La instalación tiene una capacidad de producción de 250.000 toneladas al año y ocupa una superficie de 35.000 metros cuadrados. Está situada en los terrenos de la refinería La Rábida y conectada directamente por tuberías a la planta y al pantalán Reina Sofía de Cepsa. Gracias a esta conexión, el proyecto contempla una segunda fase para adecuar la capacidad de las instalaciones al aumento de la demanda, lo que supondrá alcanzar las 500.000 toneladas anuales de biodiésel.
A pesar de la importancia de esta apuesta por los biocarburantes, la inauguración se enmarcaba en otra mayor relacionada con la ampliación de la refinería, en la que Cepsa estima invertir 1.250 millones de euros para aumentar la capacidad de producción de destilados medios (gasoil automoción y queroseno aviación) y duplicar la capacidad de la planta de 5 millones de toneladas de crudo a casi 9,5 millones anuales, muy lejos de las 250.000 toneladas de biodiésel.
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