"Estamos orgullosos de poder anunciar que acometeremos esos proyectos sin necesidad de recurrir al mercado de capital, en base a un plan que optimiza nuestros recursos y permite devolver a nuestros accionistas toda la confianza que han depositado en nosotros", asegura José María Roger, presidente de Fersa. Lo que sí implicará el plan es una serie de desinversiones para apoyar los objetivos de internacionalización de Fersa. Así, el peso del mercado español –que actualmente padece de incertidumbre regulatoria por culpa del Ministerio de Industria– se reducirá hasta que Fersa llegue a generar un 50% del volumen del negocio en el extranjero en 2014: "35% en Europa y un 15% en el resto del mundo".
A pesar de la coyuntura económica y de las dificultades financieras y regulatorias, Fersa ha continuado desarrollando su cartera de proyectos y ha conseguido inscribir en el registro de preasignación del Ministerio de Industria español 253,7 MW. Dicha cifra representa un 60% del total de los proyectos presentados por Fersa, según afirma la propia compañía. Durante el ejercicio 2009, Fersa ha conseguido aumentar los ingresos de sus operaciones en un 12%, frente al año anterior, alcanzando los 23,3 millones, tras aumentar su producción atribuible en un 10,5% (278 GWh). El beneficio bruto de explotación (Ebitda), ha crecido en un 7,7%, llegando a los 14,1 millones de euros.
Fersa se presenta como la primera compañía independiente en cotizar en la Bolsa española y "de las primeras en Europa, dedicada al desarrollo de la energía eólica". En 2007, Fersa emprendió un proceso de expansión internacional con el doble objetivo de "diversificar geográficamente su actividad y abordar proyectos de mayor rentabilidad fuera de España". Desde entonces, la compañía ha experimentado lo que define como "una profunda transformación a todos los niveles", con presencia a día de hoy en diez países: España, Francia, Polonia, India, Estonia, Panamá, China, Montenegro, Italia y Turquía.
Más información
www.fersa.es