“Los problemas visuales son una de las principales razones por las que la gente se opone a los proyectos eólicos”, afirma Mike Gleason, científico especializado en datos geoespaciales del Laboratorio Nacional de Energías Renovables (NREL), que ha dirigido un estudio pionero en su género sobre el impacto visual de la energía eólica a escala nacional.
La investigación, financiada por la Oficina de Tecnologías de la Energía Eólica (WETO) del Departamento de Energía de EEUU (DOE), proporciona una nueva perspectiva a través de la cual planificadores, responsables políticos e investigadores pueden enfocar la eólica, que , a día de hoy, suma, aproximadamente, 70.000 turbinas contiguas en Estados Unidos.
“Estamos pensando mucho en lo que un futuro con más energía eólica podría significar para las comunidades y el paisaje”, dice Anthony López, investigador principal de energía en el NREL. “Intentamos analizar los distintos aspectos de la implantación de la energía eólica y contextualizarlos de manera que tengan un significado para la gente”.
En la actualidad, alrededor del 10% de toda la electricidad de Estados Unidos -más de 150 gigavatios de potencia- se genera mediante energía eólica terrestre. Aunque este parque de turbinas eólicas es grande y sigue creciendo, su impacto visual es proporcionalmente pequeño en términos de superficie, población y recursos visuales sensibles.
“Estamos examinando el impacto global que las turbinas eólicas tienen en el paisaje, concretamente la escala del cambio visual que introducen», explica Gleason. “Este estudio pretende proporcionar un contexto amplio para estos debates, ofreciendo una perspectiva objetiva para informar mejor algunas de las narrativas que puedan existir”.
Para ello, el equipo del NREL dividió su examen del parque de turbinas en tres pasos principales:
• En primer lugar, modelaron la magnitud visual total -la cantidad proporcional de espacio que algo puede ocupar en el campo de visión de alguien- de los impactos de los aerogeneradores instalados mediante simulaciones en 3D y herramientas SIG.
• En segundo lugar, utilizaron esos métodos y los aplicaron al parque de turbinas terrestres contiguas existente en Estados Unidos.
• En tercer lugar, examinaron cómo se distribuyen geográficamente los impactos visuales de las turbinas en relación con factores ambientales y humanos clave.
Principales conclusiones
“Lo que descubrimos es que las turbinas son técnicamente visibles sólo para el 12% de la población, lo que es proporcional a la contribución de la energía eólica a la red”, indica Marie Rivers, experta en datos geoespaciales del NREL. “La mayoría de esos impactos son mínimos o bajos, algo positivo para el desarrollo de la energía eólica porque sugiere que, hasta cierto punto, aunque se instalen más turbinas en más terreno, la población y los recursos paisajísticos pueden no verse tan impactados por ellas”.
Esta son las principales conclusiones del estudio:
• El desarrollo de la energía eólica en Estados Unidos afecta a un pequeño porcentaje de la superficie terrestre, las personas y los recursos visuales sensibles, a pesar de que las turbinas son visibles en muchos lugares del país.
• El mayor impacto visual de las turbinas existentes se concentra en desiertos y llanuras. Y aunque el aumento de la densidad del desarrollo eólico conduce sistemáticamente a impactos visuales en una mayor proporción de terreno, no siempre conduce a impactos en una mayor proporción de la población.