El republicano George W. Bush, presidente de Estados Unidos entre 2001 y 2009, ha elegido la feria eólica Windpower de Dallas (Texas) para hacer una de las escasísimas apariciones públicas desde que concluyera su mandato, a principios del año pasado. En Dallas, Bush se ha reivindicado como uno de los pioneros de la energía eólica en su país.
Cuando gobernó Texas, entre 1995 y 2000, Bush impulsó una ley que ha colocado al estado sureño en el primero de su país en capacidad eólica instalada, con más de 9,5 GW, lo que sitúa a Texas como sexta potencia eólica del mundo, solo por detrás de Estados Unidos, Alemania, España, China e India. Esa ley fue también importante porque llevó en los demás estados a imitar esos pasos.
En su comparecencia en Dallas, Bush contó que, además de tener "la visión de ver más allá del horizonte" para aprovechar los vientos de su tierra natal, se planteó como objetivo el "crear un paraíso empresarial", y agregó: "creo que el papel del gobierno es ayudar a agilizar el desarrollo de nuevas tecnologías".
A continuación, hizo una afirmación bastante alejada de lo que se considera su figura, muy ligada a intereses del sector petrolero, al apoyar firmemente a la industria eólica y al desarrollo de otras energías renovables, algo que, dijo, sirve a los intereses económicos, ambientales y de seguridad nacional del país, además de crear puestos de trabajo.
Sin embargo, los analistas han hecho notar el silencio de Bush respecto a la necesidad de fijar un objetivo nacional para las renovables, algo que la AWEA viene presionando, y sin cuya presencia el sector eólico estadounidense podría caer de manera dramática.
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