Esta mezcla de gasolina con etanol es llamada ecopower en el país centroamericano, y el plan concreto es la utilización del biocombustible en 30 vehículos y la verificación durante los plazos mencionados de sus niveles de emisión de gases, que será comparados con el uso de gasolina sin mezcla en esos vehículos durante cinco semanas.
De acuerdo con el Ministro de Energía y Minas, Alberto Pimentel, “más de 40 países del mundo llevan décadas de implementar exitosamente el uso de ecopower, por lo que Guatemala tiene la oportunidad de ponerse al día y capitalizar los beneficios ambientales, económicos y sociales de este combustible renovable; por eso es importante probarlo en el país”.
“Nuestro principal objetivo en el Gobierno de Guatemala -agregó- es mejorar la calidad de vida de la población con una solución energética de fácil implementación y posibilidad inmediata, ya que su uso no requiere de una nueva flota de vehículos ni infraestructura nueva”.
Las emisiones debido al transporte representa el 33 % del total de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector energía en Latinoamérica y del 50 % en el caso de Guatemala.
El proyecto movilidadVERDE es apoyado a través de la estrategia de cambio climático del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que busca ayudar a países de la región centroamericana que desean diversificar sus fuentes de energías, reducir emisiones de CO2 y expandir el uso de energías renovables, como una medida para la mitigación y adaptación al cambio climático.
“Los biocombustibles, como el etanol, representan una forma de reducir el uso de combustibles fósiles y también las emisiones de CO2. Dado que son producidos principalmente a partir de cultivos como caña de azúcar o maíz, debemos ser cuidadosos en que la producción de biocombustibles no genere impactos sociales o ambientales, especialmente que un potencial incremento en el uso no genere deforestación en bosques o inseguridad alimentaria”, afirmo Carlos Melo, representante del BID en Guatemala.