de 2018, el capital asignado a las participadas se sitúa en torno al 5%, tras completar distintas operaciones en este periodo, especialmente las ventas de las participaciones en The Bank of East Asia y Grupo Financiero Inbursa, y la toma de control en BPI.