La nueva normativa está recogida en el reglamento 2023/1669 y sigue el modelo ya implantado en electrodomésticos y televisiones, con el objetivo de que los usuarios puedan comparar fácilmente entre diferentes modelos del mercado aspectos que antes quedaban ocultos o no estandarizados, fomentando al tiempo la economía circular.
Expertos de la marca de tecnología española SPC desgranan los detalles sobre qué significan cada uno de los datos contenidos en la nueva etiqueta y cómo interpretarlos.
• Identificador del Producto: la etiqueta incluirá de forma clara la marca, el modelo y un enlace QR a la página con información del producto en el Registro Europeo de Productos para el Etiquetado Energético (EPREL por sus siglas en inglés).
• Clasificación energética: indica la eficiencia energética del dispositivo usando un rango de clasificación que va de la A a la G, siendo A el mínimo consumo y G el máximo. La eficiencia energética dependerá de aspectos como el procesador, el tipo de pantalla o la gestión del ciclo de carga.
• Duración de la batería: la nueva etiqueta mostrará cuántas horas y minutos puede funcionar el dispositivo antes de necesitar una recarga de batería bajo condiciones homogéneas de uso: mismo brillo, red, volumen, etcétera.
• Resistencia a caídas: este índice expresa la robustez y durabilidad de los smartphones en un índice que puede ir de la A a la E, siendo A el máximo de resistencia y E el mínimo. La nueva normativa establece una resistencia mínima a 45 caídas sin funda ni protector de pantalla para smartphones. Las tablets, por su diseño y la forma en que suelen usarse, están exentas de este requisito de resistencia mínima.
• Índice de reparabilidad: es una de las principales innovaciones de este nuevo sistema de etiquetado y busca fomentar la economía circular y maximizar la vida útil de los teléfonos inteligentes y tabletas, promoviendo el arreglo y reacondicionamiento frente a la compra de nuevos aparatos. Este índice se calcula en función de la facilidad de desmontaje, sustitución de piezas y acceso a la información técnica necesaria para reparar, y vendrá marcado por un sistema de letras que va desde la A a la E, siendo A el máximo grado de reparabilidad.
• Vida de la batería: Muestra la cantidad de veces que la batería puede cargarse y descargarse (ciclo de carga) antes de empezar a perder capacidad de forma significativa, permitiendo a los usuarios conocer rápidamente la longevidad estimada de la batería. La nueva normativa establece que las baterías de los smartphones y tablets debe mantener un 80% de su capacidad inicial tras 800 ciclos de carga.
• Resistencia al polvo y al agua: el etiquetado especifica también qué protección ofrece el dispositivo frente a la entrada de polvo y líquidos siguiendo la certificación Ingress Protection (IP), un sistema de certificación compuesto por dos números: la primera cifra determina la resistencia frente al polvo (siendo 6 la protección máxima) y la segunda cifra la resistencia frente al agua (siendo 9 la máxima resistencia). En este sentido, la nueva normativa establece un mínimo de resistencia IP44, protección frente a salpicaduras de agua desde cualquier dirección y partículas sólidas de más de 1mm para smartphones; y un mínimo de resistencia IP40 frente a salpicaduras de agua accidentales y partículas sólidas de 1mm o más para las tablets.
• Número de regulación: se trata del código con el que el producto está inscrito en el Registro EPREL.