Respecto al cardo, los investigadores del IFAPA han valorado su rendimiento en una media de 12 toneladas por hectárea. Por otro lado, la colza, que según los investigadores permite su aprovechamiento por su capacidad de crecimiento y su alta competitividad con las malas hierbas, alcanza una media de nueve toneladas por hectárea.
En la actualidad está en proyecto la caracterización de la biomasa resultante de ambos cultivos, con el fin de comprobar su composición físico-química, contenido de humedad, porcentaje de cenizas y poder calorífico.
También el chopo
Los resultados de estos trabajos se enmarcan en la nueva Red Andaluza de Experimentación Agraria (RAEA) de Cultivos Energéticos que el IFAPA ha puesto en marcha en la campaña 2007-2008, y que también incluye ensayos experimentales de otros cultivos que apuntan posibilidades como fuentes de energía, como el chopo.
De esta especie arbórea, de la que se han sembrado distintas variedades en la finca experimental del centro de Camino del Purchil, se conocerán datos en la próxima campaña. La RAEA de Cultivos Energéticos incluye el estudio de la rentabilidad económica y ambiental de estos cultivos con destino a biomasa, así como su viabilidad comercial en territorio andaluz.
El IFAPA, que también coordina estas actividades en el marco de los diferentes planes para el impulso de la producción de biodiésel de las consejerías de Innovación, Ciencia y Empresa (a través de la Agencia Andaluza de la Energía) y de Agricultura y Pesca, cuenta además con la recién creada RAEA de Cultivos Energéticos de Biocombustibles, donde se experimenta con colza y girasol con destino a la producción de biodiésel.
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